"Puede que mi mente raye hoy al borde de la locura, pero no siempre fue así, alguna vez tuve una mente normal como la de la persona que lee en este momento mis letras. Alguna vez, fui una persona prometedora y llena de sueños a quien sus padres como buenos padres que son, empujaron del nido para poder extender mis alas y volar.
La idea era conocer nuevos horizontes y encontrar mi nido, pero luego me di cuenta de que solo planeé hacia ti, realmente nunca volé. Y ahí, justo ahí, mis alas se entumecieron y no quisieron volver a servir".
—¿Queda bien así la carta doctora? —pregunto a Catalina, mi psicóloga desde hace un año.
Su mirada me lo dice todo; hice mal el ejercicio y debe estar buscando en su cabeza las palabras adecuadas para no afectarme.
—Creo que tu carta está algo... teatral —luego me mira a los ojos como queriendo dar más profundidad o significado a sus palabras —Lorena, es necesario que la carta sea menos abstracta, que diga hechos, que cuentes cuáles son los errores, las malas conductas que hemos detectado y debemos corregir.
Es aburrido para mí; la única persona que leerá y quemara esa carta, soy yo. Decir que no debo obsesionarme con un hombre, que no debo perseguirlo, y que no debo atacar a las mujeres que se le acercan no suena bonito. Además, ¿quién es ella para definir cómo debo expresar mi amor?
¡Oh! ¡Verdad! No fue ella; Fue un juez. Quizás sí me pasé un poco, pero ¿cómo no desvivirme por aquel que despertó en mí lo que no sabía que existía? ¿Cómo no desear solo para mí el manjar que representa sus besos y sus caricias? ¿Cómo no anhelar la tibieza de su piel y la fuerza de sus brazos rodeando mi cuerpo? ¿Cómo no perderme en el éxtasis que me ofrece su cuerpo? Y sobre todo, ¿cómo negarme a mí misma lo que deseo?
Ahora hablar con esta mujer me parece divertido, al menos esa parte de la orden del juez es provechosa, pues aprendo a camuflarme, pero tengo muy claro que en el fondo siempre seré, la descontrolada y loca Lorena, solo que cada vez me veré físicamente menos adolescente.
—Medítalo bien esta noche y mañana lo volvemos a intentar —comenta la mujer frustrada ante mi silencio.
Me levanto de uno de los sofás de la elegante sala que tiene la mujer por consultorio privado, tercio de mi maleta estudiantil al hombro y tomo una de las chupetas que tiene en una gran bombonera. No puedo evitar sonreír al pensar en lo absurdamente cliché que es un recipiente lleno de dulces en este lugar.
Detrás de esa puerta, mi madre me aguarda con una sonrisa, siempre mostrándose imperturbable, siempre impecable. Aunque es evidente para mí que la razón por la cual me acompaña en lugar del chofer es evitar convertirse en tema de conversación social. Cuantas menos personas se enteren de lo sucedido, mejor. Al fin y al cabo, un escándalo así podría perjudicar la carrera política de mi padre.
La noche anterior, fue sexualmente buena y prueba de ello, es el estado en que se encuentra mi habitación. El camino entre la puerta de mi apartamento y mi cama, puede ser seguido fácilmente a través del reguero de ropa y calzado, que genera una imagen mental de la forma en que evolucionó el fogoso momento.El hombre cuyo nombre creo que es Alexander, duerme profundamente en mi cama y tiene al aire ese grandioso trasero trigueño que recuerdo haber apretado muchas veces hace unas pocas horas.¿Qué si fue un buen amante? No estuvo mal, me dio un pre más que decente, pero ya entrados en materia, he conocido hombres más creativos en la cama, este fue algo clásico, así que estuvo bien para una noche, no aguanta para dos.El sol está a punto de salir y no lo quiero más en mi cama generando calor, así que me levanto, preparo café y despierto a mi amante, quien intenta tomarme entre sus brazos y meterme a la cama nuevamente.—Aaaah — grita por el dolor que indudablemente le ocasiona el café c
Estamos ansiosos por terminar lo que iniciamos en aquel rincón oscuro y la discoteca definitivamente no es el lugar para eso. Después de intercambiar teléfonos con mi nuevo mejor amigo, el señor Richard Brown y recibir un guiño de felicitación de su parte, salimos bastante apurados del lugar.—Vamos a mi apartamento — le digo mientras subimos al vehículo.—Claro que no — contesta con firmeza mientras me atrae a su cuerpo y hábilmente introduce su mano bajo mi falda —vamos al Beverly Hills Hotel — le dice con voz firme al conductor, quien solo, hecha una mirada rápida por el espejo retrovisor.—De inmediato, señor — contesta el sujeto, poniendo en marcha el motor.No tengo tiempo de refutar, pues sus labios, ya están sobre los míos exigiendo atención, mientras una mano excesivamente juguetona, pasea sin correa entre mis muslos y genera estragos mayores en cierta zona especial de mi cuerpo.Una sonrisa socarrona, baila en sus labios desde que descendimos del vehículo y lo acompaña todo
No recuerdo a cuál de las sustancias químicas que produce mi cuerpo debo agradecer, si a las endorfinas o a la oxitocina, pero la sensación de satisfacción y plenitud que invade mi cuerpo en este momento, no la experimentaba hace muchos años y sí que la extrañé.Salgo dando saltitos y repartiendo sonrisas a todo el que se cruza en mi camino, para luego ingresar al vehículo de seguridad que me esperó toda la noche.—¿Así de bueno fue? —pregunta Roberto mientras me escudriña con esa mirada de halcón en la que tanto confío.Con él no necesito aparentar nada, así que dejo que mi verdadera sonrisa asome mientras estiro los brazos en la parte de atrás del vehículo.—Maravilloso, no existe otra forma de describirlo —mi respuesta hace que el ceño de Roberto se junte, demostrando el nivel de entendimiento al peso que tienen mis palabras.—Entonces me prepararé para lo que viene —esa respuesta sobra, pues si de algo estoy segura es de su incondicionalidad y habilidad para hacer siempre lo que n
¿Qué debe empacar una mujer para un fin de semana en clima caliente? Muy fácil... todo lo que pueda y sea bonito, eso quiere decir que siempre quedarán cosas importantes por empacar.Aun así, lo mínimo deben ser tres vestidos de baño con sus respectivas salidas, gafas de sol, bloqueador y bronceado, un vestido corto y holgado para salir a bailar si se presta la oportunidad y como voy completamente a ciegas sobre a donde vamos un par de pintas muy cómodas.—¿Estás planeando enamorarme o algo así? —le digo a Richard apenas descendimos de su jet privado en una lujosa finca de recreo.—No inventes —me contesta restando importancia a mis palabras —eres una mujer que se crio entre lujos, no creo que puedas ser conquistada a punta de cosas materiales —luego de manera burlona continúa —tus papitos debieron regalarte alguna vez un poni de cumpleaños o algo por el estilo.Ahora soy consciente de como suena eso, pero aún en mi mente, Rayito fue y seguirá siendo el mejor regalo que he recibido. E
Permanezco estática por unos segundos, asimilando lo que acaba de pasar; entendí, que un hombre especialmente poderoso y peligroso, está desarrollando un interés especial en mí y lo más interesante de todo es, que fue capaz de hacer que me mojara como si fuera una adolescente, sin siquiera tocarme.No soy ilusa, no creo que el hombre tenga un interés romántico hacia mí, quizás está igual que yo, tentado por la locura, me tiene curiosidad en más de un sentido, le intriga como pienso, pero sobre todo, quiere sentir lo que es tener sexo conmigo cuando realmente deseo a un hombre.La mirada de Oliver finalmente se encuentra con la mía y sus labios van tomando la forma de una sonrisa encantadora a medida que se acerca. Su atuendo es mucho más relajado que el de ayer, viste un pantalón de material suave y una camisa de botones blanca a medio apuntar.- Me arreglé expresamente para ti - afirma después de casi quitarme el aliento con un beso - ¿Acaso no merece un hombre unas palabras bonitas
No soy muy creyente en materia religiosa, pero en ese preciso momento, no imaginan la cantidad de promesas que hice a la virgen y a cuanto santo pude recordar. El hombre apesta a alcohol y puedo sentir su aliento prácticamente en mi rostro mientras hala de mi cabello; aprieto los ojos y contengo el aliento derrotada ante la avasalladora diferencia en fuerza física que tenemos.Por primera vez en mi vida me siento impotente por ser mujer, odio mi debilidad física y saber que no existe forma en que pueda mejorar eso, así que mi deseo de poder y respeto se afianza en sobremanera, nunca volveré a estar en esta situación, encontraré la forma de cobrarle esta ofensa a este desgraciado, Roberto no estará maniatado nunca más en este tipo de reuniones para hacer su trabajo.Un sonido suave y parecido al de un engranaje se escucha muy cerca a nosotros y los movimientos del hombre cesan en su totalidad. Lentamente abro mis ojos y puedo ver al tal Roy apuntando con un arma a la cabeza a mi atacan
En mi mente ya existe un plan de acción, sé que el sujeto no se puede levantar, pero gritar si y aunque el resto de personas no lo escucharía yo si y eso no me dejaría disfrutar el baño, así que, decido buscar la forma de amordazarlo, antes de que se despierte.Profesional no se ve mi trabajo, debo confesarlo, pero me siento más que satisfecha para ser mi primera vez, así que decido tomarle unas cuantas fotos al tipo, para que me queden como evidencia, pues obviamente no puedo dejarlo así eternamente.Mi habitación es mucho mejor que la de Oliver, sobre todo, agradezco la existencia de esa tina gigante que me está ayudando a relajarme, así que una vez que vuelvo a vestirme, salgo de la habitación con la esperanza de que Richard ya hubiera terminado con su faena; no es necesario tocar la puerta ni que la abran, para darme cuenta, de que el hombre sigue ocupado y que preciso, llegué en la mejor parte, pues la voz potente de la mujer me hace saber muy claramente cada vez que se viene y c
—Impresionante —dice Richard entrando a mi habitación y recorriendo con la mirada las cuerdas que atan al hombre —debes aprender a hacer nudos decentes, pero no está nada mal para ser tu primera vez —termina su ronda de inspección poniéndose de cuclillas para quedar al nivel de la vista del hombre —sé que tu hombre de confianza te puede enseñar a hacerlos o si quieres lo hago yo.—Gracias por el ofrecimiento, lo pensaré —contesto mientras lo miro con curiosidad, pues aunque sé que me está hablando a mí, su mirada no se despega de los ojos de Pablo.Baja la mordaza permitiendo que el hombre mueva debidamente su quijada y pueda relajarla.—¡Esta loca...! —pero las palabras del hombre se detienen apenas Richard hace una seña que indica silencio y un suave shhh sale de sus labios.—No tienes idea de lo fea que es esa palabra Pablo —lo dice de una manera tan calmada y lo mira tan fríamente que hasta yo siento ese corrientazo de miedo recorriendo mi columna.Es la segunda vez que siento eso