La vida después de este trágico acontecer siguió su curso, Judith se decidió por callar ese secreto y que su familia viva en paz y tranquilidad, Jenna ya había cumplido los 10 años de edad, su vida era tranquila como otra cualquiera, al llegar de la escuela, su madre la recibió muy feliz, pues era su aniversario de bodas y en el armario atrás de unas envolturas había descubierto el regalo de su esposo para su aniversario, en cambio, ella había hecho la comida especial favorita para Marck, que siempre se daba tiempo para ir a casa a almorzar con su familia era muy apegado a ella.
Todo tenía preparado, cuando se escuchó el clic de la llave en la cerradura y entro, dándose vuelta aprisa porque ya sabía que su hija se le lanzaba a recibirlo.
Jenna era una ferviente admiradora de su padre, para ella Él era su héroe, Marck la agarraba en sus manos, la alzaba dándole vueltas en el aire y riéndose, para Él ella era su ángel, su vida, su hija amada, le dio un beso en la frente y la bajo, para, en cambio, ser recibido con un gran abrazo y un gran beso por su esposa Judith, que siempre lo esperaba con ansias, se amaban como el primer día.
—Feliz Aniversario amor
Dijo Judith muy feliz, besándolo con pasión, porque amaba a su esposo, Marck la observo y dijo
—Amor espera un momento, por acá tengo un regalito para ti
Camino ansioso a la habitación de ellos, abrió el closet, movió algunas cosas y saco el regalo que tenía allí escondido para su esposa.
Salió muy alegre y contento hasta llegar a ella que estaba parada esperando en la sala, lo traía escondido atrás de su espalda, y comento muy alegre.
—Para mi amor verdadero, para mi musa de la vida, ¡Feliz Aniversario, mi amor!
Judith contestó toda contenta y amorosa
—Gracias, mi amor
Lo puso encima de una mesita para abrirlo, pues solo había visto el envoltorio, pero no el contenido, al abrirlo quitó algunas telas para cubrir el verdadero regalo que era un vestido hermoso de cóctel y unos zapatos de tacón fino tan bellos como lo era ella.
—¡Qué belleza, amor! Gracias, el color que me gusta, oh, querido, por eso te amo
Lo agarro para besarlo, se quedaron parados en media sala ante los ojos curiosos de su hija que sonreía mirando el amor que se profesaban sus padres, aplaudía ese acontecimiento, su vida era de total felicidad.
Al terminar su beso, abrazaron al fruto de su amor, a su linda hija que corrió a los brazos de sus padres, los tres formaban un bello cuadro de amor familiar.
A pesar de tener empleados, Judith cocinaba para su esposo, le encantaba hacerlo y los que trabajaban en esa casa admiraban a su patrona, era tan gentil con ellos al igual que su patrón.
Marck fue al comedor a sentarse con su familia, pero a Judith le encantaba servirle ella misma la comida a su esposo, no lo hacía por obligación lo hacía por amor, después se sentaba con ellos, conversaban mientras almorzaban la niña comía con avidez, pero feliz, siempre le preguntaba su padre cómo le había ido en la escuela, le decía que la amaba, que era su linda, muñequita, cuando terminaban, Él se quedaba una hora más en donde jugaba con su hija, abrazaba a su esposa en el sofá, siempre les daba calidad de vida, después regresaba al trabajo en su empresa que era una de las más reconocidas, pues sus habilidades en los negocios habían dado sus frutos, ya tenía muchas filiales a nivel país, sus padres estaban muy orgullosos de eso.
Un día estaba arreglando el closet y se cayeron unos papeles, al recogerlos se acordó de que se trataban, volvió a dejarlo allí y dijo a su hija.
—Mi amor, si algún día no estoy contigo en esta vida, busca aquí atrás hay dos sobres, uno para tu papá y otro para ti, pero solo cuando yo no este
Jenna la observo sin entender, pero solo asintió con la cabeza, sin imaginarse que su madre presentía algo, algo que cambiaría para siempre la vida de su familia.
Judith salía con sus amigas a hacer pilates, a hacer compras en los mall, Jenna se quedaba con su nana que les ayudaba a cuidarla, un día se le ocurrió ir de sorpresa a visitar a su esposo a la empresa, subió en el ascensor acicalándose, pues quería darle un gran beso, nadie se percató de su presencia ni siquiera su secretaria que justo no estaba en ese momento, por eso ella solo abrió la puerta llevándose una gran sorpresa que le dolió en el corazón, sus ojos vieron a su esposo teniendo sexo con su secretaria, sin decir nada salió corriendo hacia el ascensor, iba llorando a mares por la traición que vio con sus propios ojos, al llegar al estacionamiento, subió a su auto con su cerebro agitado y sin razón.
El auto se movió haciendo chirriar sus neumáticos, al salir como loca no vio que entraba otro auto y choco con este y salió a la calle chocando con otro más que cruzaba por allí, justo el golpe fuerte fue donde estaba ella, pero hubo algo que Judith presencio, el auto de Marck recién llegaba a la empresa y Él al verla en el auto chocado, corrió a su lado todo asustado dejando su auto casi en media calle.
—¡Mi Dios no, mi amor!, ¿qué hacías aquí? ¿Qué pasó? Por favor, no te muevas, ya llamaron a la ambulancia
Judith cayó en cuenta que no era Él quien estaba teniendo sexo con la secretaria, se arrepintió de haberlo juzgado mal y le susurró.
—Vine para… darte… una… sor… presa, pero vi… a tú se… cretaria… tenien… do sexo en… tu ofi… cina, creí que… eras tú… Me volví… lo… ca de dolor, no… me dí… cuenta… de… nada, perdona por… dudar… de… ti amor.
Marck se dio cuenta de que ella estaba mal, su pecho aprisionado por el volante, la puerta estaba hundida en su lado, ella sangraba mucho, pudo abrir la puerta y abrazarla, se puso a llorar al escucharla y dijo.
—¡Yo jamás te faltaría amor!, te amo, eres lo único en mi vida, mi papá… se quedó hoy en mi oficina, debiste llamarme, por favor resiste amor, por nuestra hija amor
Judith ya se sentía desfallecer, lo observaba, sufrir, llorar por ella, con razón pensó en Marck su padre tiene la misma complexión de su hijo, por eso se equivocó y pago las consecuencias, ahí estaba en brazos del hombre que ella amaba y que la amaba, con su mano recorrió el rostro lloroso de su esposo y exclamo con todo el amor del mundo para Él.
—¡Te amo Marck!… cuida a nues… tra hija
Y su mano resbalo del rostro de su esposo hacia abajo, pues había muerto, y Marck al darse cuenta grito con tanto dolor que poseía en ese momento.
—¡Judith, amor!, no me dejes… amor, no te vayas… ¡Noooo, no me dejes!
La apretó contra su cuerpo, ahogando sus gritos en el pecho de ella, de su amor, algunos empleados se habían dado cuenta y le avisaron al padre de su patrón, el cual bajo para ver qué estaba pasando y vio ese cuadro doloroso de su hijo abrazando a su nuera toda ensangrentada y tal vez muerta por lo que escuchaba sus palabras de dolor.
Ver allí a un hombre enamorado llorando por su esposa que había muerto en sus brazos, es lo más doloroso que se puede presenciar, sus empleados al enterarse les dolía, pues conocían a Judith su buen corazón, a veces había intervenido por algunos cuando tenían problemas para que su esposo les dé espacio o tiempo para solucionarlos y una que otra ayuda económica.
La ambulancia llegó, pero al mirar el cuadro sabían que ya no podrían ayudarla a ella, que fue quien estaba con mayores heridas que la llevaron hacia la muerte, los otros conductores tenían heridas leves, dejaron desahogarse a ese hombre.
El padre de Marck se acercó a ayudar a su hijo, pues debía dejarla para que la lleven a la morgue, fue difícil hacer que suelte a su amada esposa, pero al fin lo lograron, dejando parado en media calle a un hombre con un dolor en su corazón tan fuerte, había perdido a la mujer que amaba por sobre todo.
Miraba cómo la ponían en esa m*****a funda negra y cerraban el cierre, subían la camilla y se la llevaban, su padre le dijo que Él manejaría para seguirla, Marck parecía robot, solo subió al auto y se fueron atrás del furgón.
Cuando llegaron, tuvieron que dar su declaración, al terminar mientras esperaban, Marck reacciono, se acordó lo que le dijo su esposa, se volvió a mirar a su padre y exploto reclamando muy enojado.
—¿Por qué m****a tuviste sexo con mi secretaria en mi oficina papá? ¿Por qué? Judith te vio y… pensó que era yo y… eso ocasiono todo… la perdí… la perdí… por tu culpa… solo te pedí que… me ayudaras… ¡Por Dios!… ¡Judith murió por tu culpa!
Su padre se quedó absorto al escucharlo, no se dio cuenta de nada, su hijo lo culpaba de la muerte de su esposa, lo miro y expreso triste.
—Hijo yo…—Marck lo miraba furibundo muy dolido y le grito
—¡Cállate… cállate!, yo no sabía que hacías eso en mi oficina a mis espaldas, se lo hubiera platicado para qué jamás pensara que soy yo, ella hubiera mantenido ese secreto por mí, maldición te vio… pensó que era yo… creyó que la traicionaba papá… ¡La perdí por tu culpa!, m****a, se murió y… yo la amaba, la amaba solo a ella, siempre a ella
Se sentó a llorar en una de las sillas mientras su padre se sentía culpable de verlo sufrir y de haber perdido a su nuera, a quien Él quería mucho.
Mientras la tragedia y el dolor estaba en la morgue, Jenna estaba en casa jugando con su nana a las escondidas, estaba escondida en el closet cuando se movió jalando sin querer una cinta que sujetaba unas etiquetas de una maleta que cayó a un lado trayendo consigo las dos cartas, pero ella no le dio importancia, pues era solo una niña, su nana la encontró ambas se rieron, la nana vio el desastre recogió todo y las puso arriba del closet donde estaban incluso las cartas que cayeron detrás de otras cajas que había allí.
Ajena a la tragedia acaecida hace unos momentos, una linda niña inocente jugando, esperando más tarde abrazar a su madre como siempre lo hacía cuando regresaba de sus salidas y a su padre cuando regresara de su trabajo, jamás por su mente limpia e inocente imaginaría siquiera el dolor que llegaría a su vida en vez de la alegría que ella estaba acostumbrada a recibir cada día.
Su pobre padre también pensaba en ella en su niña, por eso sufría y lloraba, no sabía cómo llegar a casa y darle esa dolorosa noticia sobre su madre que ella adoraba y Él amaba. Su dolor era que su padre por aplacar sus deseos carnales utilizo su oficina sin decirle nada y su esposa pensó que Él la engañaba, reaccionó con tanto dolor que sufrió ese terrible accidente de tránsito donde murió en sus brazos, Marck estaba con su cabeza agachada y su rostro tapado con sus manos, lloraba con tanto dolor sus lágrimas habían mojado ya el piso.
El padre del CEO se sentía muy culpable de ello, no pensó que al usar la oficina de su hijo, cualquiera pudo suponer que era Marck y ese error tuvo la consecuencia más dolorosa para todos y su hijo lo culpaba con toda la razón, cuando recordó a su nieta, allí se puso a llorar de saber que fue el causante de dejarle a su querida nieta sin su madre y decía susurrando.
—Mi nieta me… va a odiar cuando lo sepa… yo… la deje sin su mamá, ¡noooo… yo tuve la culpa…! Me va a odiar… ¡Jenna me… va a odiar!, noooo
Marck alcanzo a escucharlo que estaba sufriendo por su nieta, se levantó y se acercó a su padre para abrazarlo y este se arrodilló frente a su hijo diciendo.
—¡Perdóname hijo, perdóname!… Jenna, mi nieta… va a odiarme cuando sepa que yo… que fue mi culpa de… quedarse sin su madre… ¡Quiero morirme!… No quiero que me odie, noooo
Estaba de verdad asustado, se apretaba en las piernas de su hijo.
Marck se agachó arrodillándose también diciendo
—Cálmate papá yo… No le voy a decir nada a mi hija… No quiero que te odie eso no… ¡Cálmate, por favor!
Pero su padre temblaba llorando, Marck lo apretó contra su cuerpo y dijo algo que dejo asombrado a su padre
—Te perdono papá… no le diré nada a mi mamá tampoco, ella no debe saberlo, sufriría por el engaño
Ayudo a levantarse a su padre se sentaron, pero no lo soltaba, seguía llorando arrepentido, Marck también sufría imaginando que la conciencia de su padre le pesaba, allí quedaron ambos en la espera de los resultados de la autopsia y poder encargarse de las exequias para el funeral de su esposa.
Esta tragedia tan dolorosa, un hombre amoroso enamorado de su esposa la pierde en forma tan cruel, su padre y suegro de ella cometió adulterio donde no debía y fue el detonante de la muerte de su nuera, lo peor vendría después cuando una tierna niña inocente sepa, que se quedó sin mamá.
Jenna estaba ansiosa, pues las horas pasaban y su amada mamá no llegaba, estaba intranquila, su nana no sabía nada todavía, cuando se escuchó el clic de la puerta, la niña estaba parada esperando frente a la puerta esperando ver a su mamá, pero apareció su padre todo demacrado, triste que al verla tuvo que contenerse de llorar, venía con su abuelita paterna también triste eso a ella le extraño, siempre se los veía felices por verla, abrazo saludando a su abuelita, después a su padre que al abrazarla se soltó en llanto, ya no pudo soportarlo lloró con tanto dolor haciendo asustar a su hija que pregunto. —¿Qué te pasa papi? ¿Y mi mami dónde está? ¿Y por qué lloras? Marck se sentó en el suelo, su hija se metió entre sus piernas a mirarlo llorar y preguntaba ya ansiosa —Papi, ¿mi mami? ¿Le paso algo a mi mami? ¡Papi, dime algo! Él la observaba con tristeza, pensaba como explicarle que no vería nunca más a su mamá y dijo —Tu mami… se… fue al… cielo amor —Jenna al escucharlo le entendió
Carla acompañó a desayunar a su nieta y Alice ya había llegado con su ropa para quedarse a vivir con su linda niña, la adoraba, se acomodó en la habitación contigua y fue a la cocina para desayunar con ellas, la señora que cocinaba la apreciaba mucho a la nana, cuando terminaron se fueron a la habitación de Jenna, pues no iba a ir todavía a clases tenía permiso por tres días por el luto de su mamá. Mientras en casa de Dereck ya había despertado, pero no quería ir todavía a la empresa, pues su conciencia no estaba tranquila, se levantó, fue al baño, ya había salido dándose su baño matutino, cuando escucho la voz de su hijo afuera de su puerta. —Papá, ¿puedo entrar? —Estaba solo con su bóxer, pero era su hijo y contesto —Entra hijo — Se quedó parado mirando la puerta abrirse y asomo Marck más tranquilo, cerró la puerta tras Él y fue directo donde estaba su padre para darle un abrazo muy apretado, logrando hacerlo sollozar —Hijo, por favor, per… dóname, quiero decirle a tu mamá, la cu
Jenna llego a los quince años, Marck estaba tan orgulloso de su hija, buena estudiante, buena hija, nada de novios, decía que primero quería ser alguien en la vida y después tener novio, era iniciativa suya, toda su familia estaba muy feliz con lo que ella había decidido. La recepción iba a ser en un lujoso local, todo estaba preparado ya, sus abuelos estaban esperando su llegada en compañía de su padre, Alice estaba terminando de vestirla al igual que algunas compañeras de la Preparatoria que la querían mucho y eran sus amigas más fieles. Marck estaba muy impaciente, quería llevarla ya y presentarla a la sociedad como su bella hija convertida ya en una señorita, tenía un pequeño brindis en nombre de su hija, cuando Jenna salió de su habitación con ese bello vestido entallado, no era rosado como se usa tradicionalmente ella no quiso eso, deseo un vestido de gala que le quedo hermoso, su padre se maravilló al verla toda una mujer que no se aguantó y dijo. —Mi princesita ya es toda un
En la incorporación de la Escuela de chefs, le homenajearon por ser la mejor estudiante, recibió unas medallas, diplomas, todos estaban orgullosos de Jenna, el bufete preparado por los alumnos era una delicia para el paladar de todos los integrantes de la recepción de graduación. Abrazos, alegrías, anécdotas, risas se escuchaban en ese sitio, brindaban por todos los graduados, hasta que todo se terminó y regresaron los Black a casa, donde siguieron los festejos, los aplausos, los viva la nueva chef. Todos estaban felices, pues ya estaba cerca el ingreso a la Universidad por parte de Jenna, una sorpresa le esperaba a la agraciada jovencita al amanecer, el sol entraba por los pliegues de la cortina, Jenna se levantaba toda perezosa, pero el despertador ya había hecho su trabajo, fue a bañarse para sacarse el último rezago de sueño, se vistió casual, sin embargo, al salir de su habitación se fijó que no había ruidos, no había nadie, recorrió el pasillo toco y abrió varias puertas buscan
Las clases de Jenna eran muy extenuantes, pero muy productivas, la reunión estaba prevista para el fin de semana donde ya les instruirían en todo lo relacionado con lo que deberían aprender y hacer, era la comidilla de su clase y sus amigos. El profesor de Negocios Paul Jotts los observaba y escuchaba divertido cuando tocó salir a receso, no se fue porque le tocaba la siguiente hora con esa misma clase, pero los estudiantes, incluida Jenna, tampoco salieron, seguían con sus conversaciones, entonces Nuria la más extrovertida de la clase se levantó de su asiento siendo observada de los demás compañeros de clase, fue hacia el escritorio donde el profesor revisaba su celular hasta que se percató de ella que estaba junto a Él, la miro y pregunto. —¿Qué desea, señorita Nuria? —Ella puso sus manos hacia atrás y dijo sonrojada —Profesor quisiera saber si (miro a sus compañeros) quisiera saber si usted está enterado de ¿qué es lo que se hace en esa fraternidad de la universidad? Paul sonrió
—Qué pereza levantarse tan temprano —dijo Jenna mirando a su peluche de oso polar Cuando se levantó al dar dos pasos vio que había un sobre que lo habían pasado por debajo de la puerta, lo alzo, lo dejo en una mesita y entro al baño a hacer sus necesidades y bañarse para quitarse el sueño, salió ya muy fresca al vestirse opto por una combinación de blusa blanca sin mangas y un jean oscuro porque hacía calor. Se sentó para leer lo que estaba en el sobre de color dorado, al darle la vuelta vio que estaba con una especie de sello en forma de rosa, lo abrió y venía adentro un papel que más parecía pergamino que decía. “Señorita Jenna Black La Fraternidad Exclusive Appointments, le complace anunciarle que ha sido escogida como la más exclusiva de la fraternidad, sus beneficios serán los más altos y sus pedidos entregados con prontitud. Sus decisiones serán complacidas a su cabalidad, su condición de ser pura le merece todo cumplido y además su calidad de mejor estudiante es un récord j
—Oliver, ¿cómo se te ocurrió esto? Y ¿por qué te perdiste? No supe más de ti El Lobo se sentó de nuevo en la silla diciendo triste —Marck, mi esposa… murió en un accidente y… el dolor casi me vuelve loco, fue en España, por eso no regresé, me quede allá en un… instituto psiquiátrico, la amaba demasiado, alucinaba con ella, la veía en todas partes, mis padres sufrían viéndome llorar, gritar de dolor, ellos me internaron allí, mi papá quedo al frente de mi empresa Estuve tres años allí hasta que sané, pude doblegar mi dolor y aceptar que ella se fue para siempre. Regresé, pero no a mis negocios, preferí apartarme hasta sentirme con fuerzas para regresar, pero una noche mi mamá se fue de viaje y escuché a mi padre en su despacho hablando con alguien, quise escuchar y decía. —La quiero blanca, de labios rojos, carmín, ojos verdes, bien ya voy para allá —esperé que saliera, se suba a su auto y seguirlo para ver a qué parte se dirigía, estaciono en un lugar elegante y entré tras Él, lo v
Jenna estaba tan entusiasmada que su mente divagaba pensando en que escogería a quién le llamara la atención, lo que miraría eran sus manos, si las tenía bien cuidadas era signo de ser un hombre cuidadoso de su cuerpo. Se puso a resolver unos problemas matemáticos para el otro día cuando en su laptop asomo un aviso que llevaba de título Fraternidad. Lo abrió y decía que esa aplicación era privada solo para uso de los miembros de la Fraternidad, que para usarla deben crear un alias será conocida y llamada por ese alias que registre en la página privada, que su nombre verdadero no será revelado a nadie y que su alias solo ella debe saberlo nadie más, reflexionaba y pensaba cuál alias usar hasta que se le ocurrió uno. —Me llamaré “Ángel del deseo” —puso ese alias en línea y quedo registrada desde ese momento para todos será llamada Ángel del deseo Jenna estaba extasiada, ese nombre lo decía todo, era muy caliente, se decía que atraería a lo mejor hombres guapos. Salió hacia sus clase