Todo se había ido a la mierda. Lo mío con Miguel Ángel se había estropeado por mi estúpida sinceridad, y ahora apenas hablábamos, cosa que me molestaba más de lo que me hubiese gustado admitir. Al menos quería que fuésemos amigos, pero él siempre me estaba dando largas sobre el momento de quedar para tomar algo. Cosa totalmente comprensible, pues él aún me amaba, y seguramente, verme no era bueno para él.
En cuanto a Pablo, me tenía totalmente olvidada, pasaba muchísimo de mí, aunque, es cierto, que hablábamos todos los días, pero era de cosas sin importancia.
Y cada vez me quedaba más claro todo. Había estropeado mi relación con Miguel Ángel por tener esperanzas e ilusiones por alguien con quien se veía a leguas que no iba a tener futuro, y que por supuesto no sentía lo mismo
Me agarró de la mano y volvió a acercarme a él, posando su mano sobre mi cuello, apartando un par de cabellos, para luego volver a prestar atención a mis ojos, volviendo luego la mirada hacia mis labios, los cuales se abrían con interés.No – le dije, tan pronto como me percaté de sus claras intenciones de besarme. Me di la vuelta, separándome de él, dándole la espalda – No puedes hacerme esto – añadí, molesta por aquella situación, pues, aunque era lo que había deseado escuchar en las últimas semanas, recién había tomado la decisión de volver a intentarlo con Miguel Ángel.¿Qué? – preguntó, agarrándome del brazo, obligándome a girar y encararle - ¿qué es exactamente lo que…?Just
Lo había estropeado todo con Pablo, pero yo era experta en eso, en estropear las cosas, así que no era nada nuevo. Me odiaba a mí misma por haberle dicho aquello, por haber decidido volver a intentarlo con Miguel Ángel. Pero no podía ser infiel a mis principios, no podía simplemente lanzarme a los brazos de alguien sólo porque le amase, no podía si ya había decidido previamente volver con otra persona, no cuando esa otra persona me había hecho sentir tanto, aunque no estaba segura al cien por cien de que era lo que sentía aún por Miguel Ángel. Aun así, una parte de mí querría aferrarse a él un poco más, quería intentarlo por última vez.Estaba en el estudio, grabando aquella bonita canción con mi abuela, pero por alguna razón no podía concentrarme, mi mente aún estaba e
Me iré primero – susurraba sobre mi boca – me despediré de los presentes y …No volveremos a vernos – aseguré, haciendo que él asintiese, sin separarse de mi lado aún – sólo lo haremos por casualidad, como hoy – proseguía, mientras él volvía a asentir – y fingiremos que no hubo nada.- afirmó, para luego dar un par de pasos hacia atrás, sonriendo hacia mí – te deseo todo lo mejor, Alicia.Y yo a ti – dije con un hilo de voz, admirando como él volvía a sonreír, para luego darse la vuelta y caminar hacia la pista de baile, perdiéndose entre la gente, haciendo que me fuese imposible verle.---Esa misma noche, justo después de dejar
Al final le había hecho caso, a mi madre, y allí estaba en la cola de la matrícula, esperando para echar los papeles de inscripción. Dándome cuenta de que tendría la excusa perfecta para mentirle a él, sobre la razón por la que ya no trabajaba en la empresa, no tendría por qué enterarse que su padre me había despedido.Entregué los papeles y me di la vuelta, feliz, tropezándome con Álex, mi antiguo profesor de baile moderno.- Ei – me saludó - ¿vienes a inscribirte?- Acabo de hacerlo.- ¿en serio? ¡Es fantástico! Tengo clases ahora, ¿quieres venir? – preguntó hacia mí- Pero si ni siquiera sé si me han aceptado.- Ven y me ayudas con los pasos.El teléfono comenzó a sonar antes de que hubiese entrado en la clase, le indiqué con la
Tomábamos un helado en el sofá, justo después de almorzar, mientras veíamos la televisión, mientras el me agarraba de la mano suavemente, sin dejar de mirarme, me estaba haciendo sentir realmente incómoda.Voy a echarme un rato la siesta – admitió mi madre, levantándose del sillón y caminando hacia su cuarto.¿por qué estás aquí? – pregunté, tan pronto como mi madre hubo entrado en su cuarto y cerrado la puerta de este – pensé que no querías que estuviésemos juntos.No – aclaró, sin dejar de acariciarme la mano con la yema de sus dedos – quería, pero no podía.¿y qué ha cambiado? – pregunté hacia él, sin comprender que era lo que estaba ocurriendo.Nada – aseguró, provocando que le mirase sin comprender &nda
Nos quedamos dormidos abrazados, sin que importase nada más, sólo él y yo, aún dormida podía sentir su abrazo por detrás y su respiración en mi nuca, mientras entrelaza su mano con la mía y dormía junto a mí.Su móvil no dejó de sonar en toda la tarde, y el mío tampoco, pero estos estaban en el salón y nosotros en el cuarto, y estábamos tan sumamente agotados que no escuchamos absolutamente nada.Alicia – gritaba mi madre, buscándome por toda la casa, hasta llegar a mi habitación – Alicia.Nos despertó al instante, provocando que ambos la mirásemos asustados y abochornados de estar en paños menores y en aquella situación frente a ella.¡Mamá! – me quejé, mientras ella se daba la vuelta, y se disculpaba.Lo siento, no sabía qu
Me vestí para ir a la academia, y cuando salí una marabunta de periodistas me acorraló, haciéndome una pregunta tras otra, aun así, las contesté a todas, pues mi abuela siempre decía que había que ser agradecido con los fans, y aunque yo no me consideraba una estrella ni nada por el estilo, debía agradecerles a aquellas personas que se interesasen tanto por mí.Las preguntas variaban desde lo relacionado con la música y mi corta experiencia con ella, y temas más escabrosos y privados, como mi vida sentimental. Por supuesto no les dije nada sobre Miguel Ángel, tan sólo admití tener a alguien especial, y luego me disculpé diciendo que tenía prisa.En pocas semanas mi vida se convirtió en algo totalmente diferente, me llamaban para hacerme entrevistas sobre mi canción con mi abuela, sobre si habría algún disco m&a
A mediados de la semana siguiente salió la revista, apenas hablé con Miguel Ángel demasiado en aquellos días, siempre que le llamaba estaba ocupado, y solía cogerme el teléfono su hermana, asegurando que estaba ocupado o que se había dejado el teléfono en casa. Una parte de mí estaba aterrada, por la posibilidad de que él me estuviese evitando, de que se hubiese arrepentido y ya no quisiese estar conmigo.Esa semana empezaron las grabaciones de la canción en la que colaboraba con el mismísimo Pablo Alborán. La canción que él había compuesto era preciosa, así que me encantó cantarla con él, y me sentí realmente cómoda con él, era todo un amor de persona.Reía a carcajadas en mitad de la canción cuando él se confundió y bromeó sobre ello.La idea era grabar la canc