Sony ScottCuando vi su mensaje, me sorprendí, ¿Será que se equivocó? No pude evitar enviarle un mensaje diciéndole que se había equivocado, y esperé nerviosa su respuesta, cuando me respondió que no se había equivocado, contuve el grito de mi garganta.Quizás había enloquecido, pero nunca en mis veinticinco años me había sentido tan cautivada por un hombre, él era distinguido, tierno, caballero, atractivo, todo lo que había imaginado de mi príncipe azul.Sin poder contenerme envié un mensaje, un muñequito lanzando un beso entre dos corazones, no sé si estaba pasándome de atrevida, pero era mi forma de decirle que me gustaba mucho.Esperé su respuesta, pero pasaron los minutos se hizo una hora y no me respondió.—¡Idiota! ¿Para qué me envías corazoncitos, si no vas a responder los míos? —dije con un gruñido y lancé el celular a un lado.Mi hijo entró, me vio protestando y frunció el ceño.—Mami ¿Qué te ocurre? ¿Por qué estás tan molesta? —le pregunté.—¡Por nada! Espero que tú no vay
Dorian Dimitrakis. Y antes de que yo pudiera responder, Elijah se levantó de donde estaba sentado y se acercó a su madre abrazándola por la cintura.—¡Mamá! ¿Estabas espiándonos? Eso no está bien, tú siempre me dices que es malo escuchar las conversaciones ajenas y el señor Dorian y yo estábamos hablando cosas de hombres, que las chicas no entienden mamá, y tú eres una chica, además, ¿No deberías estar durmiendo? —preguntó Elijah y ella se sonrió, se inclinó un poco y besó su frente.—Pues no fue intencional, me levanté porque el delicioso olor a comida me despertó, vine a probar eso que huele tan rico —respondió y el pequeño se sonrió travieso.—La comida la hizo el señor Dorian, aunque él dijo que no lo había preparado tan rico como tú, así que prepárate por si sabe mal, te puedes tapar la nariz, para que no sientas el sabor.—Si ustedes me permiten, les puedo servir y así pueden comprobar mis dotes culinarios —le dije guiñándole el ojo a Sony y ella se puso visiblemente sonrojada.
Sony ScottDespués que vi su rostro con las pastas guindadas como si fueran serpientes, me arrepentí y salí corriendo sin siquiera mirar atrás, no sé por qué diablos había hecho eso, no tenía justificación para haberlo atacado de esa manera.Bajé por las escaleras y corrí a todo lo que me daban mis piernas, mientras el corazón bombeaba de manera acelerada, no soportaba la mentira, él tuvo oportunidad de decirme la verdad y no lo hizo y eso era lo que más me molestaba “Tú también estás diciendo una mentira”, me recriminó mi conciencia y aunque me sentí incómoda, la refuté.—¡No es lo mismo! En mi caso no tengo otra opción, yo debo asegurar la integridad, y el silencio de la persona a quien le confíe esa verdad, porque si no pondría en peligro la vida de mi hijo —expresé en voz alta.No sé cuántos pisos había bajado, pero me detuve cuando me sentí cansada, mi cuerpo comenzó a temblar y las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas.Quizás a cualquiera le parecería exagerada mi reacci
Sony Scott—Yo… lo siento, no conozco a la persona que está buscando —expresé un tanto nerviosa, mintiéndole, lo sentí dudar unos segundos.—¿Está segura? Porque te pareces demasiado a ella, y me dijeron que podía conseguirla aquí, ella tiene un hijo de aproximadamente ocho años —expresó mirándome fijamente, me recorrió de pies a cabeza, como si estuviera desnudándome con la mirada y con una expresión de deseo dibujada en su rostro.Su modo de verme me hizo molestar y lo miré de manera retadora.—¿Por qué me ves así? —espeté furiosa—, lo mejor será que se vaya ¿Acaso no entendió mis palabras? Le acabo de decir que no sé quién es esa persona, así que por favor deje de molestarme, si sigue insistiendo llamaré a la policía —le contesté, y él me miró con detenimiento.Por un momento pensé que no se iría, pero para mí alivio, se alejó un poco de mí.—No se preocupe, si entendí —dijo finalmente y caminó de regreso hacia la escalera.Cuando se marchó, abrí y cerré la puerta corriendo, pero el
Dorian Dimitrakis.Estuve en la reunión de trabajo, pero sencillamente no podía quitarme la inquietud con Sony, aunque la acababa de ver, tenía una necesidad inexplicable de verla, así que, dejando a todos sorprendidos por mi decisión, di por terminada la reunión.—Lo siento, pero vamos a aplazar esta reunión para mañana a las dos de la tarde, es que necesito resolver un asunto antes —expresé con determinación.Mis palabras lograron sorprender a los ejecutivos, porque yo no era de quienes aplazaban reuniones, e incluso me caracterizaba porque las reuniones que realizaba muchas veces se llevaban hasta más de doce horas, sin embargo, en ese momento sentía la necesidad de ir donde Sony.Sin pérdida de tiempo recogí mis cosas, pero cuando caminaba al ascensor me interceptó Lizzy.—Señor Dimitrakis, necesito hablar con usted… pedirle disculpas por haber sido grosera la otra vez —me dijo, pero no tenía tiempo para eso y a decir verdad no me interesaba.—Lizzy, si te soy sincero, ni siquiera
Dorian Dimitrakis Madre de Dios, ¿Cuándo los niños empezaron a ser tan sabios? ¿Será que hoy día nacen así?, me pregunté nervioso, creo que si hubiese estado con un adulto no me habría puesto de esa manera. Me tomó unos segundos recuperarme de la sorpresa, para explicarle al pequeño que no era necesario casarnos para vivir juntos, cuando intervino Sony.—Hijo, no necesitamos casarnos para vivir juntos —dijo, tratando de explicarle de la manera más sencilla posible.Él parecía pensativo por un momento, antes de asentir con la cabeza en comprensión.—Ah, ya entiendo. Pero deberían casarse, porque yo los veo a los dos babeando uno por otro y los vi besándose y los amigos no se besan en la boca. Y en las películas los que están enamorados siempre se casan antes de vivir juntos —respondió él con sinceridad.Sony miró a Elijah con ternura y acarició sus cabellos, iba a explicarle, y yo hice un gesto con la mano para que se detuviera.—Permíteme explicarle. Elijah ven conmigo —le tomé la ma
Dorian DimitrakisSony soltó un gemido de placer y se tambaleó, pero yo la sujeté con fuerza, la tomé por la nunca, y la besé con desesperación, como un sediento en el desierto.Inevitablemente, una imagen de Sony envuelta en ropa interior de encaje negro apareció en mi mente, incendiando más mi pasión por ella, la deseaba con desesperación, quería que ese deseo que sentía en ese momento, desapareciera por completo, quería llevarla a las alturas y que ella gritara mi nombre de placer, quería olvidar todo, pero al mismo tiempo mantenerlo vivo, porque quería volver a sentirla cada día.Sony abrió los ojos, me miró y su respiración se agitó, su mirada era más intensa de lo que jamás había visto. Con delicadeza, acarició mi rostro, me miró con ternura, como si yo fuera algo precioso e importante para ella.—Dorian, no sé lo que me ocurre, pero… siento como un fuego que se aviva con cada beso, con cada caricia ¿Qué nos está pasando? —preguntó con un tono de preocupación.—No lo sé, pero es
Dorian DimitrakisLos días pronto se convirtieron en semanas, vivía con mucha tensión, las cosas no estaban todo lo bueno que me gustaría, porque a Sony le había dado prácticamente por huirme y trataba de no quedarse a solas conmigo, siempre usaba a Elijah como barrera y me sentía frustrado.Me había pedido que trajera a Catherine con nosotros porque quería que compartiéramos como una familia, quizás debí haberle dicho la verdad, pero en ese momento temía que una confesión de esa magnitud terminara alejándola más y separándome para siempre de la mujer que amaba, necesitaba encontrar el momento preciso.Por eso decidí llamar a Catherine para pedirle que viniera a Nueva York, necesitaba primero decirle si estaba de acuerdo para después hablar con Von.Apenas repicó el teléfono, fue atendido por Catherine.“Hola, tío papá, pensé que te habías olvidado de tu hija postiza ¿Acaso ya le dijiste a la tía Sony la verdad sobre mi paternidad?”, me preguntó la pequeña en un tono mezcla de burla y