Mientras Noah desayunaba en su oficina acompañado de Nia, de repente recibió una llamada de Emma y contestó sin mucho pensar, poniendo el alta voz ya que ella y su hermana se llevaban muy bien. —¿Hola? No se esperó para nada que Emma hablara a los gritos desde el primer segundo que le contestó.—¡Noah Cobain! ¡Necesitas explicarme en este instante por qué tu ex esposa anda diciendo a todo el mundo que la besaste! —¿Pero de qué estás hablando, Emma? —Noah se levantó de golpe de su escritorio, estrellando las palmas en la madera, pálido como la nieve en la Antártida. —¡Es mentira! ¿No es cierto? ¡Dime que es mentira! ¡Dime que no la besaste, Noah Cobain! Noah se quedó en silencio, sintiéndose la peor basura en la tierra, porque su prometida enferma y frágil ahora estaba odiándolo por un tonto error de borracho. —Emma, no debes pensar esas cosas. —Nia, tan dulce y comprensiva como siempre, decidió ayudarlo y tratar de tranquilizar a su prometida—. Claro que Noah no besó a su ex mu
Al día siguiente, que era viernes, Areliz recibió los primeros resultados de las pruebas que la Dra. Amber y Remy le hicieron a Emma por pedido de ella, y estudió los análisis muy a regañadientes, intentando tragarse su odio por esa Arpi-Emma, como decía Dylan. Seguía muy molesta por lo que sucedió el día anterior y ahora más que nunca lamentaba estar trabajando para su ex marido y para colmo teniendo que atender a su preciosa prometida que tanto daño le hizo en el pasado cuando era ella la ex resentida, aunque se suponía que nunca ni siquiera tuvieron algo formal antes de su matrimonio. De cualquier manera, Areliz seguía muy enfadada con Noah, con su adorada Emma, con toda la clínica, con la vida y con ella misma por tener que aguantar todo este circo. Y hablando de circo, a la próxima entrega de su paga le pediría a Noah que se vistiera de payaso. Ja, eso seguro lo haría sentir muy humillado, ¡y vaya que se lo merecía ese cretino! Ya que obligatoriamente tenía que ver su cara
Apenas se sentó en su escritorio, Noah salió pisoteando y cerrando de un portazo, cosa que solo hizo que la Lizzy vengativa en ella se sintiera más complacida. Sin embargo, cuando se quedó a solas con Andrew y su sonrisa más coqueta y complacida que nunca antes, de repente la Lizzy mujer tomó control y empezó a regañarla por haber sido tan coqueta con ese casanova. ¿Y ahora que se suponía que debía hacer para quitárselo de encima? “¡Nada, no puedes hacer nada!”, le gritó la Lizzy mujer en ella, sintiéndose culpable por usarlo y por que además ya en la anterior ocasión donde también lo usó había tenido que abandonarlo a media cita y le había prometido que saldrían luego, así que sentía que se lo debía. Pero, por otro lado, Fabia estaría ocupada ese fin de semana, así que ahí tenía una buena excusa para zafar de esa cita… pero… se sentía demasiado culpable como para tomar esa excusa… Dios, a veces se odiaba a ella y a su maldito sentido de responsabilidad. —Andrew, umm… ¿q-qu
Luego de que Andrew se fuera, Areliz le invitó una limonada a Nia para tener su conversación, ya que parecía querer decirle algo.—Bueno, debo confesar que no vine solo porque pasaba por aquí —dijo Nia mientras observaba a Areliz servirle su propio vaso de limonada al pequeño Nicky—. La verdad… Ay, no quisiera ni decirte, Lizzy, sé que te vas a molestar y quizás también conmigo. —La miró con ojitos tristes que la hicieron sentir mal de solo pensar que ella pudiera creer eso. —Ay, claro que no, cómo crees, nunca me podría enojar contigo. Dime con confianza. —Le sonrió con cariño. —Bi… Bien, gracias por ser tan comprensiva. —Bebió con nerviosismo su limonada—. La verdad es que… mi hermano me envió aquí… Él quería que yo arruinara tu cita con Andrew… dijo que porque no quería que otro pobre diablo caiga en tus redes, pero yo creo que es porque es un hombre posesivo, la verdad. —Suspiro mientras las cejas de Areliz se torcían con molestia. Ese miserable entrometido de Noah Cobain… ¡rea
Era domingo, día de relajarse y salir con su hijo, por suerte para Areliz, que necesitaba urgentemente dejar de lado los pensamientos sobre su ex esposo, su trabajo, la maldita de Emma y muchas más razones para estar muy estresada. Ese domingo iba a relajarse, así que salió con Dylan y Nick al parque, aunque a último momento le cancelaron una cita a Fabia así que ella también se unió a su salida de paseo por el parque. —Uff, estos zapatos me están matando —comentó Fabia con voz llorosa, quitándose los bonitos zapatos de tacón alto que se había puesto para su cita—. No son aptos para caminar por el parque, todo el vecindario tendrá que verme los pies porque yo en esas cosas no me subo. —¡Gudano! —Nick se soltó de inmediato del brazo de Areliz y quiso agarrar los dedos de un pie de Fabia. —¡No es un gusano, señorito! —Dylan fue rápido en cargarlo en sus brazos, riendo divertido—. Sé que Fabi Fabulosa tiene dedos largos, pero tampoco son tan feos para que les digas gusanos. —¡Oye!
El lunes en el trabajo, Areliz terminó de estudiar todos los resultados de los nuevos estudios que le había mandado a hacer a Emma, acabando muy desconcertada. Tenía un nivel de glóbulos blancos levemente elevados, pero no mucho, y no se podía ver qué era lo que sus defensas estaban atacando, si es que siquiera estaban atacando algo, porque dudaba que su enfermedad fuera una simple infección, y los leucocitos bien podrían estar peleando con un resfriado común producto de las defensas bajas por otro motivo. Le comentó todo esto a Remy, ya que era un excelente enfermero que estaba estudiando para convertirse en doctor a futuro. —¿Tal vez sea una enfermedad autoinmune? —sugirió él, dudoso. —No podemos descartar eso, pero los síntomas no concuerdan con ninguna que yo haya estudiado. —Areliz frotó sus sienes, pensando y pensando, estrujando su cerebro al máximo—. Dolor de garganta, cansancio, debilidad muscular, dormir demasiado… provocar un aborto… No es suficiente, necesito más sí
Agatha Cobain, madre de Noah Cobain y Nia Cobain, era una mujer de carácter fuerte, una mujer terca, y una mujer a la que no le gustaba que alguien se atreviera a contradecirla. Quizás ese era el motivo por el cual su esposo, Nelson Cobain, mayormente la evitaba y prefería atender sus negocios internacionales personalmente, viajando casi todo el año. Habían rumores de que tenía amantes, pero nada confirmado, y a Agatha de todos modos no le interesaba demasiado, mientras fuera discreto y no la humillara, ella solo quería poder seguir viviendo con lujos y seguir llamándose la esposa de Nelson Cobain, pero lo que más le importaba era poder seguir cuidando de sus hijos, en especial de Noah. Nia era una chica lista que sabía cuidarse bien sola, siempre lo fue, pero Noah, aunque también era listo, tenía muchos problemas para controlar sus emociones, eso era algo que le pasaba desde la más tierna edad, y Agatha quería estar junto a él para asegurarse de que estuviera bien todo lo que p
A Areliz y Remy les tomó más de una semana descartar todas las enfermedades autoinmunes que podría tener Emma. —Es una lástima… —dijo Remy—. Siete días de trabajo sin parar y solo pudimos hacer una lista corta de unas veinte enfermedades que no podemos confirmar porque falta algún sintoma o las pruebas no respaldan que sea posible… —Bien, pero al menos tengo algunos candidatos, ya es un buen comienzo. —Le sonrió y él le correspondió con una sonrisa cansada. Ella lo observó atentamente, sorprendida aun de que por toda esa semana él no se hubiera quejado nunca de ayudarla a pesar de que tenía otros deberes como enfermero y además tenía pendiente lo de entrar a la universidad. La verdad que él era un hombre maravilloso, dedicado y con un corazón amable… de verdad desearía que su corazón se hubiera enamorado de alguien como él… pero quizás aun no fuera imposible… Quizás debería tomar el consejo de Nia ahora mismo… y el consejo de Fabia… y así proponerle la idea de salir… par