—Llévame a casa —Asiento y tomamos rumbo a casa de sus padres, pero en el camino me hace otra pregunta que me indica el nivel aislamiento en que está —¿tienes el número de Roberto?Una cosa es saberlo por un informe, otra cosa es escucharlo directo de la fuente. Roberto es su hombre de confianza y eso equivale a que es no solo el hombre que la ha mantenido viva estos últimos años, sino en parte su conciencia.—Sí, ya te lo envío —procedo a enviarle el contacto.—Estás más delgado.—Sí, una mujer me puso a dieta y estábamos haciendo mucho cardio —le regalo un guiño —además que el atentado también me dejó delicado un tiempo.—¿Qué dijiste?, ¿estamos hablando del mismo atentado? —su expresión corporal me dice que no tenía ni idea que salimos heridos en el mismo atentado.—Richard, mírame —Se acerca a mí y me descubre con los ojos cerrados.—No puedo creer que te hubieran escondido también eso —la miro a los ojos con furia contenida —no los voy a tocar porque son tus padres y eso nunca
Estamos llegando a mi casa, cuando Michael me confirma que están transmitiendo la noticia del allanamiento por televisión. Busco en mi celular el canal y efectivamente, así es. Esta noticia será un gran regalo de bienvenida para mi mujer, así que decido marcarle. Se demora en contestar, pero cuando estaba por colgar, escucho que contesta.—Aló.—Hola mi reina, te tengo un regalo, prende el televisor.Se siente algo extraña, pero decido ignorarlo, pues al minuto reconozco el sonido del televisor y escucho parte de la noticia y el nombre de Iván Miller. Suena un golpe seco y creo que dejó caer el celular.—Lorena, responde, Lorena —prácticamente estoy gritándole al aparato.—¿No te parece que es un día hermoso? —responde por fin.—Si lo es, pero tengo guardada una sorpresa solo para ti.—Amo las sorpresas, pero debo pedir que guardes mi sorpresa un poco más, porque te necesito aquí esta noche, es importante, traje de gala.Quedo mirando con extrañeza el aparato en mi mano y una ext
Tengo a mi mujer conmigo y esta absurda situación llega a su fin, aunque no de la forma en que yo lo tenía pensada. Con Lorena las cosas nunca son como las tengo pensadas, son mejor, mucho más interesantes.Anoche fue una noche loca en muchos sentidos y temo que como prueba de ello, me está doliendo hasta la conciencia, pero no cambiaría nada.—Es hora de despertar, amor —el sonido de su voz me hace retomar poco a poco mi estado de conciencia, pero continúo un los ojos cerrados un rato más, disfrutando de sus mimos —no te hagas el dormido, ya te vi sonreír.—No es justo, es nuestro primer día como marido y mujer, deberías estar aún dentro de la cama conmigo.—Porque soy tu mujer y debo cuidarte, es que me levanté primero —su comentario me hace fruncir el ceño y abrir los ojos.Junto a la cama hay una mesa con el desayuno y las cajas con los medicamentos recetados por el médico. Amargas, esas pastas son amargas y las odio.—Vamos a desayunar, te tomas las pastas y si quieres nos arru
Hemos podido conversar con calma algunos temas para cuadrar rutinas y que nuestros horarios coincidan cuando terminemos de sanar. Obviamente, soy el más interesado en que monte una galería también en Texas, aunque no creo poder conseguir que sea la principal, pero algo es algo.La tal Rachel es un gran apoyo para Lorena, eso lo tengo que admitir, aun así, ella sigue cansada y con sueño a toda hora, sin importar que contraté a escondidas una nutricionista y una persona que prepare todos los alimentos para que recomiende el especialista. Si antes sufrí por la existencia de batidos verdes, ahora con las ensaladas al natural, el calibre de la tortura es mayor, pero no tengo más opciones hasta que ella acepte ir al médico-He tenido que correr mis horarios, últimamente madrugar ya no es una opción, así que mis actividades fuertes se están volviendo nocturnas, cuando estoy seguro de que puedo dejar a Lorena dormida.He consultado sus síntomas por debajo de cuerda y todo me conduce a que s
"Puede que mi mente raye hoy al borde de la locura, pero no siempre fue así, alguna vez tuve una mente normal como la de la persona que lee en este momento mis letras. Alguna vez, fui una persona prometedora y llena de sueños a quien sus padres como buenos padres que son, empujaron del nido para poder extender mis alas y volar. La idea era conocer nuevos horizontes y encontrar mi nido, pero luego me di cuenta de que solo planeé hacia ti, realmente nunca volé. Y ahí, justo ahí, mis alas se entumecieron y no quisieron volver a servir". —¿Queda bien así la carta doctora? —pregunto a Catalina, mi psicóloga desde hace un año. Su mirada me lo dice todo; hice mal el ejercicio y debe estar buscando en su cabeza las palabras adecuadas para no afectarme. —Creo que tu carta está algo... teatral —luego me mira a los ojos como queriendo dar más profundidad o significado a sus palabras —Lorena, es necesario que la carta sea menos abstracta, que diga hechos, que cuentes cuáles son los errores, la
La noche anterior, fue sexualmente buena y prueba de ello, es el estado en que se encuentra mi habitación. El camino entre la puerta de mi apartamento y mi cama, puede ser seguido fácilmente a través del reguero de ropa y calzado, que genera una imagen mental de la forma en que evolucionó el fogoso momento.El hombre cuyo nombre creo que es Alexander, duerme profundamente en mi cama y tiene al aire ese grandioso trasero trigueño que recuerdo haber apretado muchas veces hace unas pocas horas.¿Qué si fue un buen amante? No estuvo mal, me dio un pre más que decente, pero ya entrados en materia, he conocido hombres más creativos en la cama, este fue algo clásico, así que estuvo bien para una noche, no aguanta para dos.El sol está a punto de salir y no lo quiero más en mi cama generando calor, así que me levanto, preparo café y despierto a mi amante, quien intenta tomarme entre sus brazos y meterme a la cama nuevamente.—Aaaah — grita por el dolor que indudablemente le ocasiona el café c
Estamos ansiosos por terminar lo que iniciamos en aquel rincón oscuro y la discoteca definitivamente no es el lugar para eso. Después de intercambiar teléfonos con mi nuevo mejor amigo, el señor Richard Brown y recibir un guiño de felicitación de su parte, salimos bastante apurados del lugar.—Vamos a mi apartamento — le digo mientras subimos al vehículo.—Claro que no — contesta con firmeza mientras me atrae a su cuerpo y hábilmente introduce su mano bajo mi falda —vamos al Beverly Hills Hotel — le dice con voz firme al conductor, quien solo, hecha una mirada rápida por el espejo retrovisor.—De inmediato, señor — contesta el sujeto, poniendo en marcha el motor.No tengo tiempo de refutar, pues sus labios, ya están sobre los míos exigiendo atención, mientras una mano excesivamente juguetona, pasea sin correa entre mis muslos y genera estragos mayores en cierta zona especial de mi cuerpo.Una sonrisa socarrona, baila en sus labios desde que descendimos del vehículo y lo acompaña todo
No recuerdo a cuál de las sustancias químicas que produce mi cuerpo debo agradecer, si a las endorfinas o a la oxitocina, pero la sensación de satisfacción y plenitud que invade mi cuerpo en este momento, no la experimentaba hace muchos años y sí que la extrañé.Salgo dando saltitos y repartiendo sonrisas a todo el que se cruza en mi camino, para luego ingresar al vehículo de seguridad que me esperó toda la noche.—¿Así de bueno fue? —pregunta Roberto mientras me escudriña con esa mirada de halcón en la que tanto confío.Con él no necesito aparentar nada, así que dejo que mi verdadera sonrisa asome mientras estiro los brazos en la parte de atrás del vehículo.—Maravilloso, no existe otra forma de describirlo —mi respuesta hace que el ceño de Roberto se junte, demostrando el nivel de entendimiento al peso que tienen mis palabras.—Entonces me prepararé para lo que viene —esa respuesta sobra, pues si de algo estoy segura es de su incondicionalidad y habilidad para hacer siempre lo que n