MikaelDeseo quitarme la cabeza y patearla bien lejos. Me pasé con la bebida. Soy duro para beber pero esta vez reconozco que me he pasado de la raya. Estaba realmente confundido. Ella está rompiendo mi equilibrio...nuevamente. —¡Maldición! —grito rabioso tirando lo primero que encuentro. Luego me percato que ella podría haber escuchado el ruido y lo que menos quiero en estos precisos momentos es enfrentarme con ella. Siento la tensión como una cuerda de guitarra que está a punto de romperse. La jaqueca de mierda que me jode la vida desde el día del accidente en el que mi padre falleció y mi hermano se convirtió en discapacitado aparece en los momentos menos pensados.Tengo que quitarme la maldita tensión. Me duele la entrepierna por la sangre que se ha acumulado allí durante tanto tiempo y no se ha descargado. No estoy en la pubertad así que no tengo porque complacerme a mí mismo. Eso lo dejo para un mocoso de quince. Soy un hombre con necesidades. Si bien debo confesar que me he m
Capítulo 34Relator omniscienteSegunda etapa del tratamiento"Una vez de que el primer acercamiento se produce, hay que procurar avanzar utilizando nuevas estrategias: coqueteo, caricias, hacer sentir que la otra persona puede confiar en alguien para que pueda abrirse. Esto permitirá saber hasta que profundidad se encuentra el trauma y sopesar posibles estrategias para avanzar a la siguiente etapa".El hombre cierra el libro. No le queda muy claro en lo que debe hacer. Ya va a ser hora de la cita con la psicóloga, aprovechará para quitarse las dudas que lo invaden. No está tan seguro de continuar con esto, puede desbordarse como las aguas de un furioso río y el tema es lidiar luego con las consecuencias.Marie está preparada para atender a su siguiente cita. Conoce a Mikael hace años, comenzó las terapias con ella cuando su padre y hermano tuvieron el accidente que mató a uno y dejó postrado al otro. Tuvo que lidiar muchos meses para que saliera del hoyo profundo en el que se encontr
Mikael"Puta madre", me repito mil veces. ¿Por qué tenía que venir Melisa a interrumpir? Estoy por explotar, he quedado incendiado luego de mi acercamiento a Katherine.—Ahí estás —dice Melisa señalándome con un dedo. Su maquillaje está corrido y su cabello alborotado.—¿Qué tienes, Melisa? ¿Cómo vienes en ese estado a mi casa a estas horas? —pregunto enfadado con ella por lo que está haciendo con su vida. Y es que esa mujer no se resigna. Entre ella y yo nunca habrá nada. Ella siempre lo supo y nunca la engañé. Si le permití trabajar a mi lado fue pura y exclusivamente porque me suplicó y me prometió que jamás mezclaría las cosas. Y aquí está, armando un escándalo en la sala de mi casa. Quise evitar que Katherine estuviera pero llega justo detrás de mí y parece ser que nuestros cuerpos gritan: "estoy caliente" porque ella dirige primero su mirada a uno y luego al otro.—Así los quería encontrar a ambos. Los dos son unos malditos mentirosos —dice elevando la voz y yo solo quiero arras
Relator omnisciente—¿Has logrado algún avance?El hombre se remueve nervioso en su asiento.—Casi nada, Marie. He intentado acercarme y ella solo huye de mi. No creo que funcione. —expresa con un dejo de decepción en su voz.—Entonces vamos a tener que tomar otras medidas. —asevera observando fijamente al hombre de fría mirada.—No lo sé, Marie. Quizás deberíamos intentar otra cosa...tal vez...—¿Deseas que intentemos con otra persona? ¿Otro hombre, quizás? —consulta enarcando las cejas. Sabe por donde atacar. Lo conoce bien, ha estado años haciendo terapia y conoce bien cual es su punto débil. A pesar de querer hacerse ver como un hombre frío, Mikael Sorokov es fuego puro por dentro. Ve la duda en su semblante.—Estás jugando sucio, Marie. Sé lo que intentas hacer. No conozco lo que son los celos. Ya sabes que jamás me he enamorado de una mujer ni tenido una relación seria...no sé lo que son los celos...—¿Estás seguro? —vuelve a fijar su vista en él mientras éste se retuerce en el
Relator omnisciente—Espero que ambos puedan comprender la magnitud de esto —está diciendo Marie al ver el semblante serio y...¿asustado? de sus interlocutores. Un par de ojos celestes y otro de un marrón claro se clavan en ella pero no se deja intimidar. Uno de los semblantes es duro y el otro, huidizo. ¿Es que acaso pueden ser tan diferentes? Es increíble que el destino los haya cruzado alguna vez. Sin embargo, "son el uno para el otro", en opinión de la psicóloga que permanece largo tiempo en silencio para analizar sus reacciones.Si bien están ambos sentados por un espacio de una persona entre ellos, Mikael y Katherine están incómodos. ¿Por qué? Es lo que no logra dilucidar. Mikael dijo que no pudo acercarse a ella, ¿será eso cierto? Apenas se saludaron cuando se encontraron en la sala de espera. Ella mantenía la cabeza gacha y él estaba ocupado con un cuadro desteñido colgado en la pared. Los había estado observando por una pequeña cámara casi imperceptible que tenía en el lugar
MikaelLuego de todo lo que he pasado, desde la decepción de amor que sufrí en mi veintena y el posterior fallecimiento de mi padre y la incapacidad de mi hermano, me costó mucho subir por la cuesta. Necesité mucha ayuda y desarrollé algunas técnicas que me permitían mantenerme calmo y controlado la mayor parte del tiempo. Incluso he sorteado grandes crisis financieras en mi empresa. Me costó al inicio y luego en la cima ha estado casi por quebrar en un par de ocasiones. Sin embargo, he logrado mantener el equilibrio físico, mental y psicológico en todos los aspectos de mi vida. He intentado encontrar lo que una vez experimenté a mis veinte años con Katherine. Sin éxito.Y aquí está ella de nuevo intentando inconscientemente de desequilibrarme. “No lo logrará”, me prometo mientras tallo mi cuerpo y la suave lluvia de la ducha cae haciendo casi que se ahoguen los sonidos de mis pensamientos. He regresado de la sesión que tuvimos con Marie. Fue realmente intensa. Nunca he sentido tanto
MarieTengo enfrente mío a mis dos pacientes favoritos. ¿Por qué los son? Pues, ambos son excelentes personas, son hermosos tanto por dentro como por fuera. Los dos han sufrido mucho, tienen heridas que llega a las profundidades de su alma y deseo volver luz lo que tienen de oscuridad.Me costó mucho tomar esta decisión. Raya en lo ilegal, podría decirse. La terapia a la que estoy sometiéndolos, en realidad, no existe. Mas podría ser el puntapié inicial para lanzarla como posible en pacientes en similares circunstancias.Leí mucho sobre sus males y mezclé con un poco de fantasía y arte que también me encanta. Las escenas que deseo reproducir aquí mismo se remontan a partes de películas o series. No tiene nada de científico ni profesional, lo sé, pero espero sea suficiente para romper las duras cáscaras que se han formado estos dos para no dejar entrar a nadie luego de su dolor. Si bien vi a Katherine más receptiva cuando hicimos el juego anterior, a Mikael aun queda mucho hielo por ro
Katherine—A partir de este momento vamos a poner reglas hasta que demos por finalizada la terapia —expresa en alta voz Marie, muy seria por cierto. Yo tengo la boca seca de los nervios que me recorren. Un par de veces me dirijo a una mesita en la que hay una jarra de vidrio que ya está a la mitad de agua. Mikael permanece en el más absoluto silencio mientras Marie enumera una a una las cláusulas que forman parte de una especie de contrato entre los tres, es algo informal porque no hay abogados ni jueces de por medio.Son tantas que no las recuerdo todas y tampoco presto atención a ellas. Mis nervios me consumen tanto que apenas puedo permanecer de pie sin que me tiemblen las piernas. ¿Por qué? No lo entiendo, no puedo dilucidar que es lo que me tiene así, si la presencia del hombre este con su aroma que me envuelve y parece querer tirarme hacia atrás de tan varonil que es, ¿o acaso es la forma en la que me mira y me causa escalofríos? La verdad todo está nublado, borroso, mi cuerpo r