Esa tarde, Sara regresó temprano a su apartamento. Había quedado de no verse con Ben y lo que menos deseaba ella, era verlo. Se sentía indignada, engañada. ¿Por qué él no le había dicho que iría con su mujer? Tal vez por eso no la llevó a la reunión. El sabor amargo de la mentira, comenzaba a agriarle el corazón a la pelicastaña. En tanto, Ben había bebido más de la cuenta, estaba lleno de celos, de ira de frustración. Sara le había mentido, quizás como él mismo lo dijo, aquel café era la excusa perfecta para que ella y Frank iniciaran un romance. Davis se retiró antes, debía ir por Amanda para llevarla a la clinica, eso sin contar que moría de ganas por verla. —Bueno con permiso de ustedes, debo retirarme. —estrechó la mano de Carrington, luego se despidió de Erika y por último de Ben.— Para de beber, desde que llegamos estás tomando —le murmuró al oído.—¡Adiós Davis! —dijo en voz alta.Amanda terminó de alistarse para esperar a Davis abajo. Estaba ansiosa de contarle lo
La rabia de Erika estaba en su punto máximo, debía hacer algo de inmediato para drenar su rabia. Se sentó sobre el escritorio donde minutos atrás su hijo Michael se follaba a la pasante. Aún el olor a sexo impregnaba el lugar. Subió su falda y comenzó a estimular su clítoris con caricias intensas. El ruido en la oficina, llamó la atención del vigilante; el hombre de unos treinta años, complexión fuerte y estatura baja se aproximó, vio la puerta entreabierta y terminó de abrirla, encontrando aquella escena excitante y provocante.—Mil disculpas, Sra Collins, no sabía que aún estaba aquí. —dijo el hombre con cierta vergüenza.—Joseph, no me dirá que nunca vio a una mujer cachonda, autosatisfacerse. —No, Sra Collins —el hombre evitaba mirarla, mientras ella continuaba frotando sus labios gruesos y carnosos. —Entonces deje de mirar a otro lado y míreme. —Joseph la miró con asombro. Obedeció como el más fiel de los empleados, observando como Erika abría con dos de sus dedos sus l
—Srta Clark, ¿Cómo está? Que bueno verla. —dijo el supervisor saludándola con amabilidad. —¿Cómo está Sr Cohen? —respondió ella con absoluto respeto hacia él, aunque muy nerviosa por su presencia en la empresa.—Muy bien, Srta Clark. Vine a visitarlos, ya llevaban casi dos meses en la empresa y hasta ahora no había recibido quejas de su desempeño dentro de ella. —Sara tragó en seco— Digamos que vine a cerciorarme de que todo esté en perfecto orden. —el tono de su voz estaba lleno de sarcasmo— Sé por buenas fuentes que está trabajando con el Sr Collins, ser la asistente del CEO es una excelente oportunidad, Sara. —aquella frase sibaba a advertencia en la cabeza de la chica— Siempre supe que era muy buena en lo que hace. —agregó.—Gracias Sr Cohen. La verdad debo agradecer la confianza que el Sr Collins ha depositado en mí. —Me encantará conocerlo y conversar directamente con él.—Aún no llega. ¿Desea un café? —No me vendría mal. —contestó y le dio um guiño.—Si desea, puede
Otro plan que no daba resultado. Erika estaba iracunda, hasta ahora todo lo que hacía en contra de Sara, resultaba diferente a lo planeado.—¡Maldita mosquita muerta! —exclamó en voz baja. Desde su oficina escuchaba la risa de su marido, mientras él estaba de lo más feliz con su asistente, ella echaba humo por los ojos. ¿Qué tipo de embrujo le había hecho a Ben? Ella misma cuando lo conoció era una chica con experiencia, sabe cómo envolver y enloquecer a un hombre. Eso le sirvió loa primeros años durante su matrimonio. La idea de ser sustituida por una simple pasante la llena de ira.Decide entonces, ir al ataque directamente, ya no le interesaba que Sara supiera que era su enemiga, ni enfrentarse al mismísimo Ben Collins.Tomó su móvil y le pidió al joven ir hasta su oficina.Minutos después, Frank tocó a la puerta, ella le contestó y él entró.—Digame Sra Collins. ¿En qué puedo ayudarla? —Siéntese Cox. Necesito de su ayuda. —Frank se sentó y la escucho atenta. Mientras le d
El día de la premiación llegó. Todo está preparado para esa maravillosa noche. Ben se sentía satisfecho por el éxito que estaba teniendo la empresa y por aquella especie de tregua que Erika le había dado. Ella lo ayudó a escoger el traje a pesar de que Sara no estuvo muy contenta cuando Ben se lo comentó. Habían decidido contarse todo y eso parecía funcionar en su relación de pareja.—¡Irás a la celebración! Todos están invitados mi amor.—¿Estás seguro de que quieres que vaya? —Por supuesto, eres mi asistente.—¡Ah! Sólo por eso —dijo en forma de reproche.—No, también porque eres mi asistente y la mujer que amo. Habrá una mesa reservada para los socios y otra para los empleados. —No sé, mi amor. No sé si deba ir. —¡Hazlo por mí! Quiero que empieces a codearte con miembros del ámbito empresarial. Sara te amo y quiero que seas mi mujer ante los ojos de todos.—Para eso, debes divorciarte, sino seré simplemente la amante y la querida de Ben Collins. —Serás mi esposa, te
Ben estaba confundido entre el bullicio y los flashes de las cámaras fotográficas. Intentaba abrirse paso entre los paparazzo y buscar a Sara. Con la mirada, trató de hallarla entre la multitud, pero no alcanzó a verla. Jaspe, al ver aquella situación se acercó para pedirle a los reporteros que dejaran en paz a su padre. —Déjenlo, por favor. —los periodistas se volvieron hacia ella para hacerle preguntas:—¿Qué opina de que su padre tiene una amante de su misma edad? —preguntó uno de los reporteros.—¿Es cierto que ustedes estudiaban en el mismo colegio? —preguntó otro.¿De dónde sacaban todas esas preguntas? La vida de la farándula y las redes, siempre busca cualquier información morbosa para captar la atención del público, sin importar que sea o no la verdad. Jaspe mejor que nadie conocía ese mundo. En tanto, Michael y Andrew llevaron a Erika hasta el coche, logrando evadir a una parte de los reporteros.—¡Llévala Andrew! Yo me encargo del viejo y de Jaspe! —le pidió Michae
—No, mi hija, no. —el grito desgarrador de Amanda, provoca mayor incomodidad en la habitación entre el médico y las enfermeras que trataban de salvarle la vida a Sara —Llevénsela de aquí —ordenó, mientras insistía aumentando el voltaje en el desfibrilador y presionando con mayor insistencia el pecho de la joven. Segundos de angustia y estrés se viven en aquel lugar. Finalmente, el monitor comienza a marcar las pulsaciones cardíacas de la chica, estaba viva, habían logrado recuperarla.—Lo logramos doctor. —el hombre seca su rostro y respira un poco más tranquilo.—Hay que colocar efinefrina y hacer un lavado estomacal de inmediato. Mientras los médicos continúan con el tratamiento para estabilizar a la paciente. Afuera en la sala de espera, hecha un manojo de nervios, Ann aguarda junto a sus dos compañeros.—¿Qué fue lo que ocurrió Frank? Sara estaba bien cuando la sacaste del salón de fiesta. —interroga al chico, quien frota sus piernas intentando calmarse.—No lo sé —respond
Luego de la discusión con Ben Collins, Amanda fue a la habitación donde se encontraba su hija. Aún estaba dormida, tomó su mano y la acarició con el pulgar.—¡Vas a estar bien, mi amor! —murmuró en voz baja. Una vez centrada en su realidad, Amanda recordó que debía hablarle a Davis, todo ocurrió tan de prisa que no se percató de que ya era media noche.Tomó su móvil para marcarle, era importante que él supiera lo que había ocurrido con Sara. Había llegado el momento de contarle la verdad, decirle que ella era su hija. Necesitaba su apoyo para protegerla de los Collins. “Su llamada será transferida al buzón de mensajes, por favor, deje su mensaje después del tono”Amanda se sorprendió de no haber recibido mensajes de él, llevaba más de dos horas sin saber de él ¿Dónde se había metido? Se preguntó.Sara comenzó a despertar y la madre se concentró en atenderla.—Mamá —miró a su alrededor, la pelicastaña estaba aún aturdida— ¿Qué hago aquí? —Mi amor ¿Cómo te sientes? —preguntó Aman