Capítulo 38.

La semana continuó sin altibajos, con Pablo enviándome mensajes sobre lo que había sucedido entre nosotros, preguntándome si habíamos vuelto, disculpándose por haber tenido que coger el teléfono. Con Joel, mandando mensajes que nunca llegué a leer. No quería hacerlo, no podía hacerlo, así que tan sólo los borraba.

Mis días estaban siendo más difíciles de lo que esperaba, más aún después de haber presenciado la situación del miércoles.

El sábado por la noche, justo después de llegar del estudio, me derrumbé, dejando caer aquella coraza que me había obligado a construir a mi alrededor, cuando miraba el Facebook, observando una publicación de Luis, donde aparecían algunas fotos con el sobre nombre de “Celebrando en familia”.

Mis lágrimas sa

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