Amanecer de reinaDespués de aquel derroche pasional, el señor Cavill extrañamente no me exigió nada más. No hubo forma de convencerlo, de quedarse un poco más. Él terminó de besarme para potenciar la sensación de satisfacción que me sobrevino con el orgasmo y acto seguido procedió a desatarme sin mucho ánimo. Yo intenté iniciar una acción de vuelta, pero él sin mucha importancia me detuvo obligándome a refrenar mis intenciones. Él no esperaba nada a cambio, por lo menos no en ese momento. Mi cuerpo me pedía satisfacerlo de vuelta, sobre todo cuando me percaté de que la erección oculta por la diminuta prenda que cubría su sexo estaba a punto de reventar por la presión de aquel miembro que bogaba por libertad. Pero el señor Cavill no parecía sucumbir ante sus bajas pasiones, por lo menos no de esa forma, él parecía haber quedado más que satisfecho llevándome a conocer lo que era el cielo en la tierra.Yo quedé casi en las nubes, sintiéndome ligera como una pluma y con el corazón colmad
Al volanteEl señor Cavill me invitó a desayunar antes de partir a la oficina. Un tazón con una ensalada de frutas no era el desayuno que acostumbraba a degustar cuando estaba en casa de Ana y mucho menos durante mi estadía en el internado. Quedaba en claro que el señor Cavill aparte de todo, era un hombre que se preocupaba por mantener un estilo de vida saludable y eso incluía la alimentación y el ejercicio, por lo que se asombró bastante cuando yo le confesé que nunca en mi vida había pisado un gimnasio y que a la hora de comer no tenía ningún tipo de filtro.― ¿Entonces tu belleza es natural? ―me preguntó de pronto.―Diría que sí, aunque no sé bien a lo que se refiere, señor Cavill ―le respondí apenada.―Me gustaría saber el secreto ―comento en tono de burla, dando por terminado el tiempo del desayuno mientras se colocaba de pie―, pero será luego, junto con las otras conversaciones que tenemos pendientes… una era sobre tu familia… ¿Y la otra cuál era?… ¡Ah, sí!, era de cómo poder g
Mundo de negocios La rubia bufó al escuchar mi contestación con la que le dejé en claro que aquella actitud suya no amedrentaba en lo absoluto mi ánimo y mi determinación. Yo estaba clara de cuál era mi lugar en aquel mundo de negocios, yo sabía que nada de aquello era real y que solo me encontraba disfrutando de una ilusión pasajera, pero por nada del mundo estaría dispuesta permitir que una mujer vacía y sin espíritu como ella pudiere hacer mella en mi propia estima. ―Al parecer los humos se te han ido a la cabeza niñita ―me recriminó con un gesto grosero de su rostro. ―No es necesario que eso pase para saber cuáles mi lugar y de quienes me rodean ―le respondí sosteniéndole la mirada sin amilanarme en lo absoluto. ― ¡Pero claro! ―se burló con altanería―: Por eso tiene que quedarte bastante en claro que una mujer de tu clase jamás podrá satisfacer realmente las necesidades de un hombre como el señor Cavill… el señor Cavill n
Imponiendo carácter.― ¿Es cierto que acabas de golpear a Rebeca? ―me preguntó el señor Cavill apenas terminó de hablar por teléfono.Yo me había acercado hasta su escritorio, pero no había tomado asiento, sino que me había quedado de pie frente a él, esperando cuál sería su reacción después de que le contaran lo sucedido, pues logré descubrir que quien le había llamado había sido el abogado.―Se lo merecía ―bufé con desdén volteando la mirada para no dejar en claro la enorme molestia que me significaba el tener que hablar de aquel tema. Yo sabía que tarde o temprano iba a tener que dar explicaciones y enfrentar las consecuencias de aquello, pero no pensé jamás que las noticias llegasen incluso antes que yo―, no estoy dispuesta a aceptar que esa mujer quiera pisotearme cada vez que tenga la oportunidad… yo no fui quien decidió que las cosas pasaran así sencillamente no puedo soportar sus berrinches todo el tiempo.El señor Cavill escuchó mis explicaciones en silencio, sopesando cada u
Los ojos del CEO― ¡Pero es que yo ni siquiera terminé la secundaria! ―protesté.―Eso es lo de menos ―aseguró él―, puedes terminarla mientras trabajas.―Pero mi experiencia… mi experiencia en todo esto es nula.―Entonces la ganarás mientras aprendas ―me dijo con una risita burlona.―Pero es que siento que la mayoría de las personas en este edifico me odian ―sentencié dejándome caer en la silla.―Entonces toma ese odio y conviértelo en respeto y autoridad.―No sé… la verdad, no sé si pueda ―balbuce.―Claro que puedes… estamos hablando de la mujer que acaba de librarse de una demanda por acoso laboral sin siquiera despeinarse.―Señor Cavill eso ni siquiera tiene algo que ver con todo esto.―Por supuesto que si Emily… tiene todo que ver.El señor Cavill se enfrascaba en hacerme ver algo que yo me negaba a aceptar. Era algo que me ponía en una situación extrema y en la que sentía que el aire podía comenzar a faltarme de repente. Era algo terriblemente abrumador y que me ponía en el escena
La señorita Reyes.Yo me había mentalizado en esperar la llegada de aquel primer pago que llegaría recién al cumplirse una semana de haber firmado el contrato, para lo cual a esas alturas solo faltaban tres días. Después de ese pago estaba en «veremos» mi continuidad con todo aquello, pues aunque de cierta manera comenzaba a tomarle el hilo al señor Cavill y de cierta manera también le tomaba el gusto a ese juego peligroso y sensual, no era algo que pudiera vislumbrar en ese futuro en el cual me había impuesto como meta la idea de ayudar a mi hermano como prioridad.No podía intentar adivinar el futuro. Ni siquiera quería atreverme a adivinar cuál sería mi decisión, apenas llegará ese dinero, pero lo que si podía saber es que la toma de esa decisión apuntaba a ser cada vez más compleja. Cada segundo que pasaba al lado del señor Cavill me acercaba a él de una manera inexplicable. Cada vez se me hacía más compleja la idea de separarme de su lado y a medida que me integraba a su mundo co
Decepción y recompensaMe quedé a la expectativa de lo que sería el esperado reencuentro con el señor Cavill para poder decirle que todo estaba yendo de maravilla, que había logrado contener los malos ánimos y doblegar al caradura para que se dispusieran a colaborar a la causa. Casi podía estar segura de que el hecho fortuito de haber escogido la oficina de Rebeca por casualidad terminaría siendo una anécdota que él iba a saber disfrutar, entonces recalé en una conclusión que me dejo pasmada lo mismo que perturbada: sin darme cuenta estaba anhelando volver a estar cerca del señor Cavill.Era normal que cualquiera sucumbiese ante el peso de una persona tan imponente como él. Querer estar cerca de él para impregnarse de su esencia y de su poderío, era algo que debía ocurrirle hasta a los hombres, ni que decir de las mujeres, que todas sin distinción se derretían y pagarían solo para poder verle, pero aquello que yo estaba experimentando iba mucho más allá de todo eso. Sin darme cuenta m
Puesta al díaAna quedó con la expresión de quien no alcanza a creer lo que tiene ante sí. No era mi intención lucirme frente a ella ni mucho menos, pues nuestra amistad no estaba para ese tipo de estupideces, pero de cierta manera nuestra dinámica de amigas si admitía ese juego tonto donde ella me acusaba de haber robado un banco.― ¡Estúpida! ―le dije sonriendo al indicarle como debía colocarse el cinturón de seguridad―, tu sabes bien que soy demasiado nerviosa como para atreverme a robar un banco ―le dije en forma de broma.― ¿Entonces qué? ¿Secuestraste a tu jefe y le pediste rescate?Ante las ocurrencias de Ana no pude hacer otra cosa más que reírme con desparpajo, después de todo precisamente para distraerme era que había decidido invitarla a ella a almorzar. Su compañía era para mí una de las mejores medicinas, capaz de quitarme todo el estrés y la preocupación con una sola conversación. Ana me conocía, ella era para mí una de las personas más especiales del mundo, si no es que