SinopsisUna mujer sin memoria lucha por encontrar su identidad en un mundo lleno de incógnitas. Rescatada por una desconocida tras un brutal ataque, su determinación y fuerza la llevan a reconstruir su vida, encontrando trabajo en el prestigioso bufete Foster Lewis Law Firm. Pero allí, su jefe, Foster Lewis, un abogado de renombre, mujeriego y de corazón endurecido, parece empeñado en hacer su vida imposible.Foster, con un pasado doloroso y un amor no correspondido, encuentra en Harley, la aseadora desfigurada, una chispa que amenaza con encender emociones que creía enterradas. A pesar de las apariencias, Harley, se convierte en un enigma que lo atrae irremediablemente.Mientras el odio se mezcla con la pasión, los secretos del pasado de ambos amenazan con desvelarse, forjando un lazo imposible entre dos almas rotas. Capítulo 1. Una mujer provocativa.Foster LewisEstaba en mi oficina cuando escuché unos golpes en la puerta, fruncí el ceño e invité a la persona a entrar, se trataba
Callia Dimitrakis.Cuando salí de la oficina de Foster, que subí al ascensor, no pude evitar sentir un cosquilleo en mis labios, levanté mi mano y los acaricié con suavidad, jamás pensé que ese hombre me hiciera sentir esas sensaciones, sonreí con alegría, aunque enseguida pensé que quizás estaba muy grande para mí.Sin embargo, me negué a seguir pensando en eso, me subí al auto y regresé al apartamento que compartía con mi madre, al entrar ella me estaba esperando, ansiosa porque le diera noticias de cómo me había ido con Foster. —Callia, al fin llegas me tenías ansiosa. ¿Cómo te fue con Foster? ¿Aceptó hacer lo que le pediste? —me preguntó sin dejar de observarme, no perdiendo detalles de mis expresiones.—Le dije, pero no aceptó, él es leal con mi hermano, y me dijo que no haría nada que vaya en contra de su amistad y su ética, sin embargo, me ofreció a ayudarme de manera legal hablando con él, para que me diera las acciones que me ofreció —expresé para calmarla, porque sabía todo
Foster LewisCerré los ojos tratando de controlar ese profundo deseo que se agitaba en mi interior, pero sabía que era misión imposible, su mano en mi piel tenía el efecto de una descarga de miles de voltios, haciéndome sentir numerosas sensaciones.Abrí los ojos y la miré, no pude evitar perderme en sus hechizantes ojos verdes, su mirada era intensa, y de inmediato sentí la misma atracción que siempre había sentido hacia ella. Sabía que tenía que ser cauteloso, pero era difícil resistirse a su encanto, sobre todo porque en ese momento, desabotonaba los botones de mi camisa y recorría con sus delicadas manos mi pecho.Un gemido de excitación salió de mis labios mientras sentía el calor de sus manos en mi cuerpo, traté de impedir que esto siguiera, resistiéndome al inmenso deseo que sentía.—Esto no está bien… yo no puedo hacer nada contigo… eres la hermana de Von —susurré tratando de contenerme.—Pero te deseo… no es mi hermano quien decide con quién estoy, sino yo —señaló con decisió
Callia Dimitrakis Abrí los ojos lentamente, y cuando extendí mi mirada vi a Foster dormido, se veía relajado, a pesar de sus rasgos severos, era hermoso, capaz de provocar en mí muchas sensaciones y no era la primera vez que las estaba experimentando con él, ya me había dado cuenta desde hace mucho, cuando estuve consciente de la atracción que podía existir entre un hombre y una mujer. Incluso intenté olvidarlo con otro hombre, Fernando, pensando que podía sentir lo mismo, pero no fue así, a pesar de que me agradaba no saltaban chispas entre nosotros, aparte él no parecía interesado en mí, por eso desistí de esa absurda idea. Foster era el hombre más atractivo del mundo, pero yo era una chiquilla y la diferencia de edad entre nosotros era mucha, y solo había sido hasta ahora que me había dado cuenta de que él sentía algo por mí. Me estiré en la cama de manera perezosa y observé el desorden de las sábanas que habíamos dejado atrás durante la pasión desenfrenada de la noche anterior.
Foster LewisSalí de allí con el corazón destrozado, no podía creer que siendo un hombre maduro, abogado, que había ganado casos millonarios, ahora me había dejado usar con una chiquilla manipuladora y calculadora, estaba molesto conmigo mismo, queriendo acabar con todo a mi paso.Llegué al edificio donde estaba mi oficina, tenía tantas ganas de sacarme la frustración que no me importó la forma de hacerlo.Conmigo trabajaba una abogada que había pasado meses coqueteándome, y como no me gustaba involucrarme con empleados, nunca le había prestado atención, pero creo que el momento ameritaba hacer una excepción. Así que apenas llegué le di una orden a la secretaria.—Dile a Milena que la quiero en mi despacho ¡Ya! Y tú tienen el resto del día libre.—Señor Foster, pero… —comenzó a decir mi secretaria y yo la detuve.—No hay pero que valga, vaya y cumpla mi orden.No pasó mucho tiempo en que la abogada entró a mi despacho, sin dejar de mirarme con deseo, los primeros tres botones de su b
Callia Dimitrakis.La noticia que me acababa de dar el médico sobre mi embarazo me dejó muda, sentí que la respiración me faltaba, traté de calmarme para poder llevar aires a mis pulmones, porque en ese momento sentía que podía caer sin aire al suelo.Mi mente se llenó de una mezcla de emociones, y no sabía cómo reaccionar. Había llegado a la clínica con la preocupación de unos síntomas estomacales, algún virus persistente, sin embargo, ahora me enfrentaba a la noticia de que estaba esperando un bebé.Por esos momentos de mi boca no salió ninguna palabra, solo me quedé tranquila escuchando, pero sin prestar atención al médico que me daba detalles sobre mi embarazo.Mi mente estaba abrumada por el impacto de la noticia. Un torbellino de pensamientos se arremolinó en mi cabeza. ¿Cómo podía estar embarazada en medio de todo el caos emocional que vivía? ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Foster querría al bebé? ¿Estaba preparada para ser madre, y no una cualquiera, sino una buena?, pensé.El médico
Callia Dimitrakis.Uno de los guardias de seguridad me acompañó junto con mi madre al auto, mientras caminaba, el dolor en mi vientre se intensificaba, me ayudaron a subir al vehículo y mi madre condujo a toda prisa hacia la clínica más cercana. Cada minuto que pasaba me parecía una eternidad, al mismo tiempo mi mente se llenaba de temores y preguntas sobre la salud de mi bebé. Rogaba al cielo porque estuviera bien.Cuando llegamos a la clínica, mi madre me acompañó hasta la recepción, donde una enfermera nos atendió de inmediato. Ella le explicó la situación y nos llevaron a una sala de examen. Mientras esperábamos al médico, mi madre se veía tranquila, en cambio yo estaba cada vez nerviosa y ansiosa por conocer la causa de la hemorragia.Finalmente, el médico llegó y realizó una serie de exámenes y ultrasonidos. Su expresión se volvió seria mientras observaba la pantalla del monitor. La tensión en la habitación era palpable.—¿Está bien mi hijo? —pregunté sintiendo mi corazón, enco
Callia Dimitrakis.Sentía que me estaba ahogando, intenté apartarlo de mí, pero Foster seguía apretando con fuerza mi garganta, mientras no paraba de insultarme, sus ojos inyectados de sangre, parecía como poseído, y yo no podía entender el porqué de su actitud.¿Por qué hablaba como si yo hubiese sido la culpable de haber perdido a mi hijo? ¿Acaso cree que yo quise perderlo? ¿Qué en mis manos estuvo salvarlo y no lo hice?, no entendía su reacción.Sentía que el aire ya no pasaba a mis pulmones y comencé a sentirme mareada, todo se fue oscureciendo, pensé que iba a morir, de pronto caí al suelo, mientras no dejaba de toser y luchaba por respirar, escuchaba un zumbido en mis oídos, y allí escuché la voz histérica de mi madre.—¡Aléjate de mi hija! No voy a permitir que le hagas daño… le dije a ella que no eras un hombre bueno y ahora lo acaba de comprobar por sí misma, vete en este momento o te juro que voy a llamar a la policía —la escuché decir mientras golpeaba a Foster.Segundos de