—Te tengo una invitación para el fin de semana. —¿Sí? ¿A donde me llevarás? —Es una sorpresa. —dijo sin despegar sus labios de su cuello. —Me encantan las sorpresas. —susurró ella a su oído. —Necesito que avises a tus padres que estarás fuera un par de días. —separó su rostro y la miró con seriedad. —¿Un par de días? —preguntó ella. —Sí, ¿podrás? —ella sonrió sin decirle nada. Sara miró su reloj, era hora de almorzar y había quedado de reunirse con Ann; luego de aquella salida, su amistad había resurgido más fuerte. Además debía pedirle apoyo para aquel paseo, no quería correr el riesgo de que su madre pudiera enterrarse. Para dos amantes que se desean tanto como ellos, nada es imposible. Sara aprovechó que su madre estaría trabajando doble turno ese sábado, por lo que ese mismo jueves le platicó que estaría de paseo con Ann. Amanda estaba tan dispersa que no mostró interés en aquel viaje; sólo le preocupaba que Davis volviera a aparecer. Sabía el edificio en el cual vivía, aun
Finalmente y luego de tres horas de vuelo, la avioneta aterrizó en el aeropuerto de Thira. Desde allí fueron trasladados hasta el lujoso hotel Grace Santorini, uno de los más lujosos de la ciudad ya que ofrece la vista panorámica al mar Egeo, además de estar ubicado en Imerogivil, una ciudad pintoresca y muy hermosa. Subieron hasta la elegante suite real que Ben reservó para aquella cita romántica y única. Sara no dejaba de sorprenderse con todo lo que veía. De chica, admiró mucho las historias mitológicas que su padre le contaba. Estar allí, era ver su sueño de infancia convertido en realidad. Fue inevitable que sus ojos se llenaran de lágrimas y su corazón latiera emocionado.—Hey, no te traje aquí para que lloraras. ¿No te parece hermoso este lugar? —Sí, claro que lo es. Lloro de emoción, aunque ni lo creas siempre quise conocer Grecia, son tantas las cosas de esa cultura y mitología que admiro que ni puedo creer que me hayas traído aquí. —Ben la cubrió con sus brazos.—Dij
Durante algunos minutos, la pareja de amantes permaneció en la misma posición, abrazados el uno contra el otro, recuperándose de aquel excitante y lujurioso acto; ninguno de los dos se atrevía a moverse, ni deseaba romper aquel momento maravilloso que seguramente sería inolvidable para el resto de sus días.Ben había planificado aquel viaje para estar con Sara y disfrutar de su amor a solas, como una pareja de recién casados. Los sentimientos del pelirrubio por la chica crecían constantemente y ella de igual manera era presa del encantamiento mágico de los primeros meses de relación. Así tuvieron por algunos minutos, en silencio. Ella se apartó ligeramente de él.—Voy a darme un baño. —Ben sonrió y ella se encaminó hacia el lujoso baño de la suite. Ben miró sus redondas nalgas, hechas para el amor pasional. Nada más con verla, ya estaba encendido. Ella se metió en la bañera de hidromasaje cuya vista era espléndida, desde allí podía divisar el mar Egeo, aquello era todo un
La noche del sábado no sólo fue perfecta para los amantes, también para Ann y Gabriel, que en su segundo encuentro logran conectar sus emociones y dejarse llevar por ellas.—¿Te gustó la película? —preguntó él, mientras la acompaña hasta la entrada de su loft.—Sí, un poco romántica pero creo que fue emocionante.—No pareces ser muy romántica.—Soy un tanto más realista. Creo que la mayoría de las personas buscan estar con alguien para no sentirse solos. —¡Y tú no opinas igual, imagino!—La vida me ha enseñado a ser más racional que emocional.Ambos se miran, se quedan en silencio. Un silencio que habla por sí solo. Gabriel había quedado flechado por Ann desde la primera noche en que la vio. Ella, a pesar de disfrutar de su compañía y bromas, no quería aceptar que también le atraía y que poco a poco se estaba convirtiendo en alguien importante en su vida.—¿Quieres pasar? —preguntó ella para romper aquel silencio. —¿Quieres que lo haga? —Claro, aún es temprano. Es sábado
Davis se detiene, se voltea hacia ella lentamente. Amanda corre a sus brazos, sus cuerpos se estrechan uno en el otro y sus labios se funden en un beso intenso. —Amanda, mi amanda —besa con ternura su cabeza. Ella levanta la vista, lo mira a los ojos, extrañaba tanto sentir aquellos besos, el sabor de sus labios, su tibio aliento. —Davis... —Ella intenta contenerse por segunda vez.—¡Shhh! No lo hagas, no me rechaces, ni rechaces esta oportunidad que nos da la vida, Amanda. —Tampoco te he olvidado —nuevamente sus labios se buscan ansiosos de sentirse, sus manos recorren aquel territorio ya explorado años atrás. Ambos se reconocen, su piel guarda en su memoria aquel roce suave de sus dedos, ella se estremece al revivir cada sensación. Por mucho tiempo, Amanda intentó convencerse a sí misma de que había olvidado a Davis, de que nunca más volvería a verlo y sobre todo que no lo necesitaba a su lado. ¡Que lejos de la verdad estaba! No hubo momento en el que haciendo el amor con A
La mañana antes de salir del hotel, la pareja de amantes se sienten más unidos que antes, dispuestos a vivir su amor intensamente. Sara no ha querido contarle a Ben sobre lo ocurrido con Davis ni sobre las amenazas de Erika, pero le ha pedido ser más cuidadosos dentro de la empresa; y él consciente de la conversación con su socio le ha asegurado que “así será”.¿Mas, podrá Ben realmente controlar sus instintos y el deseo latente que siente por Sara? ¿Y ella... logrará mantenerse distante de él, cuando sólo quiere estar entre sus brazos? Algunas promesas se hacen y son difíciles de cumplirlas.Llegan al hangar donde está la avioneta esperando por ellos, según el tiempo de vuelo estarán arrivando a Londres a las 3:00 de la tarde. Los amantes comparten besos, y miradas repletas de amor y alguna que otra travesura perversa, como cuando ella sube las escaleras para entrar al avión, él la ayuda desde atrás y desliza su mano entre sus piernas para rozar su sexo. O cuando sentados en el a
Finalmente Sara y Ben estaban de regreso, de vuelta a la realidad. Él, siendo el CEO de Virtual Reality y ella, la pasante amante de un hombre aún casado. Mas, Ben estaba decidido a cambiar esa situación. Una vez que Jaspe hubiese recuperado la vista, le pediría el divorcio a Erika. Su error más grande había sido creer que él y su ex mujer podrían conciliar en algún momento, pero ahora no le interesaba en lo más mínimo seguir casado con ella. Ben, amaba a Sara y sólo deseaba vivir a su lado.A pesar de que en algunos momentos, su racional lo confrontaba haciéndolo dudar, eso y algunas miradas indiscretas de las personas al ver a un hombre un tanto mayor con una chica más joven, pasearse de la mano. Recuerda entonces el comentario del conductor del yate cuando fue a pagarle por el alquiler, antes del paseo en playa roja:—Sólo seremos dos personas —Ben señaló a Sara, quien aguardaba en el muelle para subir al bote.—Bienvenido usted y su hija. —la mirada del CEO hacia el chico fue
Ann se detuvo al ver a su jefe, Sara la jaló del brazo. —¿No vamos a buscar a Amanda? —le pregunta confundida.—No, allí no. —Sara se regresa hacia la recepción del hospital. Aún estaba en shock y lo peor es que no podia desahogarse frente a su amiga.—Sara, ¿por qué te detuviste? —Ann, por favor no me presiones más, sólo necesito saber si mi madre está bien. Detrás de ella escucha la voz de su madre, se gira y al confirmar que es ella, se lanza en sus brazos.—¡Mamá! ¿Dónde andabas? —Amanda se sorprende al ver la angustia en su hija.—En la clínica hija ¿Qué tienes? Estás pálida y temblando. Ann eleva los hombros y mira a su amiga quebrarse en llanto. El dolor de Sara, era por la escena que acababa de presenciar, aunque estaba tranquila por saber que su madre se encontraba en perfecto estado de salud, su corazón estaba hecho trizas.—Vamos al cafetín, hija. Recuerda que estamos en una clínica —le hace un gesto con la cabeza a Ann y las tres salen del lugar. En tanto, E