Un amanecer hermoso llegó a la mansión Black Lombardi, Jenna despertó, primero fue a la habitación de sus hijos que todavía dormían, pero la niñera estaba arreglando su ropita, la saludo y le paso el sacaleches que ella lo usó dejando dos biberones llenos para sus hijos, retornó a su habitación después de pedir muchos cuidados para sus hijos. Entro y su mirada amorosa fue hacia su esposo, que estaba allí dormido a rienda suelta, porque ese día no iba a ir a su empresa, pues en la noche su padre Dereck le había pedido que acompañe a su esposa, que no se preocupe de nada. Salió de allí y bajo para ordenar un desayuno nutritivo para ella y Marck, estaba sentada en la sala pensando en su felicidad cuando su celular vibro y fijo su mirada para enterarse de quién era que llamaba y vio que era Alice. Contesto la llamada Aló Alice mi nana querida Aló mi niña, ¿cómo amaneció? Bien nanita Solo te llamé para decirte que… que Alice hizo un silencio muy largo que preocupo a Jenna que pregun
UNOS AÑOS DESPUÉS Marck y Jenna estaban celebrando los cumpleaños de sus hijos Alek y Kurt Black Lombardi, eran unos niños catalogados como genios en la escuela, pues siempre estaban en el primer lugar, además la felicidad estaba casi completa porque iban a ser nuevamente padres de una bebita, el vientre de ella ya estaba muy pronunciado, sus hijos besaban a cada momento su abultado vientre diciendo. —Te cuidaremos hermanita, apúrate en salir de allí, ya te queremos conocer Cuando estaban por soplar las velas, Marck les dijo —Pidan un deseo, a ver, vamos Ambos se observaron sonrientes y bajitos dijeron al unísono —Deseamos que nuestro abuelito esté aquí y nos dé su cariño, ven ya abuelito Luiggi Soplaron las velas con todo amor de que se cumpla su deseo, pues si los visitaba de vez en cuando, pero siempre en sitios desolados, lejos de la gente y a veces hasta lejos de sus padres y demás familia, pero ahora desearon que los visitara allí en su casa porque ya era un año que no lo
Jenna una hija ejemplar, vive solo con su padre que la crio con mucho amor, disciplina, responsabilidad. Marck Black, un hombre muy recto que quedó viudo muy joven, pero no se hizo de otro compromiso por su hija, para que viva feliz. Pero la vida es así, ambos contactaron con una empresa de cita a ciegas, donde no hablaban, usaban antifaces que no dejaban reconocer nada de la identidad del otro, sin saberlo, hacen algo que causaría dolor, arrepentimiento, lágrimas. Por otra parte, hay una verdad no revelada que al final será la causante de que sus vidas cambien en su totalidad. ¿Cuál será esa revelación? ¿Cuál verdad será esa? Descúbrelo cuando leas esta controversial novela Donde se descubren que el sexo se lleva a cabo con quién puede ser algo para ti, pero ninguno sabe nada del otro, ya que todo se hace en silencio y con antifaces, aunque también existen dichos como. “NADA ES LO QUE PARECE”
Marck es un CEO dueño de su propia empresa de Computadoras, exitoso, felizmente casado con Judith Carlson, se amaron desde niños, muy jóvenes tuvieron relaciones en una fiesta donde su dizque, amigos, les pusieron éxtasis en sus bebidas y sus padres optaron por casarlos, ya que eran todavía menores de edad, tenían 17 años ambos y ella estaba ya embarazada de 3 meses, su amor verdadero había sucumbido a lo carnal en una noche que solo se besaban, pero el cuerpo y la pasión bloquearon las responsabilidades, el orden la disciplina, solo quien sabe amar entendería lo que pasó esa noche, porque cuando terminaron ambos lloraron al darse cuenta de lo que habían hecho, pero lloraban de haber fallado a sus padres que les habían pedido que esperen a tener 18 años, pero ellos no sabían de la treta de sus amigos, esa droga había hecho que se encendiera la libido de ambos. Las dos familias, amigos e invitados a la boda, los felicitaban, pues sabían de su gran amor y nadie los había criticado por h
La vida después de este trágico acontecer siguió su curso, Judith se decidió por callar ese secreto y que su familia viva en paz y tranquilidad, Jenna ya había cumplido los 10 años de edad, su vida era tranquila como otra cualquiera, al llegar de la escuela, su madre la recibió muy feliz, pues era su aniversario de bodas y en el armario atrás de unas envolturas había descubierto el regalo de su esposo para su aniversario, en cambio, ella había hecho la comida especial favorita para Marck, que siempre se daba tiempo para ir a casa a almorzar con su familia era muy apegado a ella. Todo tenía preparado, cuando se escuchó el clic de la llave en la cerradura y entro, dándose vuelta aprisa porque ya sabía que su hija se le lanzaba a recibirlo. Jenna era una ferviente admiradora de su padre, para ella Él era su héroe, Marck la agarraba en sus manos, la alzaba dándole vueltas en el aire y riéndose, para Él ella era su ángel, su vida, su hija amada, le dio un beso en la frente y la bajo, para
Jenna estaba ansiosa, pues las horas pasaban y su amada mamá no llegaba, estaba intranquila, su nana no sabía nada todavía, cuando se escuchó el clic de la puerta, la niña estaba parada esperando frente a la puerta esperando ver a su mamá, pero apareció su padre todo demacrado, triste que al verla tuvo que contenerse de llorar, venía con su abuelita paterna también triste eso a ella le extraño, siempre se los veía felices por verla, abrazo saludando a su abuelita, después a su padre que al abrazarla se soltó en llanto, ya no pudo soportarlo lloró con tanto dolor haciendo asustar a su hija que pregunto. —¿Qué te pasa papi? ¿Y mi mami dónde está? ¿Y por qué lloras? Marck se sentó en el suelo, su hija se metió entre sus piernas a mirarlo llorar y preguntaba ya ansiosa —Papi, ¿mi mami? ¿Le paso algo a mi mami? ¡Papi, dime algo! Él la observaba con tristeza, pensaba como explicarle que no vería nunca más a su mamá y dijo —Tu mami… se… fue al… cielo amor —Jenna al escucharlo le entendió
Carla acompañó a desayunar a su nieta y Alice ya había llegado con su ropa para quedarse a vivir con su linda niña, la adoraba, se acomodó en la habitación contigua y fue a la cocina para desayunar con ellas, la señora que cocinaba la apreciaba mucho a la nana, cuando terminaron se fueron a la habitación de Jenna, pues no iba a ir todavía a clases tenía permiso por tres días por el luto de su mamá. Mientras en casa de Dereck ya había despertado, pero no quería ir todavía a la empresa, pues su conciencia no estaba tranquila, se levantó, fue al baño, ya había salido dándose su baño matutino, cuando escucho la voz de su hijo afuera de su puerta. —Papá, ¿puedo entrar? —Estaba solo con su bóxer, pero era su hijo y contesto —Entra hijo — Se quedó parado mirando la puerta abrirse y asomo Marck más tranquilo, cerró la puerta tras Él y fue directo donde estaba su padre para darle un abrazo muy apretado, logrando hacerlo sollozar —Hijo, por favor, per… dóname, quiero decirle a tu mamá, la cu
Jenna llego a los quince años, Marck estaba tan orgulloso de su hija, buena estudiante, buena hija, nada de novios, decía que primero quería ser alguien en la vida y después tener novio, era iniciativa suya, toda su familia estaba muy feliz con lo que ella había decidido. La recepción iba a ser en un lujoso local, todo estaba preparado ya, sus abuelos estaban esperando su llegada en compañía de su padre, Alice estaba terminando de vestirla al igual que algunas compañeras de la Preparatoria que la querían mucho y eran sus amigas más fieles. Marck estaba muy impaciente, quería llevarla ya y presentarla a la sociedad como su bella hija convertida ya en una señorita, tenía un pequeño brindis en nombre de su hija, cuando Jenna salió de su habitación con ese bello vestido entallado, no era rosado como se usa tradicionalmente ella no quiso eso, deseo un vestido de gala que le quedo hermoso, su padre se maravilló al verla toda una mujer que no se aguantó y dijo. —Mi princesita ya es toda un