Sony ScottMi corazón latió con fuerza en mi pecho mientras sostenía a Elijah en mis brazos. Las palabras del hombre tuvieron el mismo impacto en mí de un fuerte golpe, así que terminé retrocediendo sin dejar de abrazar a mi hijo.El alivio de encontrar a mi hijo sano y salvo se mezcló con la furia y la desesperación de estar cara a cara con el hombre que había planeado todo este secuestro.—Rhos, ¿cómo puedes hacer esto? ¿Cómo puedes ser tan despiadado? —le espeté con voz temblorosa, tratando de mantener mi determinación— ¿Qué quieres de nosotros? ¿Por qué secuestras a mi hijo? —interrogué asustada.—¿Tu hijo? Querrás decir mi hijo, él es mi heredero y lo necesito conmigo —señaló con firmeza.Antes de poder responderle yo, lo hizo mi hijo.—¡Tú eres un hombre malo! ¡No eres mi papá! Yo no tengo un padre malo, ¡Mi padre es Dorian! ¡Déjanos en paz! —gritó Elijah con voz temblorosa, enfadado y asustado a la vez.—Vaya, salió valiente como su padre —pronunció con una sonrisa—, solo tengo
Dorian Dimitrakis Después de diez horas de vuelo aterricé en el aeropuerto de Nueva York, apenas llegué me dirigí a la mansión de Von, me estaban esperando alguno de los hombres de seguridad.—¿Qué has averiguado? —pregunté al ver Julio, el nuevo encargado de la seguridad.—Aún nada estamos en esas investigaciones, señor de los dos agentes muertos, uno era el jefe de seguridad —dijo el hombre con una expresión de pesar.—Llama a todos los guardias dile que los quiero en diez minutos —ordené, enseguida, mientras recordaba con tristeza al hombre que había sido de mi confianza y que había muerto protegiendo a mi familia.Vi a Julio enviar un mensaje a través de su teléfono y en cuestión de minutos, todos los guardias estaban frente a mí. Observé sus rostros tensos y cansados. Se notaba que habían estado trabajando sin descanso desde que se produjo el secuestro.Los fui mirando uno a uno, parándome enfrente de ellos, tratando de averiguar por sus expresiones quien pudo habernos traicio
Dorian Dimitrakis Mantuve mi posición detrás de la columna, esperando el momento adecuado para actuar. Observé la posición de los atacantes, calculando sus movimientos y analizando las posibles salidas del edificio. Finalmente, encontré la oportunidad perfecta.—¡Ahora! —grité a Julio que estaba cerca.El hombre hizo un rápido movimiento, sacó de su bolsillo una granada de humo y la arrojó contra la pared, antes de venirnos le había preparado para eso.Enseguida el lugar se llenó de una densa niebla, que cubrió a nuestros enemigos y les impidió ver con claridad. En ese momento, ordené a los hombres que avanzaran, hacia la salida, juntos nos abrimos paso a través del humo.Los disparos seguían sonando, el ruido era ensordecedor, pero ahora teníamos una leve ventaja que nuestros enemigos no podían vernos, y, por lo tanto, no podían hacernos blanco de sus disparos. Eso nos daba ventaja necesaria para escapar. Nos desplazábamos con rapidez.Finalmente, logramos salir del edificio y nos
Sony Scott.Todo pasó en un segundo, el sonido de los disparos me aturdió, y por un momento temí lo peor. Extendí mi vista y vi a Rhos desplomarse al suelo con una herida en su pecho, al mismo tiempo que su pistola cayó de su mano y rodó por el suelo.Había escuchado dos detonaciones, por eso me adelante a Dorian y me coloqué en frente de él, cuando vi la sangre bañando su camisa al mismo tiempo que caía al suelo, sin soltar el arma, un grito de terror salió de mi garganta y corrí hacia él. —¡Dorian, no! —grité mientras caía de rodillas a su lado y comenzaba a revisarlo.Sus ojos se encontraron con los míos, y pude ver el dolor en ellos, pero también una expresión de serenidad.—Sony… no grites, estoy bien, soy mucho más fuerte de lo que parece—murmuró con voz débil.—¡Estás herido! —exclamé asustada mientras comenzaba a desabrochar su camisa, al mismo tiempo que las lágrimas corrían por mis mejillas.Cuando abrí la camisa, coloqué mi mano contra su herida, tratando de detener la san
Sony Scott.Dorian se esforzó por sonreír con más fuerza mientras yo acariciaba su mejilla con ternura. Su mano tembló ligeramente en la mía, pero se aferró a ella con fuerza.—No me asustes de esa forma de nuevo, cariño —susurré, inclinándome para besar su frente—. Pensé que te había perdido para siempre.Él cerró los ojos por un momento, evidentemente agotado por el esfuerzo que había hecho para hablar. Sin embargo, volvió a abrirlos unos segundos después, parpadeó lentamente y una débil sonrisa se formó en sus labios. Parecía cansado, pero había un brillo de vida en sus ojos que me llenó de esperanza.Loa abracé con fuerza, sintiendo su cuerpo contra el mío. Él se aferró a mí como si temiera que lo dejara ir de nuevo, y yo lo apreté con más fuerza.—Nunca te dejaré ir, Dorian. Te amaré siempre y para siempre —susurré contra su cabello oscuro, con voz temblorosa.Él soltó un suspiro de alivio y cerró los ojos, descansando su cabeza en mi hombro.—Sony… —murmuró, su voz apenas era un
Sony Scott.Un mes despuésUna vez lista me observé en el espejo, me quedé impactada cuando me vi, porque parecía otra.—¿Esa soy yo? —pregunté mirándome con los ojos abiertos de la sorpresa, es que parecía una princesa.—¡Por supuesto que eres tú! Te ves preciosa, al pobre Dorian le va a dar un síncope cuando te vea —dijo Alexandra, quien junto a Maddy y mi madre, además, de las estilistas y maquilladoras me estaban acompañando en ese momento.—¿Saben? —comencé a decir mirándome con una infinita emoción—, jamás imaginé que encontraría un hombre tan espléndido como Dorian, él es mi hombre perfecto.No pude evitar un sonoro suspiro, mientras todas en la habitación soltaban las carcajadas.—Chicas, necesito consejos, de cómo hacer para que Dorian siempre vea a través de mis ojos, y ande de cachorrito detrás de mí, como andan su Von y su Walton con ustedes —dije y una risotada general se escuchó, la primera en hablar fue Alexandra.—No te pases, ese hombre adora el suelo por donde pisas.
Dorian DimitrakisNueve meses después.Caminaba de un lado a otro sin poder contener mis nervios, me parece que fue ayer cuando mi amada esposa me dio la noticia de que sería padre, no pude contener el caudal de recuerdos que llegaron a mí.Estaba en mi oficina terminando una reunión con un grupo de inversionista cuando Sony me llamó.“Esposo, puedes asomarte por el ventanal de tu oficina”, me dijo y yo fruncí el ceño con una mezcla de desconcierto y preocupación.—¿Pasa algo amor? —le pregunté y una risita se escuchó al otro lado de la línea. “Obedece a tu esposa ciegamente y no preguntes”, me respondió y yo solté una carcajada.—Claro que si amor, lo que tú digas —dije con un tono de ternura que sabía que le encantaba y la derretía.Cuando estábamos juntos y le hablaba en ese tono, ella se colocaba a horcajadas encima de mí, y terminábamos en un momento apasionado. “Eres un tentador, si no es por lo que te tengo preparado, saldría corriendo detrás de ti”, me dijo con voz ronca, ha
SinopsisUna mujer sin memoria lucha por encontrar su identidad en un mundo lleno de incógnitas. Rescatada por una desconocida tras un brutal ataque, su determinación y fuerza la llevan a reconstruir su vida, encontrando trabajo en el prestigioso bufete Foster Lewis Law Firm. Pero allí, su jefe, Foster Lewis, un abogado de renombre, mujeriego y de corazón endurecido, parece empeñado en hacer su vida imposible.Foster, con un pasado doloroso y un amor no correspondido, encuentra en Harley, la aseadora desfigurada, una chispa que amenaza con encender emociones que creía enterradas. A pesar de las apariencias, Harley, se convierte en un enigma que lo atrae irremediablemente.Mientras el odio se mezcla con la pasión, los secretos del pasado de ambos amenazan con desvelarse, forjando un lazo imposible entre dos almas rotas. Capítulo 1. Una mujer provocativa.Foster LewisEstaba en mi oficina cuando escuché unos golpes en la puerta, fruncí el ceño e invité a la persona a entrar, se trataba