Sony Scott.Dorian se esforzó por sonreír con más fuerza mientras yo acariciaba su mejilla con ternura. Su mano tembló ligeramente en la mía, pero se aferró a ella con fuerza.—No me asustes de esa forma de nuevo, cariño —susurré, inclinándome para besar su frente—. Pensé que te había perdido para siempre.Él cerró los ojos por un momento, evidentemente agotado por el esfuerzo que había hecho para hablar. Sin embargo, volvió a abrirlos unos segundos después, parpadeó lentamente y una débil sonrisa se formó en sus labios. Parecía cansado, pero había un brillo de vida en sus ojos que me llenó de esperanza.Loa abracé con fuerza, sintiendo su cuerpo contra el mío. Él se aferró a mí como si temiera que lo dejara ir de nuevo, y yo lo apreté con más fuerza.—Nunca te dejaré ir, Dorian. Te amaré siempre y para siempre —susurré contra su cabello oscuro, con voz temblorosa.Él soltó un suspiro de alivio y cerró los ojos, descansando su cabeza en mi hombro.—Sony… —murmuró, su voz apenas era un
Sony Scott.Un mes despuésUna vez lista me observé en el espejo, me quedé impactada cuando me vi, porque parecía otra.—¿Esa soy yo? —pregunté mirándome con los ojos abiertos de la sorpresa, es que parecía una princesa.—¡Por supuesto que eres tú! Te ves preciosa, al pobre Dorian le va a dar un síncope cuando te vea —dijo Alexandra, quien junto a Maddy y mi madre, además, de las estilistas y maquilladoras me estaban acompañando en ese momento.—¿Saben? —comencé a decir mirándome con una infinita emoción—, jamás imaginé que encontraría un hombre tan espléndido como Dorian, él es mi hombre perfecto.No pude evitar un sonoro suspiro, mientras todas en la habitación soltaban las carcajadas.—Chicas, necesito consejos, de cómo hacer para que Dorian siempre vea a través de mis ojos, y ande de cachorrito detrás de mí, como andan su Von y su Walton con ustedes —dije y una risotada general se escuchó, la primera en hablar fue Alexandra.—No te pases, ese hombre adora el suelo por donde pisas.
Dorian DimitrakisNueve meses después.Caminaba de un lado a otro sin poder contener mis nervios, me parece que fue ayer cuando mi amada esposa me dio la noticia de que sería padre, no pude contener el caudal de recuerdos que llegaron a mí.Estaba en mi oficina terminando una reunión con un grupo de inversionista cuando Sony me llamó.“Esposo, puedes asomarte por el ventanal de tu oficina”, me dijo y yo fruncí el ceño con una mezcla de desconcierto y preocupación.—¿Pasa algo amor? —le pregunté y una risita se escuchó al otro lado de la línea. “Obedece a tu esposa ciegamente y no preguntes”, me respondió y yo solté una carcajada.—Claro que si amor, lo que tú digas —dije con un tono de ternura que sabía que le encantaba y la derretía.Cuando estábamos juntos y le hablaba en ese tono, ella se colocaba a horcajadas encima de mí, y terminábamos en un momento apasionado. “Eres un tentador, si no es por lo que te tengo preparado, saldría corriendo detrás de ti”, me dijo con voz ronca, ha
SinopsisUna mujer sin memoria lucha por encontrar su identidad en un mundo lleno de incógnitas. Rescatada por una desconocida tras un brutal ataque, su determinación y fuerza la llevan a reconstruir su vida, encontrando trabajo en el prestigioso bufete Foster Lewis Law Firm. Pero allí, su jefe, Foster Lewis, un abogado de renombre, mujeriego y de corazón endurecido, parece empeñado en hacer su vida imposible.Foster, con un pasado doloroso y un amor no correspondido, encuentra en Harley, la aseadora desfigurada, una chispa que amenaza con encender emociones que creía enterradas. A pesar de las apariencias, Harley, se convierte en un enigma que lo atrae irremediablemente.Mientras el odio se mezcla con la pasión, los secretos del pasado de ambos amenazan con desvelarse, forjando un lazo imposible entre dos almas rotas. Capítulo 1. Una mujer provocativa.Foster LewisEstaba en mi oficina cuando escuché unos golpes en la puerta, fruncí el ceño e invité a la persona a entrar, se trataba
Callia Dimitrakis.Cuando salí de la oficina de Foster, que subí al ascensor, no pude evitar sentir un cosquilleo en mis labios, levanté mi mano y los acaricié con suavidad, jamás pensé que ese hombre me hiciera sentir esas sensaciones, sonreí con alegría, aunque enseguida pensé que quizás estaba muy grande para mí.Sin embargo, me negué a seguir pensando en eso, me subí al auto y regresé al apartamento que compartía con mi madre, al entrar ella me estaba esperando, ansiosa porque le diera noticias de cómo me había ido con Foster. —Callia, al fin llegas me tenías ansiosa. ¿Cómo te fue con Foster? ¿Aceptó hacer lo que le pediste? —me preguntó sin dejar de observarme, no perdiendo detalles de mis expresiones.—Le dije, pero no aceptó, él es leal con mi hermano, y me dijo que no haría nada que vaya en contra de su amistad y su ética, sin embargo, me ofreció a ayudarme de manera legal hablando con él, para que me diera las acciones que me ofreció —expresé para calmarla, porque sabía todo
Foster LewisCerré los ojos tratando de controlar ese profundo deseo que se agitaba en mi interior, pero sabía que era misión imposible, su mano en mi piel tenía el efecto de una descarga de miles de voltios, haciéndome sentir numerosas sensaciones.Abrí los ojos y la miré, no pude evitar perderme en sus hechizantes ojos verdes, su mirada era intensa, y de inmediato sentí la misma atracción que siempre había sentido hacia ella. Sabía que tenía que ser cauteloso, pero era difícil resistirse a su encanto, sobre todo porque en ese momento, desabotonaba los botones de mi camisa y recorría con sus delicadas manos mi pecho.Un gemido de excitación salió de mis labios mientras sentía el calor de sus manos en mi cuerpo, traté de impedir que esto siguiera, resistiéndome al inmenso deseo que sentía.—Esto no está bien… yo no puedo hacer nada contigo… eres la hermana de Von —susurré tratando de contenerme.—Pero te deseo… no es mi hermano quien decide con quién estoy, sino yo —señaló con decisió
Callia Dimitrakis Abrí los ojos lentamente, y cuando extendí mi mirada vi a Foster dormido, se veía relajado, a pesar de sus rasgos severos, era hermoso, capaz de provocar en mí muchas sensaciones y no era la primera vez que las estaba experimentando con él, ya me había dado cuenta desde hace mucho, cuando estuve consciente de la atracción que podía existir entre un hombre y una mujer. Incluso intenté olvidarlo con otro hombre, Fernando, pensando que podía sentir lo mismo, pero no fue así, a pesar de que me agradaba no saltaban chispas entre nosotros, aparte él no parecía interesado en mí, por eso desistí de esa absurda idea. Foster era el hombre más atractivo del mundo, pero yo era una chiquilla y la diferencia de edad entre nosotros era mucha, y solo había sido hasta ahora que me había dado cuenta de que él sentía algo por mí. Me estiré en la cama de manera perezosa y observé el desorden de las sábanas que habíamos dejado atrás durante la pasión desenfrenada de la noche anterior.
Foster LewisSalí de allí con el corazón destrozado, no podía creer que siendo un hombre maduro, abogado, que había ganado casos millonarios, ahora me había dejado usar con una chiquilla manipuladora y calculadora, estaba molesto conmigo mismo, queriendo acabar con todo a mi paso.Llegué al edificio donde estaba mi oficina, tenía tantas ganas de sacarme la frustración que no me importó la forma de hacerlo.Conmigo trabajaba una abogada que había pasado meses coqueteándome, y como no me gustaba involucrarme con empleados, nunca le había prestado atención, pero creo que el momento ameritaba hacer una excepción. Así que apenas llegué le di una orden a la secretaria.—Dile a Milena que la quiero en mi despacho ¡Ya! Y tú tienen el resto del día libre.—Señor Foster, pero… —comenzó a decir mi secretaria y yo la detuve.—No hay pero que valga, vaya y cumpla mi orden.No pasó mucho tiempo en que la abogada entró a mi despacho, sin dejar de mirarme con deseo, los primeros tres botones de su b