Aún faltan dos capítulos más, pero debo ajustar algunas cosas. Voy a tardar un poco más. Dentro de poco los tendrán. ;)
Kael avanzó unos metros, sintiendo cómo sus vértebras se comprimían dolorosamente con cada paso. La calma que tanto anhelaba se le escapaba entre los dedos, su ausencia era un vacío que lo consumía. La desesperación y el peso de saber que se la habían arrebatado lo empujaron a seguir descendiendo en aquel terreno arenoso. Sus pies se movían en automático, sus puños se endurecían como acero y sus latidos resonaban como truenos al no encontrar a su mujer. Con el rostro salpicado de sudor y la respiración entrecortada, escuchó ruidos a unos metros de distancia. Sin pensarlo, apuntó con su arma, listo para disparar. Segundos después, un rostro emergió de la oscuridad: era Lina. El alivio lo golpeó con la fuerza de una ola, desmoronando la tensión que había mantenido su cuerpo rígido. Su corazón, que había latido con furia, ahora se aceleraba por una razón diferente. El desespero y el afán que lo habían consumido se transformaron en una necesidad urgente de abrazarla. Cada paso hacia
Las alertas se activaron por todo el país al saber de los enfrentamientos entre desconocidos que se venían dando las últimas horas, ya que pese a la presencia de dos agencias, ninguno había declarado ser participante de las masacres de las que muchos se estaban enterando. Alarmas entre la gente que temía que la guerra se hubiese desatado, preparando sus refugios subterráneos como precaución. Los ministros se reunieron para esperar noticias, cuándo la presencia de un sujeto enfundado en un gabán oscuro y guantes de cuero se adentró en la sala, con cuatro sujetos detrás suyo y esa mirada azulada que recorría la mesa, antes de sentarse en completo dominio de sus movimientos. —¿Usted quién es? —el consultor de defensa levantó la voz. —¿Quién le dio autorización de estar aquí? Este es un espacio al que… —Mi nombre es Dante Mikhailov y sus vidas acaban de pasar a ser de mi propiedad —determinó haciendo que se vieran entre ellos, tomándolo como un desquiciado. Pero el ruso no contaba con
Nota: En este capítulo veran escenas gráficas y perturbadoras. Si eres sensible, abstente de leer. . . Kael recorrió el angosto lugar, cubriendo una gran distancia en poco tiempo hasta que escuchó el ruido que avisaba del techo desmoronándose a pocos metros detrás suyo. Continuó cuando escuchó ruido en el fondo, hasta que vio a la figura que, esperaba que fuera la que buscaba detrás de una silla adherida al concreto. —No eres a quién imaginaba, —exhaló Oleg mirándolo de arriba a abajo. —Pero no niego que me gusta la idea de… El disparo de Kael fue desviado cuando alguien atrapó su arma, arremetiendo contra él con cuchilladas que le rompieron la piel de los brazos. Un cazador entabló la lucha a la que se sometieron, con una ferocidad fuera de control, en la cuál el Mayor tuvo que ser más rápido para impedir que le rebanaran la cara. Logró arrebatar el puñal, pero detrás suyo salió otro y a su derecha uno más, obligándolo a lanzarse hacia atrás para esquivar el filo. Recup
Reunirse les llevó más tiempo del esperado. Cada uno debía tener la manera de regresar, usando la fachada creada que no debía tener fallas. Nadie, fuera del clan sabía de sus movimientos, pero las precauciones jamás estaban de más. Leonardo cargó con Oleg en una camilla, en donde el tipo tenía la mirada perdida, mientras todos tenían sus propósitos. Lo cargaron sin ningún cuidado, pues la única regla era que siguiera con vida. Lina aterrizó en el buque. Kael la ayudó a bajar, para reunirse con su tío, quien fue recogido por su hijo en una lancha de pesca que partió hacia donde su esposa esperaba por él. Avery se marchó con Pascal y Eleazar, luego de despedirse de Lina, la cual le aseguró que estaría bien. —Voy a morir de cansancio, Mayor —se quejó al verlo con una misión aún. —Ve a hacer tus cosas y búscame aquí cuando vuelvas. Necesito dormir. Kael la vio quitarse el cinturón y la campera, para luego girar en su eje, hallándolo con la mirada puesta en ella. —¿Qué? —arrugó el ent
Kael ignoraba abiertamente a la agencia cuando se trataba de la misma insistencia por la ceremonia donde un reconocimiento más y una medalla lo esperaban, pues de eso ya tenía mucho. Atendía sólo cuándo las reuniones llegaban con el pasar de los días y el trabajo para dar fin a la operación reciente estaba por finalizar. De su apartamento a la mansión de los Crown, su mujer disfrutaba de hacer reír a Luisa con sus ocurrencias, de besar las mejillas a su abuelo y hacer que Leonardo frunciera las cejas cada dos segundos. Mientras su marido se encerraba en reuniones de índole reservado. —Siendo todo, espero que tengamos unas felices vacaciones, señores— añadió Bishop mirando su reloj. —Iré de pesca por primera vez en siete años. Así que nadie siquiera piense en llamarme y cuando digo nadie, es nadie— resaltó mirando hacia la puerta cuándo se abrió, dejando a la vista a Natalia y Norma. —¿Nos vamos, cariño? Los supervisores levantaron la mirada, al mismo tiempo que el equipo de Kael l
—Una guerra nunca nos ha quedado grande —mencionó Anthony frente a la gran mesa. —Menos uno que cree que esto se trata de una deuda. —Son una ladilla, me exasperan cada vez más —murmuró Mateo mientras veía los alborotos que formaba “esa gente” por sitios donde ellos tenían inversiones. Bodegas, clubes, estadios en uso y centros comerciales. —Sin embargo, me harté de vivir en guerras. Esto se puede evitar con lo que ofrece el viejo. —Lo que quiere Lorcan no es evitar una guerra, es entrar a esta mesa —Izan detestaba esa clase de tonterías, más cuándo implicaban a los suyos. —Que siga soñando, tendría derecho si compartieran sangre —abrió la botella con agua que dejó a medio camino cuándo otra serie de mensajes llegaron aburriéndose de tanta tontería. —Además, me servirá para otras cosas. —¿Qué cosas? —indagó Lina. —Que el pasado entienda la definición de eso —Anthony lo observó y él negó. Era con el único que podía desahogarse en ocasiones. —Mateo tomó su decisión. Si es lo
La reunión trimestral en Rusia fue tomada en cuenta por el líder del clan esta vez, acompañado por su padre, el cuál quería estar al tanto de todos al mismo tiempo. Pero, su mente le indicó que todo estaría bien. Aunque Lina, esa mañana recibió el mismo mensaje que le dio el mismo inicio para su día, como cada uno, durante esas semanas. Su marido no estaba en la ciudad desde hacía cuarenta y ocho horas, por lo que recibir mensajes constantes era una lata. El Mayor quería saber si había comido, si se había tomado las vitaminas o si necesitaba algo, por muy simple que fuera. Contestó a todos y salió con Avery al laboratorio, mientras Atila con sus cachorros era llevada al área común, ya que en el laboratorio era peligroso para sus juegos. Su vientre ya tenía una curva muy notable a sus veinte semanas y con cada cambio, sólo podía amar más a su bebé. Sus sobrinos siendo un desastre que podía malcriar y nadie atreverse a llevarle la contraria, por no querer afectar sus hormonas, tambi
En la oficina del director del FBI, Calderón, estaba en la penumbra, iluminada solo por la luz tenue de una lámpara de escritorio. Kael se encontraba de pie frente a él, con los brazos cruzados y una expresión de determinación en su rostro. Se había cansado de perder. Se había cansado de ese sabor a derrota que por primera vez probó y quería dejar atrás. —Es nuestra única oportunidad para derrocarlos, Kael. Aquí no estamos para decidir si nos gusta o no. Nos atenemos y ya. —dijo Calderón, su voz grave y autoritaria—. No podemos permitirnos fallar. No más. Kael guardó silencio, consciente de la magnitud de la misión. Había pasado semanas en una prisión, perdió a su equipo, perdió mucho y no estaba dispuesto a perder más. Pero ahora, todo dependía de un solo movimiento. —Para esa fecha, su cabeza rodará. De eso me encargo yo. —respondió Kael con firmeza. Calderón lo miró fijamente, evaluando su determinación. —Hay algo más que debes saber. —lo detuvo. —Hay una pieza clave pa