Capitulo súper Hot🥰🥵🤭😋NairaObservaba desde lejos cómo entrenaban a los caballos. Karl estaba de pie, junto a un grupo de hombres, supervisando cada movimiento. Yo solo podía mirar, tal y como él me había ordenado. Mi herida aún estaba fresca, y desde aquel día, su comportamiento había cambiado. Algo en él me descolocaba. Sabía que era un hombre impredecible, pero últimamente parecía más contenido, como si intentara mostrar otra faceta. A pesar de ello, no debía sentir nada por él. No se lo merecía.—Es un hombre voluble,—me repetía, tratando de convencerme a mí misma. Sin embargo, no podía evitar preguntarme si podría controlarlo. Y si lo lograba, quizá podría escapar. Irme con mi madre y dejar este lugar atrás. Pero, ¿por qué últimamente mi deseo de permanecer a su lado era más fuerte? Había algo en su manera de mirarme, de envolverme en sus brazos y susurrar "muñeca" con esa voz grave que me hacía estremecer.—Quizá estoy rota,—pensé, sintiendo una punzada en el pecho. —Como e
Karl.Mi mente aún estaba atrapada en lo que había sucedido unas horas antes. Los recuerdos en los platillos de girasoles, la conversación con Naira, y ese sentimiento indescriptible que había comenzado a nacer en mí, seguían invadiendo mi mente. Naira estaba siendo todo lo que yo quería, su actitud, su presencia… todo en ella estaba diseñado para complacerme, para hacer que me sintiera bien, pero también me hacía cuestionar algo. Este placer que estábamos compartiendo, ¿era solo con ella o era algo que podría experimentar con otras? Debía descubrirlo, quizás esta noche lo haría.La noche caía lentamente y, con ella, venía la necesidad urgente de entender qué era lo que realmente estaba pasando dentro de mí. No podía permitirme ser vulnerable ante ningún ser humano, ni siquiera ante una mujer. Siempre me había considerado un hombre sin emociones, sin esas pequeñas cosas que algunos llaman amor o afecto. Eso era un lujo que nunca tuve, ni de mis padres, ni de nadie. Siempre me enseñaro
Karl.Naira estaba nerviosa, lo podía notar en cada uno de sus gestos. Sus manos jugaban inquietas con el borde de su vestido, y sus ojos esquivaban los míos. Sabía bien que este evento podría marcar el destino de su vida… y de la mía. Pero yo no pensaba perderla. No. Ella sería mía, y lo sería limpiamente, aunque lo que estuviera haciendo fuese un absurdo juego de orgullo y sombras. Pero así era yo: un hombre sin escrúpulos, sin furor. Necesitaba arrancarme de raíz aquel sentimiento amargo que se había instalado en mi pecho. ¿Era amor lo que sentía por Naira? ¿O simplemente era mi ego, intentando comprobar su propio poder?Estábamos ahí, entre murmullos y risas de los demás, cuando escuché mi nombre a mis espaldas.—¡Cuánto tiempo, Karl! Ahora eres todo un adulto —dijo una voz femenina que heló mi sangre.Me giré lentamente, y allí estaba Margaret. La misma mujer que había destrozado mi dignidad junto a mi padre… y al suyo. Y no estaba sola. A su lado, el hombre que había sido su cóm
Karl. Cuando finalmente terminó la subasta, el salón quedó inundado de murmullos y risas discretas. Los asistentes disfrutaban de los aperitivos y el brillo de las copas de champán, reflejando las luces de las grandes lámparas que pendían sobre nuestras cabezas. Me encontraba de pie junto a una mesa, observando cómo los últimos detalles de la velada se desenvolvían, cuando el gobernador volvió a acercarse a mí. Su rostro irradiaba una mezcla de admiración y curiosidad. —Es usted muy astuto, señor Karl — Comentó , levantando su copa en un gesto que pretendía ser amistoso—. Por un momento pensé que iba a vender a esta bella dama. Me permití esbozar una sonrisa ligera, aunque mis ojos permanecieron fríos. Respondí con voz calmada, pero firme: —¿De verdad cree que iba a vender lo que me pertenece? Esta muñeca es mía y solo mía. La subasta fue un simple juego, uno en el que sabía que ganaría. El gobernador asintió con una risa breve, admirando el juego de diamantes y zafiros que l
Naira Estaba experimentando una sensación demasiado deliciosa, quería soltar ese líquido que me estaba volviendo loca a punto de acabar, y recibir mi orgasmo. Pero sabía que él no quería eso y tenía que obedecerlo, sus juegos estaban a punto de volverme loca y ambiciosa ante él, ya no había marcha atrás, Karl ya me había contagiado, no había manera de cambiar las cosas. Los meses a su lado me había hecho una mujer fuerte, diferente y sobre todo necesitada de su cercanía, de sus besos, de sus manos sobre mi piel, sus caricias únicas y placenteras.Lamentablemente había caído en la red del monstruo, ya no había marcha atrás. Dejé mis ensimismamiento al ver que empezó a mover su lenguas de una manera excitante y a la misma vez dolorosa.Unto mi cuerpo con chocolate, al parecer esto lo excitaba aún más. —Te encanta mi amor ¡Dímelo — Exigió con la voz pesada.—Sí mi señor — respondi soltando un suspiro, que hasta varios gemido me salió. Él se levantó, vi que agarró una fresa, lo puso so
KarlRecuerdos del pasado.Miraba el cielo oscurecerse desde una de las ventanas del rancho. La lluvia golpeaba con fuerza los cristales, pero yo no sentía ni frío ni calor. Apenas era un jovencito, pero mi vida ya era un laberinto de incertidumbre. Mi padre, Carlos Voss, era el hombre más poderoso de la región, dueño de miles de hectáreas, tierras fértiles y, según decían, pozos de petróleo que escondía bajo su propiedad. Pero también era dueño de algo mucho más oscuro: una cueva que guardaba riquezas inimaginables y secretos que nadie osaba mencionar en voz alta.A pesar de su inmenso poder, yo, su hijo, no significaba nada para él. Peor que un perro, peor que uno de sus peones, así era como me trataba. Mi único "error" era haber nacido con la piel clara, como mi madre, en lugar de heredar su tez morena. Él me despreciaba por eso, como si el color de mi piel fuera una ofensa a su linaje.Mi madre, incapaz de soportar las humillaciones que él me hacía pasar, decidió abandonarme. Me d
Narrador.Naira observaba el caos desatarse en su hogar, como si la vida se empeñara en arrebatarle lo poco bueno que le quedaba. Su madre, entre lágrimas y desesperación, golpeaba con furia a su padrastro, quien se había endeudado con un mafioso de la élite y estaban cobrandole, sin embargo elle pedia a mi madre que lo pagara o que me mandara a buscar trabajo en los mejores bares y club de este sector.—Estás loco, tu gastaste ese dinero jugando y ahora me pides y mi hija y yo lo paguemos.—Pues quien más, tu debes pagarlo.El temor de lo que este hombre podía hacerle a su madre, era como una nube oscura. Naira permanecía inmóvil, sentada, observando la escena, sin palabras para el desastre que se desplegaba frente a ella. Su cuerpo estaba paralizado hasta que, de repente, un grito desgarrador escapó de su garganta al ver a su madre desplomarse sobre el suelo helado de su humilde vivienda.—¡Abre los ojos! ¡Por tu culpa, mi madre está así! —gritó Naira, desesperada, mientras su madre
KarlAño 1997.Mi mirada seguía perdida, fija en ese punto invisible. No había miedo, ni dolor, ni siquiera rabia. Cada golpe que me daba no tenía sentido, no para mí. Él se irritaba más al ver mi rostro vacío de emociones, desesperado por sacarme alguna reacción. Me pateó con furia, tumbándome en el suelo helado.—¡Maldito! Llora, quiero verte suplicar de dolor —gritaba, lleno de impotencia, pero yo nunca le daría el gusto. Yo soy Karl, y nada de lo que me haga puede afectarme. El dolor nunca me ha tocado, no en este cuerpo. En realidad, lo disfruto, porque si no puedo sentir nada por mí, al menos me reconforta ver a otros sufrir. Es lo único que me queda. Verlo sufrir de rabia.Cuando no pudo hacer nada más, se fue de la habitación, y yo solo quedé ahí recostado, tapé mi rostros y reí a carcajadas.***Salí de la aburrida habitación, y llegué a la cocina. Cleotilde al verme se acercó nerviosa.—Jovencito, su padre vendrá pronto. Debería encerrarse en su habitación, ya sabe cómo se p