—Te ves preciosa —dice mamá mientras me pruebo el quinto vestido de novia.Creí que a estas alturas, ya tendría rastros de mi memoria o en su defecto, el corazón lo sentiría desbocado por Oliver, pero no es así. El vestido que tengo puesto es hermoso, es perfecto, tono crema y corte princesa, sin manga y con escote moderado. Mis dedos recorren con una extraña añoranza, el delicado diseño del encaje principal.—No estoy segura de que sea el indicado —respondo a mi madre, quien no hace, sino tomar fotos para que miremos en la casa y ver si así me puedo decidir más fácil.Hace ya quince días que estoy en la casa de mis padres y aunque me han cuidado bien, me siento sofocada, así que ya entiendo por qué vivía lejos. No me he podido poner al corriente con el tema de las galerías, no solo por la falta de memoria, sino por la cantidad de preparativos que son necesarios para organizar una boda.No quiero saber nada sobre los diferentes tipos de letras ni los distintos tonos de papel para l
Solo hay grabaciones de los últimos dos meses y no de todos los días, lo cual me hace suponer que alguien las borró o la cámara solo graba cuando hay movimiento y ese apartamento pasa muchos días solo. En los videos iniciales aparece Oliver solo un par de veces, pero luego desaparece y Richard entra en escena, lo cual me genera muchas dudas de la situación actual, la única constante en esos videos es mi jefe de seguridad, Roberto, a quien no he vuelto a ver desde mi salida del hospital.Son cerca de las 8:00 am y solo puedo tener una cosa clara y es que definitivamente Roberto es mucho más que mi jefe de seguridad. No me malentiendan, no es nada sexual, pero parece que confiamos el uno en el otro. He mirado todos los videos y debo admitir que algunos en más de una ocasión, por razones recreativas, pues no es solo que en un par de ellos tenga sexo con el tal Richard y eso encienda nuevamente mi cuerpo, sino que me ha fascinado la forma en que interactuamos. Realmente creo que nos
La noche del atentado perdí muchas cosas, entre ellas toda mi documentación, así que aunque ya tengo todos mis papeles y tarjetas en digital, es hora de reclamarlas también en físico, al menos, eso me permite hacer un alto en el tema de los preparativos para la boda.Si antes me sentía sofocada, ahora es mucho peor, pues desde que mamá se enteró de que estoy recuperando mis recuerdos, no me deja sola ni a sol ni a sombra, así que tengo que idear un plan para literal, cansarla y poder hacer algo sola.Organizo una mañana de madre e hija, tan linda yo, ¿verdad?Iniciamos con la visita aun spa para realizarnos un masaje de cuerpo entero e hidratación, nos hicimos arreglar el cabello, así como también las uñas de manos y pies. Por último, logro convencerla de que aunque no tengo un vestido elegido, los zapatos, si o sí, tienen que ser tono crema y altos, así que debe acompañarme a buscar el calzado perfecto.Mi plan es todo un éxito, así que tras unas horas de caminata buscando la perfec
Hay está la mujer que amo, esas palabras hacen eco en mi mente y Richard me mira y sonríe, antes de seguir hablando.—En nuestra siguiente parada, hay alguien a quien quiero que veas, no te preocupes, tu atuendo es perfecto para lo que vamos a hacer.Salimos del restaurante e ingresamos a un vehículo, el cual nos lleva al jardín botánico.—Hace muchos años no visitaba este lugar —afirmo al ver la entrada del lugar, desde la ventanilla del vehículo.—Vamos, algo especial te espera adentro.Muero de curiosidad, todo es tan... extraño y excitante a la vez, aun así, me he encargado de mantener una distancia física razonable con este hombre, pues aunque no siento estar enamorada de Oliver, si es mi prometido, yo acepté a seguir ese compromiso y eso es algo que no me puedo permitir olvidar.Le tomo la mano para bajar del vehículo, pero él no la suelta, todo lo contrario, afianza su agarre y me guía al interior del sitio. Mi mirada se queda pegada en nuestras manos, se siente bien, tan mald
Dormir es algo que me es imposible tras todo lo vivido esta noche. Miles de imágenes luchan en mi cabeza por tomar un orden; cada minuto que pasa, me convenzo más, que esa es la mirada oscura y el olor que mi cuerpo añora. No me gusta que me hablen con superioridad ni que me den órdenes, aunque con Richard es diferente, no siento sus palabras o sus actos como mandatos, sino como si estuviera tratando de marcar territorio y eso me gusta, sería hipócrita de mi parte detestar eso, cuando ahora sé, que soy así también.Por fin está rayando el alba, cuando mis ojos empiezan a pesar. Estoy en el gran salón, con la misma sensación de sofoco, pero ahora, veo colores cerca, aún no los toco, pero si solo estiro mis manos, podré hacerlo.Ya no es solo el camino amarillo, un gran y colorido cuadro en espatulado, llama mi atención en la gran pared del fondo y me siento llena de energía. Logro soltar la mano que me aprisiona y voy directo a las escaleras del segundo piso, en dónde cada peldaño
Salir esta mañana de casa fue toda una odisea. Mi madre insiste en acompañarme a todas partes y en que aún hay muchos temas pendientes para la boda, como elegir la decoración de las mesas, pero me puse firme y le dejé claro que pienso retomar mi vida.Hubo llanto y hasta amenaza de desheredo, lo cual me parece ridículo. Puedo decir con la memoria que tengo y el trato de estos días, que los conozco muy bien y sé que esa es una amenaza vacía, no son los mejores padres del mundo, pero siempre a su manera han estado ahí para mí y tengo claro que aunque estén errados, todo lo hacen convencidos de que es lo mejor para mí.Llego con algo de tiempo al lugar de la cita y lo recorro con calma. Caminar aquí me da paz y tengo el impulso de comprar la colorida escultura de un galgo a tamaño real, lo cual hago sin pensarlo dos veces, así no sepa dónde ponerla.—Te ves mejor de lo que creí que estarías —me saluda Roberto con una sonrisa moderada.—Gracias por el halago —le devuelvo instintivamente
Despierto muy temprano, incluso unos minutos antes de que suene la alarma de mi celular, hago un pequeño estiramiento de brazos sobre mi cabeza, antes de poner en marcha todo lo que tengo que hacer el día de hoy.Tras tomar mi reglamentaria taza de café y desayunar, pido a uno de los muchachos del personal que remita mi hermosa escultura del galgo a nuestra residencia en San Antonio, leyeron bien, a nuestra residencia en San Antonio. Es muy importante que tenga un gran moño rojo y me aseguraré de tener una cámara en la mano, para grabar la cara que pondrá Richard al verlo.No es por nada, pero me miro al espejo y hoy estoy fabulosa, o tal vez me veo así, por lo bien que me siento en este momento, el peso sobre mis hombros ya no está y creo que el espíritu de maldad está fluyendo en mí.—Hola, cariño —le digo con voz melosa a Oliver, muy a las 7:00 am —ya decidí cuál será mi vestido de novia y tenemos aún minucias que discutir, cielo, además, tengo muchas ganas de verte ¿Puedes venir?
Aun con el celular en la mano, enciendo el televisor más cercano. La noticia está en todos los canales y parece que es el golpe a la delincuencia más grande que las autoridades han dado este año. Las imágenes muestran como llevan esposadas a un gran número de personas, entre las que se encuentran médicos e instrumentadores, intermediarios y los propios secuestradores.Están diciendo que desmantelaron la red de tráfico de órganos más grande que operaba en el país, pero que, infortunadamente, el organizador de todo logró escapar de la redada. El nombre de Iván Miller, sale a relucir por primera vez en un medio nacional, no como un visionario empresario del mundo farmacéutico, sino como el responsable del secuestro y desaparición de cientos de personas para tráfico de órganos y ahora se está poniendo en duda de dónde surgió su fortuna realmente.El celular cae de mi mano y gruesas lágrimas se deslizan por mi rostro. Mi mano cubre mis labios tratando de ahogar el sonido que ahora brota