Sony Scott—Yo… lo siento, no conozco a la persona que está buscando —expresé un tanto nerviosa, mintiéndole, lo sentí dudar unos segundos.—¿Está segura? Porque te pareces demasiado a ella, y me dijeron que podía conseguirla aquí, ella tiene un hijo de aproximadamente ocho años —expresó mirándome fijamente, me recorrió de pies a cabeza, como si estuviera desnudándome con la mirada y con una expresión de deseo dibujada en su rostro.Su modo de verme me hizo molestar y lo miré de manera retadora.—¿Por qué me ves así? —espeté furiosa—, lo mejor será que se vaya ¿Acaso no entendió mis palabras? Le acabo de decir que no sé quién es esa persona, así que por favor deje de molestarme, si sigue insistiendo llamaré a la policía —le contesté, y él me miró con detenimiento.Por un momento pensé que no se iría, pero para mí alivio, se alejó un poco de mí.—No se preocupe, si entendí —dijo finalmente y caminó de regreso hacia la escalera.Cuando se marchó, abrí y cerré la puerta corriendo, pero el
Dorian Dimitrakis.Estuve en la reunión de trabajo, pero sencillamente no podía quitarme la inquietud con Sony, aunque la acababa de ver, tenía una necesidad inexplicable de verla, así que, dejando a todos sorprendidos por mi decisión, di por terminada la reunión.—Lo siento, pero vamos a aplazar esta reunión para mañana a las dos de la tarde, es que necesito resolver un asunto antes —expresé con determinación.Mis palabras lograron sorprender a los ejecutivos, porque yo no era de quienes aplazaban reuniones, e incluso me caracterizaba porque las reuniones que realizaba muchas veces se llevaban hasta más de doce horas, sin embargo, en ese momento sentía la necesidad de ir donde Sony.Sin pérdida de tiempo recogí mis cosas, pero cuando caminaba al ascensor me interceptó Lizzy.—Señor Dimitrakis, necesito hablar con usted… pedirle disculpas por haber sido grosera la otra vez —me dijo, pero no tenía tiempo para eso y a decir verdad no me interesaba.—Lizzy, si te soy sincero, ni siquiera
Dorian Dimitrakis Madre de Dios, ¿Cuándo los niños empezaron a ser tan sabios? ¿Será que hoy día nacen así?, me pregunté nervioso, creo que si hubiese estado con un adulto no me habría puesto de esa manera. Me tomó unos segundos recuperarme de la sorpresa, para explicarle al pequeño que no era necesario casarnos para vivir juntos, cuando intervino Sony.—Hijo, no necesitamos casarnos para vivir juntos —dijo, tratando de explicarle de la manera más sencilla posible.Él parecía pensativo por un momento, antes de asentir con la cabeza en comprensión.—Ah, ya entiendo. Pero deberían casarse, porque yo los veo a los dos babeando uno por otro y los vi besándose y los amigos no se besan en la boca. Y en las películas los que están enamorados siempre se casan antes de vivir juntos —respondió él con sinceridad.Sony miró a Elijah con ternura y acarició sus cabellos, iba a explicarle, y yo hice un gesto con la mano para que se detuviera.—Permíteme explicarle. Elijah ven conmigo —le tomé la ma
Dorian DimitrakisSony soltó un gemido de placer y se tambaleó, pero yo la sujeté con fuerza, la tomé por la nunca, y la besé con desesperación, como un sediento en el desierto.Inevitablemente, una imagen de Sony envuelta en ropa interior de encaje negro apareció en mi mente, incendiando más mi pasión por ella, la deseaba con desesperación, quería que ese deseo que sentía en ese momento, desapareciera por completo, quería llevarla a las alturas y que ella gritara mi nombre de placer, quería olvidar todo, pero al mismo tiempo mantenerlo vivo, porque quería volver a sentirla cada día.Sony abrió los ojos, me miró y su respiración se agitó, su mirada era más intensa de lo que jamás había visto. Con delicadeza, acarició mi rostro, me miró con ternura, como si yo fuera algo precioso e importante para ella.—Dorian, no sé lo que me ocurre, pero… siento como un fuego que se aviva con cada beso, con cada caricia ¿Qué nos está pasando? —preguntó con un tono de preocupación.—No lo sé, pero es
Dorian DimitrakisLos días pronto se convirtieron en semanas, vivía con mucha tensión, las cosas no estaban todo lo bueno que me gustaría, porque a Sony le había dado prácticamente por huirme y trataba de no quedarse a solas conmigo, siempre usaba a Elijah como barrera y me sentía frustrado.Me había pedido que trajera a Catherine con nosotros porque quería que compartiéramos como una familia, quizás debí haberle dicho la verdad, pero en ese momento temía que una confesión de esa magnitud terminara alejándola más y separándome para siempre de la mujer que amaba, necesitaba encontrar el momento preciso.Por eso decidí llamar a Catherine para pedirle que viniera a Nueva York, necesitaba primero decirle si estaba de acuerdo para después hablar con Von.Apenas repicó el teléfono, fue atendido por Catherine.“Hola, tío papá, pensé que te habías olvidado de tu hija postiza ¿Acaso ya le dijiste a la tía Sony la verdad sobre mi paternidad?”, me preguntó la pequeña en un tono mezcla de burla y
Sony Scott.Estábamos pasando una tarde agradable, la pequeña Catherine era una niña bastante agradable, era muy graciosa y me hacía reír mucho, tenía unas ocurrencias que no parecían propias de una niña de su edad.Justo cuando Dorian quería hacerme una confesión, se acercó un hombre y nos interrumpió, me puse muy nerviosa, porque me imaginé que se trataba de alguien que había enviado Rhos Wilson, desde un principio sabía que ese hombre no se iba a quedar tranquilo y no me equivoqué.El hombre frente a mí se identificó como un detective privado y quería hablar conmigo por alguien qué había desaparecido en el pasado y que estaba relacionado conmigo, no me quedó duda de que se trataba de mi hermana o incluso de mí.Sentí como si alguien me hubiese subido y bajado con violencia, mis manos comenzaron a temblar, sentí la boca seca, y un sudor frío recorrió mi espina dorsal, estaba tan aterrada como aquel día cuando mi hermana dio a luz.Intenté recomponerme y mantener la compostura frente
Sony Scott.A la mañana siguiente, antes de que todos despertaran, decidí ir a la cita con el detective privado. No sabía si me estaba equivocando, si debí avisarle a Dorian, lo único que sabía es que debía encontrar la manera de evitar que este hombre se acercara a mi hijo y más aún que me lo arrebataran.Tomé la tarjeta y vi la dirección que indicaba allí, en media hora estaba en frente del edificio donde el detective tenía la oficina. Mis manos estaban sudando de los nervios, mientras me acercaba al mostrador de recepción.—Buen día, por favor, ¿Podría anunciarme con el detective John Reynolds? —pregunté tratando de controlar mi ansiedad.—¿De parte de quién? —preguntó la mujer después de saludarla.—Dígale que es de parte de la señora Scott —respondí con seriedad.La mujer asintió, me sentó en una sala de espera, mientras ella entraba a uno de los despachos.A medida que los minutos iban pasando mi ansiedad iba creciendo, no sabía en qué desencadenaría esa situación, solo esperaba
Sony Scott.Me quedé sin palabras, sabía que no tenía justificación para lo que estaba haciendo. Me limité a bajar la mirada, sintiéndome atrapada en mi propia mentira, sin embargo, tragué saliva y lo miré a los ojos, tratando de aparentar serenidad.—Lo siento, no quería huir, solo necesitaba un momento para leer los resultados en privado. No tenía intención de ocultarlos —mentí, tratando de mantener mi voz firme.El detective frunció el ceño, tomó el sobre de mi mano mirándome con escepticismo.—De verdad no entiendo las razones por las cuales quiere leer los resultados Lo siento, señora Scott, pero necesito estar presente cuando lea los resultados. Sus palabras me dejaron sin argumentos. Sabía que no tenía otra opción que aceptar su presencia. Caminamos juntos hasta la entrada.—Siéntese —me ordenó.Me senté, mientras rasgaba el sobre, mis ojos comenzaron a humedecerse y las manos me empezaron a temblar.—¿Por qué está tan nerviosa? ¿Acaso si tiene algo que ocultar? ¿Duda de su p