Jenna una hija ejemplar, vive solo con su padre que la crio con mucho amor, disciplina, responsabilidad. Marck Black, un hombre muy recto que quedó viudo muy joven, pero no se hizo de otro compromiso por su hija, para que viva feliz. Pero la vida es así, ambos contactaron con una empresa de cita a ciegas, donde no hablaban, usaban antifaces que no dejaban reconocer nada de la identidad del otro, sin saberlo, hacen algo que causaría dolor, arrepentimiento, lágrimas. Por otra parte, hay una verdad no revelada que al final será la causante de que sus vidas cambien en su totalidad. ¿Cuál será esa revelación? ¿Cuál verdad será esa? Descúbrelo cuando leas esta controversial novela Donde se descubren que el sexo se lleva a cabo con quién puede ser algo para ti, pero ninguno sabe nada del otro, ya que todo se hace en silencio y con antifaces, aunque también existen dichos como. “NADA ES LO QUE PARECE”
Marck es un CEO dueño de su propia empresa de Computadoras, exitoso, felizmente casado con Judith Carlson, se amaron desde niños, muy jóvenes tuvieron relaciones en una fiesta donde su dizque, amigos, les pusieron éxtasis en sus bebidas y sus padres optaron por casarlos, ya que eran todavía menores de edad, tenían 17 años ambos y ella estaba ya embarazada de 3 meses, su amor verdadero había sucumbido a lo carnal en una noche que solo se besaban, pero el cuerpo y la pasión bloquearon las responsabilidades, el orden la disciplina, solo quien sabe amar entendería lo que pasó esa noche, porque cuando terminaron ambos lloraron al darse cuenta de lo que habían hecho, pero lloraban de haber fallado a sus padres que les habían pedido que esperen a tener 18 años, pero ellos no sabían de la treta de sus amigos, esa droga había hecho que se encendiera la libido de ambos. Las dos familias, amigos e invitados a la boda, los felicitaban, pues sabían de su gran amor y nadie los había criticado por h
La vida después de este trágico acontecer siguió su curso, Judith se decidió por callar ese secreto y que su familia viva en paz y tranquilidad, Jenna ya había cumplido los 10 años de edad, su vida era tranquila como otra cualquiera, al llegar de la escuela, su madre la recibió muy feliz, pues era su aniversario de bodas y en el armario atrás de unas envolturas había descubierto el regalo de su esposo para su aniversario, en cambio, ella había hecho la comida especial favorita para Marck, que siempre se daba tiempo para ir a casa a almorzar con su familia era muy apegado a ella. Todo tenía preparado, cuando se escuchó el clic de la llave en la cerradura y entro, dándose vuelta aprisa porque ya sabía que su hija se le lanzaba a recibirlo. Jenna era una ferviente admiradora de su padre, para ella Él era su héroe, Marck la agarraba en sus manos, la alzaba dándole vueltas en el aire y riéndose, para Él ella era su ángel, su vida, su hija amada, le dio un beso en la frente y la bajo, para
Jenna estaba ansiosa, pues las horas pasaban y su amada mamá no llegaba, estaba intranquila, su nana no sabía nada todavía, cuando se escuchó el clic de la puerta, la niña estaba parada esperando frente a la puerta esperando ver a su mamá, pero apareció su padre todo demacrado, triste que al verla tuvo que contenerse de llorar, venía con su abuelita paterna también triste eso a ella le extraño, siempre se los veía felices por verla, abrazo saludando a su abuelita, después a su padre que al abrazarla se soltó en llanto, ya no pudo soportarlo lloró con tanto dolor haciendo asustar a su hija que pregunto. —¿Qué te pasa papi? ¿Y mi mami dónde está? ¿Y por qué lloras? Marck se sentó en el suelo, su hija se metió entre sus piernas a mirarlo llorar y preguntaba ya ansiosa —Papi, ¿mi mami? ¿Le paso algo a mi mami? ¡Papi, dime algo! Él la observaba con tristeza, pensaba como explicarle que no vería nunca más a su mamá y dijo —Tu mami… se… fue al… cielo amor —Jenna al escucharlo le entendió
Carla acompañó a desayunar a su nieta y Alice ya había llegado con su ropa para quedarse a vivir con su linda niña, la adoraba, se acomodó en la habitación contigua y fue a la cocina para desayunar con ellas, la señora que cocinaba la apreciaba mucho a la nana, cuando terminaron se fueron a la habitación de Jenna, pues no iba a ir todavía a clases tenía permiso por tres días por el luto de su mamá. Mientras en casa de Dereck ya había despertado, pero no quería ir todavía a la empresa, pues su conciencia no estaba tranquila, se levantó, fue al baño, ya había salido dándose su baño matutino, cuando escucho la voz de su hijo afuera de su puerta. —Papá, ¿puedo entrar? —Estaba solo con su bóxer, pero era su hijo y contesto —Entra hijo — Se quedó parado mirando la puerta abrirse y asomo Marck más tranquilo, cerró la puerta tras Él y fue directo donde estaba su padre para darle un abrazo muy apretado, logrando hacerlo sollozar —Hijo, por favor, per… dóname, quiero decirle a tu mamá, la cu
Jenna llego a los quince años, Marck estaba tan orgulloso de su hija, buena estudiante, buena hija, nada de novios, decía que primero quería ser alguien en la vida y después tener novio, era iniciativa suya, toda su familia estaba muy feliz con lo que ella había decidido. La recepción iba a ser en un lujoso local, todo estaba preparado ya, sus abuelos estaban esperando su llegada en compañía de su padre, Alice estaba terminando de vestirla al igual que algunas compañeras de la Preparatoria que la querían mucho y eran sus amigas más fieles. Marck estaba muy impaciente, quería llevarla ya y presentarla a la sociedad como su bella hija convertida ya en una señorita, tenía un pequeño brindis en nombre de su hija, cuando Jenna salió de su habitación con ese bello vestido entallado, no era rosado como se usa tradicionalmente ella no quiso eso, deseo un vestido de gala que le quedo hermoso, su padre se maravilló al verla toda una mujer que no se aguantó y dijo. —Mi princesita ya es toda un
En la incorporación de la Escuela de chefs, le homenajearon por ser la mejor estudiante, recibió unas medallas, diplomas, todos estaban orgullosos de Jenna, el bufete preparado por los alumnos era una delicia para el paladar de todos los integrantes de la recepción de graduación. Abrazos, alegrías, anécdotas, risas se escuchaban en ese sitio, brindaban por todos los graduados, hasta que todo se terminó y regresaron los Black a casa, donde siguieron los festejos, los aplausos, los viva la nueva chef. Todos estaban felices, pues ya estaba cerca el ingreso a la Universidad por parte de Jenna, una sorpresa le esperaba a la agraciada jovencita al amanecer, el sol entraba por los pliegues de la cortina, Jenna se levantaba toda perezosa, pero el despertador ya había hecho su trabajo, fue a bañarse para sacarse el último rezago de sueño, se vistió casual, sin embargo, al salir de su habitación se fijó que no había ruidos, no había nadie, recorrió el pasillo toco y abrió varias puertas buscan
Las clases de Jenna eran muy extenuantes, pero muy productivas, la reunión estaba prevista para el fin de semana donde ya les instruirían en todo lo relacionado con lo que deberían aprender y hacer, era la comidilla de su clase y sus amigos. El profesor de Negocios Paul Jotts los observaba y escuchaba divertido cuando tocó salir a receso, no se fue porque le tocaba la siguiente hora con esa misma clase, pero los estudiantes, incluida Jenna, tampoco salieron, seguían con sus conversaciones, entonces Nuria la más extrovertida de la clase se levantó de su asiento siendo observada de los demás compañeros de clase, fue hacia el escritorio donde el profesor revisaba su celular hasta que se percató de ella que estaba junto a Él, la miro y pregunto. —¿Qué desea, señorita Nuria? —Ella puso sus manos hacia atrás y dijo sonrojada —Profesor quisiera saber si (miro a sus compañeros) quisiera saber si usted está enterado de ¿qué es lo que se hace en esa fraternidad de la universidad? Paul sonrió