Dorian DimitrakisSony soltó un gemido de placer y se tambaleó, pero yo la sujeté con fuerza, la tomé por la nunca, y la besé con desesperación, como un sediento en el desierto.Inevitablemente, una imagen de Sony envuelta en ropa interior de encaje negro apareció en mi mente, incendiando más mi pasión por ella, la deseaba con desesperación, quería que ese deseo que sentía en ese momento, desapareciera por completo, quería llevarla a las alturas y que ella gritara mi nombre de placer, quería olvidar todo, pero al mismo tiempo mantenerlo vivo, porque quería volver a sentirla cada día.Sony abrió los ojos, me miró y su respiración se agitó, su mirada era más intensa de lo que jamás había visto. Con delicadeza, acarició mi rostro, me miró con ternura, como si yo fuera algo precioso e importante para ella.—Dorian, no sé lo que me ocurre, pero… siento como un fuego que se aviva con cada beso, con cada caricia ¿Qué nos está pasando? —preguntó con un tono de preocupación.—No lo sé, pero es
Dorian DimitrakisLos días pronto se convirtieron en semanas, vivía con mucha tensión, las cosas no estaban todo lo bueno que me gustaría, porque a Sony le había dado prácticamente por huirme y trataba de no quedarse a solas conmigo, siempre usaba a Elijah como barrera y me sentía frustrado.Me había pedido que trajera a Catherine con nosotros porque quería que compartiéramos como una familia, quizás debí haberle dicho la verdad, pero en ese momento temía que una confesión de esa magnitud terminara alejándola más y separándome para siempre de la mujer que amaba, necesitaba encontrar el momento preciso.Por eso decidí llamar a Catherine para pedirle que viniera a Nueva York, necesitaba primero decirle si estaba de acuerdo para después hablar con Von.Apenas repicó el teléfono, fue atendido por Catherine.“Hola, tío papá, pensé que te habías olvidado de tu hija postiza ¿Acaso ya le dijiste a la tía Sony la verdad sobre mi paternidad?”, me preguntó la pequeña en un tono mezcla de burla y
Sony Scott.Estábamos pasando una tarde agradable, la pequeña Catherine era una niña bastante agradable, era muy graciosa y me hacía reír mucho, tenía unas ocurrencias que no parecían propias de una niña de su edad.Justo cuando Dorian quería hacerme una confesión, se acercó un hombre y nos interrumpió, me puse muy nerviosa, porque me imaginé que se trataba de alguien que había enviado Rhos Wilson, desde un principio sabía que ese hombre no se iba a quedar tranquilo y no me equivoqué.El hombre frente a mí se identificó como un detective privado y quería hablar conmigo por alguien qué había desaparecido en el pasado y que estaba relacionado conmigo, no me quedó duda de que se trataba de mi hermana o incluso de mí.Sentí como si alguien me hubiese subido y bajado con violencia, mis manos comenzaron a temblar, sentí la boca seca, y un sudor frío recorrió mi espina dorsal, estaba tan aterrada como aquel día cuando mi hermana dio a luz.Intenté recomponerme y mantener la compostura frente
Sony Scott.A la mañana siguiente, antes de que todos despertaran, decidí ir a la cita con el detective privado. No sabía si me estaba equivocando, si debí avisarle a Dorian, lo único que sabía es que debía encontrar la manera de evitar que este hombre se acercara a mi hijo y más aún que me lo arrebataran.Tomé la tarjeta y vi la dirección que indicaba allí, en media hora estaba en frente del edificio donde el detective tenía la oficina. Mis manos estaban sudando de los nervios, mientras me acercaba al mostrador de recepción.—Buen día, por favor, ¿Podría anunciarme con el detective John Reynolds? —pregunté tratando de controlar mi ansiedad.—¿De parte de quién? —preguntó la mujer después de saludarla.—Dígale que es de parte de la señora Scott —respondí con seriedad.La mujer asintió, me sentó en una sala de espera, mientras ella entraba a uno de los despachos.A medida que los minutos iban pasando mi ansiedad iba creciendo, no sabía en qué desencadenaría esa situación, solo esperaba
Sony Scott.Me quedé sin palabras, sabía que no tenía justificación para lo que estaba haciendo. Me limité a bajar la mirada, sintiéndome atrapada en mi propia mentira, sin embargo, tragué saliva y lo miré a los ojos, tratando de aparentar serenidad.—Lo siento, no quería huir, solo necesitaba un momento para leer los resultados en privado. No tenía intención de ocultarlos —mentí, tratando de mantener mi voz firme.El detective frunció el ceño, tomó el sobre de mi mano mirándome con escepticismo.—De verdad no entiendo las razones por las cuales quiere leer los resultados Lo siento, señora Scott, pero necesito estar presente cuando lea los resultados. Sus palabras me dejaron sin argumentos. Sabía que no tenía otra opción que aceptar su presencia. Caminamos juntos hasta la entrada.—Siéntese —me ordenó.Me senté, mientras rasgaba el sobre, mis ojos comenzaron a humedecerse y las manos me empezaron a temblar.—¿Por qué está tan nerviosa? ¿Acaso si tiene algo que ocultar? ¿Duda de su p
Dorian DimitrakisSé que ella tenía razón en sentirse defraudada por mí, sé que debí de contarle la verdad hace mucho tiempo, pero siempre había algo que impedía que lo hiciera, en el fondo sabía que esa mentira podría complicar las cosas entre nosotros y no me equivoqué.Por otra parte, me causaba un poco de malestar que ella fuera inclemente ante mi mentira, sin pensar que ella estaba en la misma condición que yo. Ante mis palabras, ella se irguió en toda la altura que su poco más de un metro y medio le permitía. —¿Qué estás insinuando? —inquirió en tono belicoso. —¡Crees que soy un falso, un mentiroso! Pero, ¿qué me dices de ti? —pregunté con la voz ronca y letal. —Pues no sé a qué te refieres —dijo con firmeza—, tú me mentiste intencional, pudiste decirme la verdad de que Catherine no era tu hija durante todo este tiempo, pero no lo hiciste, me engañaste, me hiciste ver cómo una estúpida y lo peor es que no tengo idea con qué intención ¿Qué ganas con eso? ¿Burlarte de mí? Mi
Sony Scott.Al escuchar las palabras de Dorian me sentí mortificada, temí que se enojara de nuevo conmigo, luego de vivir el momento más apasionado de mi vida.Me incorporé en la cama, cubriéndome con una sábana, pero me di cuenta de que había dejado un pecho sin cubrirme, cuando vi los ojos de Dorian ardiendo de deseo, me tapé más y respiré profundo.—Él es mi sobrino, hijo de mi hermana, que pensé era melliza… pero hace unos meses, me enteré de que éramos gemelas idénticas, cuando aquel detective que vimos, le mando a practicar una prueba de ADN a Elijah, y resultó que era un 99,9% de compatibilidad conmigo —pronuncié con un poco de temor—, siento no haberte dicho la verdad, he tenido mucho miedo porque de descubrirse me lo van a quitar y le prometí a mi hermana protegerlo con mi vida, que nunca le diría la verdad a nadie, y que lo trataría como a mi propio hijo.Él se acercó más a mí, se sentó a mi lado y enmarcó mi rostro con sus manos.—Escúchame, primero que todo debes estar clar
Dorian Dimitrakis Ante mi propuesta, ella se quedó viéndome con una expresión mezcla de sorpresa e incredulidad, mientras tanto, yo ansioso, esperaba su respuesta, no tenía idea de cuál sería, y aunque estaba consciente de que no era la mejor pedida de mano, esperaba que accediera a mi petición. Me conformaba que ella consintiera, aunque fuera por proteger a Elijah y que viera lo práctico de mi proposición.—¡¿Es en serio Dimitrakis?! —me preguntó seria y no puedo evitar sentirme nervioso ante su reacción.—Por supuesto que no estoy bromeando, nunca en la vida he hablado más en serio —respondo de manera inocente, desconociendo que con esas palabras continuaba perdiendo mis puntos con ella.—No —me dice a secas y yo me quedo mirándola con el ceño fruncido.—¿Por qué? —De verdad que pensé que eras más inteligente y caballero, es que con tu propuesta has bajado varios peldaños del altar donde te tenía, esa es la proposición de matrimonio más anti romántica y seca que he escuchado en t