Ben estaba confundido entre el bullicio y los flashes de las cámaras fotográficas. Intentaba abrirse paso entre los paparazzo y buscar a Sara. Con la mirada, trató de hallarla entre la multitud, pero no alcanzó a verla. Jaspe, al ver aquella situación se acercó para pedirle a los reporteros que dejaran en paz a su padre. —Déjenlo, por favor. —los periodistas se volvieron hacia ella para hacerle preguntas:—¿Qué opina de que su padre tiene una amante de su misma edad? —preguntó uno de los reporteros.—¿Es cierto que ustedes estudiaban en el mismo colegio? —preguntó otro.¿De dónde sacaban todas esas preguntas? La vida de la farándula y las redes, siempre busca cualquier información morbosa para captar la atención del público, sin importar que sea o no la verdad. Jaspe mejor que nadie conocía ese mundo. En tanto, Michael y Andrew llevaron a Erika hasta el coche, logrando evadir a una parte de los reporteros.—¡Llévala Andrew! Yo me encargo del viejo y de Jaspe! —le pidió Michae
—No, mi hija, no. —el grito desgarrador de Amanda, provoca mayor incomodidad en la habitación entre el médico y las enfermeras que trataban de salvarle la vida a Sara —Llevénsela de aquí —ordenó, mientras insistía aumentando el voltaje en el desfibrilador y presionando con mayor insistencia el pecho de la joven. Segundos de angustia y estrés se viven en aquel lugar. Finalmente, el monitor comienza a marcar las pulsaciones cardíacas de la chica, estaba viva, habían logrado recuperarla.—Lo logramos doctor. —el hombre seca su rostro y respira un poco más tranquilo.—Hay que colocar efinefrina y hacer un lavado estomacal de inmediato. Mientras los médicos continúan con el tratamiento para estabilizar a la paciente. Afuera en la sala de espera, hecha un manojo de nervios, Ann aguarda junto a sus dos compañeros.—¿Qué fue lo que ocurrió Frank? Sara estaba bien cuando la sacaste del salón de fiesta. —interroga al chico, quien frota sus piernas intentando calmarse.—No lo sé —respond
Luego de la discusión con Ben Collins, Amanda fue a la habitación donde se encontraba su hija. Aún estaba dormida, tomó su mano y la acarició con el pulgar.—¡Vas a estar bien, mi amor! —murmuró en voz baja. Una vez centrada en su realidad, Amanda recordó que debía hablarle a Davis, todo ocurrió tan de prisa que no se percató de que ya era media noche.Tomó su móvil para marcarle, era importante que él supiera lo que había ocurrido con Sara. Había llegado el momento de contarle la verdad, decirle que ella era su hija. Necesitaba su apoyo para protegerla de los Collins. “Su llamada será transferida al buzón de mensajes, por favor, deje su mensaje después del tono”Amanda se sorprendió de no haber recibido mensajes de él, llevaba más de dos horas sin saber de él ¿Dónde se había metido? Se preguntó.Sara comenzó a despertar y la madre se concentró en atenderla.—Mamá —miró a su alrededor, la pelicastaña estaba aún aturdida— ¿Qué hago aquí? —Mi amor ¿Cómo te sientes? —preguntó Aman
Davis negó con su cabeza y salió de la habitación sin decir ni una sola palabra. Al ver su negativa, Jaspe tomó el vestido, se lo colocó, tomó el par de sandalias en su mano y bajó detrás de él.—Por lo menos podrías esperarme, Davis. —él volteó, aguardó por ella en la entrada. —Tengo prisa, Jaspe. —Nunca pensé que me tratarías de esa manera. —Sube al auto por favor, debo llegar lo antes posible a la clínica.—¿Qué es lo que ocurre que tienes que irte?—Es Sara, la hija de Amanda...—¿Qué? ¿La amante de papá? —él rodeó los ojos. —La pasante de la empresa, Jaspe, la hija de la mujer que amo. Está hospitalizada. —Jaspe se cruzó de brazos mientras pensaba en las ironías de la vida. El hombre que le gustaba prefería a la enfermera, y su hija le estaba arrebatando a su padre.—¡Vaya par de joyitas! —espetó.—Haré como que no escuché tu comentario. Creo que Amanda merece tu respeto, estuvo contigo cuando más lo necesitaste. Con respecto a Sara, no estoy de acuerdo con que tu p
Sara fue dada de alta, la mañana siguiente, Amanda esperó por ella para regresar juntas a su apartamento. Ver que su hija estuvo tan cerca de la muerte, la pone mucho más susceptible, sólo desea protegerla de todo, de todos. —Al fin en casa, mi amor. —Sí, al fin, mamá. —¿Quieres que te prepare tus hot cake con miel. —¿Me consentirás hoy? —preguntó haciendo pucheros.—Siempre mi amor.—Voy a darme una ducha, huelo a hospital. —besó a su madre en la mejilla y fue hasta su habitación.—Ve, mientras preparo todo.Sara fue hasta su habitación, tomó su móvil y lo revisó, no había mensaje alguno de Ben ¿Por qué no le había escrito? ¿Por qué no fue a verla? ¿Tan frágil era su amor que apenas salía a la luz pública y él la abandonaba? Si bien estaba un poco enojada por hacerla ir a esa reunión, no menos cierto es que esperaba que esa noche fuese perfecta y amanecer entre sus brazos. Pero nada de ello, ocurrió. Todo había sido una tragicomedia, las personas se burlaron de ella y e
—Lo siento, Jaspe. No lo haré. —Davis se incorporó, la tomó del brazo— Es hora de regresar a tu casa. —la llevó a rastras hasta afuera de la habitación.—¿Es una broma, verdad?—No, es una estupidez lo que pensaba hacer. No mereces que te utilice, ni Ben, que yo le haga esto.—¿Utilizarme? ¿De qué hablas Davis?Davis la obligó a subir al auto. Encendió el motor, echó de retroceso y salió de aquel lugar.—¿No vas a responderme? Esto es una burla, me estás humillando.—No es una burla, Jaspe; no quiero hacerte daño. Tienes que entender que amo a Amanda y la razón por la que te traje hasta aquí era porque quería vengarme de tu padre. —guardó silencio para luego develar aquella verdad— Hoy supe que Sara, es mi hija.—¿Qué? —preguntó sorprendida.—Eso mismo dije yo. Hace diecinueve años conocí a Amanda, ella era la enfermera a cargo de Silvia, desde que la ví me enamoré de ella, estuvimos juntos, pero yo estaba comprometido para casarme con Silvia y en ese momento creí que debía s
Finalmente llegó el lunes, todos en la empresa estaban a la expectativa, desde los empleados hasta el resto de los pasantes. Frank seguía un poco preocupado por lo ocurrido, sólo Sara podria librarlo de responsabilidad, mas todo ello dependeria de la reacción de la pelicastaña al saber que tenía cierta cantidad de benzodiacepinas en su organismo. Ben llegó puntualmente como suele hacerlo, los murmuraciones y miradas indiscretas no se hicieron esperar, el CEO, sólo volteó a verlos y en voz alta, dijo:—Todo el mundo a trabajar o me emcargaré de despedirlos yo mismo. —miró su reloj y fue hasta su oficina. Esperaba ver a Sara aguardando por él con esa sonrisa que lo cautivaba.Mas, él no sabía nada de ella desde que estuvo en la clínica y se topó con Amanda. Al entrar y ver que ella no estaba, sintió una opresión en el pecho. ¿No volvería a la empresa? ¿No volvería a verla? ¿Por qué no lo había llamado? La razón por la que Sara no se habia presentado esa mañana era porque el médico le ha
Sara subió al taxi y se dirigió al apartamento donde durante varios días había vivido los instantes más hermosos de su vida. Aunque era una relación oculta, esa clandestinidad los volvía cómplices de su secreto amoe, haciendo que la pareja de amantes se sintieran cada vez más unidos. Entró en el ascensor hasta llegar al noveno piso, cuando las puertas metálicas se abrieron, Sara caminó hasta el apartamento, abrió usando el código que Ben le indicó, entró al lugar. Tal y como lo imaginó al ver el saco gris sobre el espaldar del sofá, supo que Ben al igual que ella había buscado refugiarse en el único lugar donde eran realmente libres para amarse y ser ellos mismos sin temor a nada. Ben creyó oír un ruido, pero no se preocupó mucho, estaba ensimismado y pensativo, no sabía como actuar sin que lo que hiciera perjudicara a su amada. Sara abrió la puerta de la habitación y el pelirrubio se incorporó rápidamente, sobresaltado. No hicieron falta las palabras y las excusas, sólo con mirarse