Foster LewisPasaron varios días de silencio entre Callia y yo. Le había hecho la prueba de ADN al niño y solo estábamos esperando que transcurriera el tiempo para buscar el resultado, solo deseaba que fuera negativo, porque con la única mujer que quería ser padre era con ella.Estaba preocupado por el bienestar de la mujer que amaba, pero entendía que necesitaba tiempo para procesar todo lo que había descubierto. Finalmente, recibí un mensaje de ella pidiéndome que la encontrara en un café cercano.Cuando llegué, la vi sentada en una mesa en la esquina. Su mirada estaba abatida, se veía triste, tenía unas profundas ojeras y los ojos rojos, se notaba que estaba sufriendo y eso me hizo sentir el peor hombre de todos.Al verme llegar, sus ojos se iluminaron, y a pesar de todo parecía más calmada que antes. Me acerqué a ella con cautela.—Callia, ¿Cómo estás?Ella suspiró y me miró directamente a los ojos. —Foster, no puedo cambiar lo que ha sucedido en el pasado, pero necesito saber la
Foster Lewis Entre a la oficina corriendo y allí estaba el abogado que junto a mi había estado llevando el caso de mi padre, apenas me vio, me entregó el documento, lo agarré con manos temblorosas, mientras él celebraba satisfecho. —¡Lo logramos! —exclamó—, tu padre fue declarado inocente, y el estado pagará una indemnización a sus herederos, y lo peor de todo, es que las pruebas que hemos encontrado, apuntan a que el padre de Britanny, tuvo involucrado en las pruebas inventadas para inculparlo. —Gracias por el trabajo, aunque si te soy sincero, lo menos que quiero es indemnización, solo deseo limpiar su nombre, que la gente sepa que Arthur Lewis fue un hombre honesto, responsable que nunca hizo nada al margen de la ley —expresé con tantos sentimientos encontrados. Por una parte estaba feliz porque aunque tarde la justicia, había llegado, pero tristeza porque había perdido a mi padre y a mi madre por culpa de esa injusticia. —Estoy de acuerdo contigo, Foster. Es hora de que todos
Callia DimitrakisAl darme cuenta de quién se trataba, apreté los ojos con fuerza, mientras comenzaba a negar con la cabeza.—¡Abre los ojos! —ordenó— ¿Tienes miedo? ¿Acaso recordaste quién soy yo? —me preguntó, y por supuesto que lo había recordado, pero no se lo pensaba decir.Él era Fernando Donova, el hombre que había destruido mi vida.Me llevé la mano al vientre para proteger a mi hijo, mientras pedía al cielo que pudiera salir bien librada de todo eso.—No vayas a gritar, porque si lo haces te degolló como un animal —pronunció mientras colocaba un filoso cuclillo, en mi cuello, y yo sentía la punta enterrarse en mi carne. Me liberó la boca y me giró frente a él, nuestras miradas se encontraron, la de él llena de maldad y la mía de temor.Mi corazón latía con fuerza, y mi mente estaba alerta para cualquier señal de peligro. —¿Quién eres? ¿Por qué me atacas? —pregunté, tratando de mantener mi voz firme a pesar del miedo y sin querer reconocer que conocía su identidad.Fernando
Foster Lewis.Comencé a seguir el auto de Fernando mientras trataba de mantenerme a una distancia segura, para que no pudiera darse cuenta de que lo estaba siguiendo. El temor a que le ocurriera algo a Callia y a mi hijo me invadió, por eso estaba decidido a dar con ellos y protegerlo.Mi teléfono sonó de nuevo, era Von.“Foster, vamos en camino y también unos hombres de Walton. Mantén la calma y avísales si ves una oportunidad para intervenir sin poner en peligro a Callia”—Entendido, Von. Haré todo lo posible para asegurarme de que ella esté a salvo.Fernando continuó conduciendo por la ciudad, y yo lo seguí de cerca. Sabía que no podía permitirme perder de vista el vehículo de mi enemigo. Mi mente trabajaba a toda velocidad, tratando de idear un plan para rescatar a Callia, no podía permitirle que le hiciera daño.Finalmente, el auto de Fernando se detuvo en un lugar apartado, cerca de un bosque. Yo aparqué a cierta distancia y vi cómo Fernando bajaba del coche y abría la puerta tr
Callia Dimitrakis El médico acababa de terminar de examinarme y hacerme un ecosonograma, para mi alivio todo estaba bien, mi pequeño bebé crecía saludablemente, eso me hizo sentir feliz, porque no quería sufrir otra pérdida, la primera vez había sido demasiado doloroso. —Ese bebé está muy bien, creciendo con rapidez. Sin embargo, recomiendo que guardes reposo, no es fácil todo lo que viviste… te vas a quedar en observación para estar seguros de que no hay contratiempos ¿Te parece? —preguntó y yo asentí conforme. —Me parece bien, solo que quisiera que me colocara en la misma habitación de Foster para poder cuidarlo… —me cubrí la boca cuando me di cuenta de lo que dije y corregí—, bueno cuidarlo no, porque usted me ha mandado de reposo, pero puede ser para supervisar que se tome todos los medicamentos. El doctor negó con la cabeza, mientras sonreía. —En un momento envío a la enfermera para que te traslade de habitación. El doctor salió y yo me quedé recostada en la cama esperando
Callia DimitrakisUn mes despuésLa brisa fresca del atardecer mecía las hojas de los altos árboles que rodeaban el hermoso jardín de la mansión de mi familia. La fragancia de las flores en plena floración llenaba el aire, creando un ambiente mágico y romántico para la boda entre Foster y yo. El sol comenzaba a descender en el horizonte, bañando todo con tonos dorados y rosados, como si la naturaleza misma estuviera celebrando este día tan especial con nosotros.En medio del jardín, un hermoso altar estaba adornado con flores blancas y lilas y una suave música clásica llenaba el espacio mientras los invitados tomaban sus asientos de lado y lado del pasillo lleno de pétalos. Familiares y amigos se habían reunido para presenciar nuestra unión que había sido tan esperada.Yo estaba y me sentía radiante en un vestido de novia de encaje blanco, caminando lentamente hacia el altar del brazo de mi padre. Mis ojos brillaron de emoción y amor, mientras daba cada paso firme y decidido para un
Callia DimitrakisCinco años después.Foster y yo habíamos regresado de nuestra segunda luna de miel, después de cinco años de feliz matrimonio, habíamos dejado a nuestros pequeños con Von y Alexandra, ellos habían ido el año pasado y nosotros nos quedamos con sus niños y ahora les había tocado a ellos quedarse y nosotros salir.Nuestros corazones estaban llenos de amor y gratitud por todo lo que habíamos vivido juntos, habíamos sido felices durante estos años, con nuestros pequeños que estaban creciendo felices.Estábamos emocionados por todos los proyectos que queríamos llevar a cabo, sobre todo uno que nos llevaría más allá de nuestra historia de amor personal.Una mañana, mientras desayunábamos en la terraza de la mansión Lewis, el teléfono de Foster repicó.—Es Von, déjame y lo atiendo —lo puso en alta voz—. Aló, cuñado ¿Cómo estás?“Hola Foster, todo bien aunque las noticias no son muy buenas y ¿Mi hermana?”, interrogó.—Aquí está conmigo. ¿Por qué?“Tengo una noticia que no sé
Alexandra Green Estaba emocionada, mi corazón palpitaba con fuerza, a punto de salirse de mi pecho, apenas una hora antes me enteré por los exámenes médicos, que estaba esperando un bebé y ahora veía en el monitor por primera vez la figura de mi hijo. No había sospechado de mi embarazo, porque siempre tomaba mis anticonceptivos de manera diaria, pero al parecer, ese método no fue efectivo, porque sino, no estaría allí recibiendo esa noticia. No pude evitar esbozar una risita, al recordar que atribuí mis malestares, a una indigestión por la ingesta de frijoles. —¡Es ese mi bebé! —exclamé emocionada, al mismo tiempo no me fue posible retener las lágrimas, las cuales brotaron de forma incontrolable por mis ojos, bañando mis mejillas. —Sí, señora, ya tiene doce semanas de embarazo. Aunque estoy grabando la ecografía, le tomaré una fotografía para dársela y así pueda mostrársela a su esposo —mencionó la doctora con amabilidad. —Muchas gracias —respondí con alegría, aunque Fernando y y