—¿Qué tienes? ¿Qué te pasó? —Dije viéndola con detenimiento. La hice sentarse en mi cama mientras rectificaba con la vista que físicamente estuviera bien.
Ella ni siquiera podía hablar. No paraba de llorar. Le ofrecí una toallita para que se limpiara las lágrimas.
—Quieren quitarme al niño —soltó en un momento donde pudo contener las lágrimas.
—¿Quién? ¿Su papá? —Ella negó poniendo sus manos en la cara —¿Entonces? Necesitas calmarte amor, así no te entiendo nada —Me di cuenta tarde de cómo le había llamado, era la naturalidad y la costumbre, pero a ella no pareció importarle o molestarle.
—Han traído esto a mi casa hoy —Me dio un papel que tenía en la mano ya todo arrugado. No entendía nada, pero para lo que leí al parecer la citaban en dos semanas para la custodia de Trey.
—No estoy entendiendo, tú eres su mamá ¿quién te lo quiere quitar?
—No, no es que no me entiendes —Dijo intentando calmarse.
Katherin
Steven Katherine estaba tan mal que me temía que hiciera una locura, los primeros días estuve día y noche con ella, al principio decía que quería estar sola, pero yo sabía perfecto que esa misma soledad es la que consumía a las personas poco a poco, así que ahí estaba en su habitación sin decir nada, solo sentado en la cama o en una silla. Quería que supiera que no estaba sola y no la dejaría derrumbarse. A veces ella dormía, otras veces solo escuchaba sus sollozos. No imaginaba lo que sentía ahora mismo, sus padres estaban igual. A mí me afectó lo de Trey siendo que nunca tuve un contacto verdadero de padre a hijo, pero a ella no imagino el impacto que le causó. Ella lo adoraba y yo también lo llegué a querer mucho en los meses que pasamos juntos. La abrazaba o solo la escuchaba, dejaba que se desahogara. Conforme pasaron los días ella iba mejorando, ya se reía de algunas cosas que yo decía e incluso ya salía de la cama. Ya estaba dispuesta a volver
KatherineSuspiré, sabía que esto iba a pasar en un determinado momento.—Si soy Steven. En algún momento de la relación iba a contarte, pero creo que Daniela se me adelantó.—No tienes que contármelo, tú pasado no me interesa, yo te quiero justo ahora.Sonreí —Eso puedes decir ahorita, pero este tipo de cosas cobran factura y es algo de mi pasado que siempre me va a alcanzar. Esas fotos ya tienen más de dos años en internet, créeme, no me importa si Daniela hace o deshace con ellas. Por eso la vez que te conocí en el metro actúe de esa manera, creí que eras algún pervertido que de alguna manera me reconoció y querías propasarte. Después de que se filtraron esas fotos el acoso hacia mí era constante. Pero después cuando te fui conociendo supe que al parecer no tenías ni idea d
Los días pasaron y con ello las semanas se convirtieron en meses. Tanto Katherine como Stephen encontraron la manera de darle forma a su propio destino. Katherine siguió trabajando con Albert y volvió a la universidad, hasta que un buen día Albert la dejó tener más participación a la hora de dirigir una película y ya no era solo su asistente. Por otro lado, Steven por fin sintió que estaba logrando su propósito cuando logró ser paramédico en el campo militar, sabía que su propósito era ayudar a quienes lo necesitaran aún así sabiendo que su vida corría peligro por estar en campo de guerra. Varias veces fueron atacados y en cada una de esas veces solo había un pensamiento dentro de él, Katherine. Él sabía que no podía morir en el campo de guerra, sabía que ella lo esperaba con su anillo en mano y sabía que tenía la responsabilidad de volver con vida. Así que decidió que cada vez que sintiera que las cosas iban mal, escribiría una nota para ella y en caso de que pasara
Un malestar en mi estómago hizo que me despertara, intenté ignorarlo y me removí un poco, sentí incomodidad y me percaté que no estaba en mi cama. Abrí los ojos y me senté para orientarme, lo primero que vi era que estaba en mi auto. El asiento del piloto estaba inclinado hacia atrás, no recordaba en qué momento me quedé dormido. La cabeza comenzó a punzarme como nunca, mi boca estaba seca y sabía que apestaba a drenaje. La sensación en mi estómago se hacía cada vez más fuerte. Comencé a producir saliva excesivamente de un momento a otro. Abrí la puerta solo para vomitar, con cada esfuerzo salía más y más líquido, parecía que nunca iba a terminar. El olor a alcohol me llegó en cada respiración que hacía para tomar fuerza y seguir sacando toda la intoxicación de mi sistema. Cuando por fin terminé me miré en el espejo retrovisor, tenía las ojeras más marcadas de mi vida, mi piel se veía pálida, mi cabello estaba despeinado. Bajé la mirada a mi ropa y noté mi camisa cel
Apresurado por fin llegué al set de grabación. Todos se movían como locos de un lado a otro. Caminé hacia el fondo cuando me topé a mi papá. —Llegas tarde —Dijo pasando por un lado mío. El tono de desaprobación me confirmó que estaba molesto. —Sí, lo sé. —Te quedarás tiempo extra para cubrirlo —Dijo en voz alta para que lo escuchara. Iba detrás de él todo su equipo de producción. Ya no le contesté, me fui hasta lo más recóndito del lugar para evitar todo tipo de contacto con cualquier persona, cuando comenzaran a grabar me escabulliría para darme una ducha. Me recargué en la pared y cerré un momento los ojos, necesitaba dormir, necesitaba bañarme, necesitaba descansar. Me fui por unos segundos y podría jurar que me quedé dormido por unos segundos. El sonido de que algo cayó cerca de mi hizo que volviera en sí, noté que Félix me estaba viendo fijamente con una sonrisa burlona. —¿Te ayudo? —Dije comenzando a levantar unos cables que Félix estaba
—¿Quién? —Félix volteo a verme. —La de la bofetada. —¿Qué? ¿Estás seguro? —Volvió a voltear a verla, ella estaba hablando algo con mi padre. Se veía tan despreocupada, como si golpear a las personas a su paso fuera del diario. —Steven, te buscan afuera —Lorena, la chica de maquillaje se me acercó. —¿Quién? —Dije saliendo de mi trance, no podía asimilar que la chica que estaba viendo ahorita era la misma grosera que me había golpeado sin una razón factible. —Daniela. —Dile que no estoy. —Se ve mal, parece que lleva llorando por días. Negué con la cabeza, esa chica podría ser actriz si bien se lo proponía. —Está bien, gracias —Dije caminando hacia donde se suponía que ella estaba. Salí por la puerta trasera y de pronto el aire fresco de invierno me pegó en el rostro. Ahí estaba ella sentada en una barda. Con lentes oscuros y sus cabello dorado desarreglado, parecía que solo se levantó y se “intentó” agarrar
Eran las 8 de la mañana, las calles estaban cerradas, mientras las cámaras eran acomodadas junto con los micrófonos. Hoy había dormido muy poco, no me sentía cansada pero mi cara decía lo contrario, ni el maquillaje ocultaba las ojeras que se me hacían. Odiaba mi piel, no se me marcaba lo oscuro de las ojeras, pero si se me hinchaban bastante. Los actores esperaban su llamado mientras que otros, tenían unos minutos para comer. Sostenía la tableta en mis manos y estaba de un lado a otro junto con Albert.—Vaya, hasta que llegas temprano —Albert le dijo a Steven.—Si bueno, hoy nadie me golpeó en el subterráneo haciendo que quedara atrapado adentro y me tuviera que ir hasta la siguiente estación —Dijo sin quitarme la vista de encima.Sentí como mis músculos se tensaron, temía que hiciera algo como venganza y terminaran por despedirme.
Katherine—Mi papá quiere un café, cappuccino con doble crema y mucha espuma, no te tardes demasiado —Escuché esa vocecita detrás de mí.—Buenos días —Dije viendo hacia la Tableta—Ah, saludas.—Me voltee para verlo —Tengo educación —Dije con una sonrisa muy amplia pero fingida.—Con doble crema —Dijo antes de irse.Suspiré, estaba desvelada. No dormí como hubiese querido. No me dio tiempo de arreglarme así que solo me hice una coleta alta, enchiné mis pestañas y puse un poco de rímel, pinté mis labios con un poco de labial rojo para que desviara la mirada y no recayera la atención en mis muy notables ojerasSi bien nos iba, hoy solo trabajaríamos 5 horas. Así que dentro de mí había una voz que me decía. “vamos,