Sony Scott.A la mañana siguiente, antes de que todos despertaran, decidí ir a la cita con el detective privado. No sabía si me estaba equivocando, si debí avisarle a Dorian, lo único que sabía es que debía encontrar la manera de evitar que este hombre se acercara a mi hijo y más aún que me lo arrebataran.Tomé la tarjeta y vi la dirección que indicaba allí, en media hora estaba en frente del edificio donde el detective tenía la oficina. Mis manos estaban sudando de los nervios, mientras me acercaba al mostrador de recepción.—Buen día, por favor, ¿Podría anunciarme con el detective John Reynolds? —pregunté tratando de controlar mi ansiedad.—¿De parte de quién? —preguntó la mujer después de saludarla.—Dígale que es de parte de la señora Scott —respondí con seriedad.La mujer asintió, me sentó en una sala de espera, mientras ella entraba a uno de los despachos.A medida que los minutos iban pasando mi ansiedad iba creciendo, no sabía en qué desencadenaría esa situación, solo esperaba
Sony Scott.Me quedé sin palabras, sabía que no tenía justificación para lo que estaba haciendo. Me limité a bajar la mirada, sintiéndome atrapada en mi propia mentira, sin embargo, tragué saliva y lo miré a los ojos, tratando de aparentar serenidad.—Lo siento, no quería huir, solo necesitaba un momento para leer los resultados en privado. No tenía intención de ocultarlos —mentí, tratando de mantener mi voz firme.El detective frunció el ceño, tomó el sobre de mi mano mirándome con escepticismo.—De verdad no entiendo las razones por las cuales quiere leer los resultados Lo siento, señora Scott, pero necesito estar presente cuando lea los resultados. Sus palabras me dejaron sin argumentos. Sabía que no tenía otra opción que aceptar su presencia. Caminamos juntos hasta la entrada.—Siéntese —me ordenó.Me senté, mientras rasgaba el sobre, mis ojos comenzaron a humedecerse y las manos me empezaron a temblar.—¿Por qué está tan nerviosa? ¿Acaso si tiene algo que ocultar? ¿Duda de su p
Dorian DimitrakisSé que ella tenía razón en sentirse defraudada por mí, sé que debí de contarle la verdad hace mucho tiempo, pero siempre había algo que impedía que lo hiciera, en el fondo sabía que esa mentira podría complicar las cosas entre nosotros y no me equivoqué.Por otra parte, me causaba un poco de malestar que ella fuera inclemente ante mi mentira, sin pensar que ella estaba en la misma condición que yo. Ante mis palabras, ella se irguió en toda la altura que su poco más de un metro y medio le permitía. —¿Qué estás insinuando? —inquirió en tono belicoso. —¡Crees que soy un falso, un mentiroso! Pero, ¿qué me dices de ti? —pregunté con la voz ronca y letal. —Pues no sé a qué te refieres —dijo con firmeza—, tú me mentiste intencional, pudiste decirme la verdad de que Catherine no era tu hija durante todo este tiempo, pero no lo hiciste, me engañaste, me hiciste ver cómo una estúpida y lo peor es que no tengo idea con qué intención ¿Qué ganas con eso? ¿Burlarte de mí? Mi
Sony Scott.Al escuchar las palabras de Dorian me sentí mortificada, temí que se enojara de nuevo conmigo, luego de vivir el momento más apasionado de mi vida.Me incorporé en la cama, cubriéndome con una sábana, pero me di cuenta de que había dejado un pecho sin cubrirme, cuando vi los ojos de Dorian ardiendo de deseo, me tapé más y respiré profundo.—Él es mi sobrino, hijo de mi hermana, que pensé era melliza… pero hace unos meses, me enteré de que éramos gemelas idénticas, cuando aquel detective que vimos, le mando a practicar una prueba de ADN a Elijah, y resultó que era un 99,9% de compatibilidad conmigo —pronuncié con un poco de temor—, siento no haberte dicho la verdad, he tenido mucho miedo porque de descubrirse me lo van a quitar y le prometí a mi hermana protegerlo con mi vida, que nunca le diría la verdad a nadie, y que lo trataría como a mi propio hijo.Él se acercó más a mí, se sentó a mi lado y enmarcó mi rostro con sus manos.—Escúchame, primero que todo debes estar clar
Dorian Dimitrakis Ante mi propuesta, ella se quedó viéndome con una expresión mezcla de sorpresa e incredulidad, mientras tanto, yo ansioso, esperaba su respuesta, no tenía idea de cuál sería, y aunque estaba consciente de que no era la mejor pedida de mano, esperaba que accediera a mi petición. Me conformaba que ella consintiera, aunque fuera por proteger a Elijah y que viera lo práctico de mi proposición.—¡¿Es en serio Dimitrakis?! —me preguntó seria y no puedo evitar sentirme nervioso ante su reacción.—Por supuesto que no estoy bromeando, nunca en la vida he hablado más en serio —respondo de manera inocente, desconociendo que con esas palabras continuaba perdiendo mis puntos con ella.—No —me dice a secas y yo me quedo mirándola con el ceño fruncido.—¿Por qué? —De verdad que pensé que eras más inteligente y caballero, es que con tu propuesta has bajado varios peldaños del altar donde te tenía, esa es la proposición de matrimonio más anti romántica y seca que he escuchado en t
Dorian Dimitrakis Sony se aferró a mi mano con fuerza y yo la apreté suavemente para darle mi apoyo. Era evidente que esa verdad había afectado profundamente a su madre, pero ella no podía seguir ocultando lo ocurrido por mucho más tiempo.—Lo sé, mamá. Es difícil de aceptar —dijo Sony con la voz quebrada—. Pero es la verdad. Elijah es mi sobrino, y lo he criado como si fuera mi propio hijo desde que mi hermana falleció en el parto, se lo prometí, porque si no estuviera en manos de su padre que es un demonio.Sony comenzó a contar los detalles de lo ocurrido, compartiendo con su madre la verdad sobre lo que había pasado en su vida, sobre la relación de su hermana con el padre de Elijah, su embarazo, fallecimiento, y el juramento que ella le hizo de hacerse cargo del pequeño como si fuera suyo propio. A medida que Sony hablaba, vi cómo su madre pasaba por una montaña rusa de emociones: sorpresa, incredulidad, tristeza y finalmente comprensión.Cuando Sony terminó de hablar, su madre
Sony ScottCuando el enfrentamiento con Rhos terminó, nos sentamos en la sala, me sentía agotada, nerviosa, y no podía quitarme esa mala sensación en la boca del estómago.Al parecer mi madre estaba diciendo algo, pero no la escuché, sentí su mano tocar mi antebrazo.—Quédense a comer, permítanme prepararles algo —dijo con una expresión de arrepentimiento en su mirada.Miré a Dorian, preguntándole en silencio si estaba de acuerdo y asintió, era increíble, como con solo una mirada lográbamos comunicarnos, y eso me hacía sentir que teníamos una profunda conexión.—Está bien mamá —respondí y todos nos fuimos a la cocina.Mi madre comenzó a preparar la comida y yo la ayudé a picar los aliños y algunas cosas que me pedía, sin embargo, se notaba inquieta, como si quisiera decirme algo.—¿Qué ocurre mamá? —pregunté y ella dejó lo que estaba haciendo para poner su atención en mí.—Es que… —hizo una pausa, echó la cabeza atrás como si estuviera armándose de valor—, me siento mal porque te di l
Sony ScottAnte la amenaza del hombre mi mente quedó en blanco por algunos segundos, no lograba procesar sus palabras, cuando reaccioné decenas de preguntas comenzaron a revolotear en mi cabeza.¿Cómo había pasado esto? ¿Cómo habían logrado encontrar mi paradero? ¿Cómo sabían que iba por allí? ¿En qué auto? A medida que las preguntas llegaban menos entendía. Sentí como si estuviera atrapada en una pesadilla. Elijah comenzó a llorar y me aferré a él con fuerza, tratando de protegerlo.De repente, vi a través del vidrio, como los guardaespaldas intentaron enfrentarse a los hombres afuera, pero estos terminaron disparándoles, mientras dentro del auto, Elijah empezaba a gritar desesperado.—¡Qué me entregues al niño! —exclamó impaciente el hombre amenazándome con el arma y yo negué.—No te lo lleves solo… yo me iré contigo para tranquilizarlo, por favor —dije con voz entrecortada y en un tono suplicante.El hombre lo pensó un par de segundos y sin dar respuesta clavó sus dedos en mi carn