Los rumores del sádico novio de Kerrie llegaron hasta sus compañeros. No había alumno que no la girara a ver cuando caminaba por el pasillo, cuando estaba en la biblioteca, cuando comía. Gracias a eso no había logrado hacer ni un amigo en la facultad, era como estar en la secundaria o peor. Además, Peter había dejado de asistir a la universidad, escuchó que se había dado de baja y eso la hacía sentir un poco más aliviada. Sin embargo, el hecho de que se fuera porque Hudson casi le rompe la mano, era otra cosa.Además, había evitado a Nash y Aila como toda una experta. Sabía que debía enfrentarlos, pero era difícil. Ambos habían sido sus mejores amigos desde la infancia, semejante traición la hacía sentir miedo y pena de sí misma.Soltó un suspiro sentándose en una mesa de la cafetería, sola. Mientras el resto de sus compañeros compartía la mesa con sus amigos, bromas, sonrisas, momentos. Los envidiaba.—¿Kerrie? — Una voz conocida hizo que mirara hacia arriba. Se encontró con Hazel so
Kerrie no tenía la mínima intención de reencontrarse con Hudson Morgan de nuevo. De hecho, había intentado olvidar su existencia luego de la situación vivida en la universidad. Sin embargo, ahí estaba, frente a ella, mirándola con una enorme sonrisa como si nada importara.—¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste?—Te seguí. — Admitió sin un ápice de vergüenza. Kerrie lo miró confundida.—¿Me seguiste? ¿Por qué?—Porque quería asegurarme de que lo que dijiste era cierto—¿Perdón? — Kerrie no comprendía de qué diablos hablaba el castaño frente a ella. Él le mostró una sonrisa ladina mientras hacía un gesto con el rostro restándole importancia al asunto.—Lo he confirmado.—¿Qué has confirmado?—Ven conmigo. — Le indicó moviendo su mano hacia él. Kerrie no lo hizo.—No iré a ningún lado contigo a menos que me digas de qué hablas.—Te lo diré en el auto. O puede ser que me reconozcan. — La chica suspiró y luego de pensarlo un momento decidió aceptar. Caminó con pesadumbre hasta donde estab
Kerrie se encontraba de pie frente al ataúd de su padre. La foto donde él aparecía con una enorme sonrisa hizo que un nudo se atravesara en su garganta. Escuchaba un llanto constante por lo que giró su cabeza un poco hacia la derecha encontrando a su madre, toda de negro llorando mientras se cubría el rostro. Kerrie sintió alivio al verla ahí parada. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que la había visto? Quería preguntarle qué la hizo huir así de sus hijos. ¿Por qué los dejó? Ella se acercó, pero al dar un paso su madre se alejaba un poco causándole una sensación de desesperación. Comenzó a gritar llamándola, pero ella nunca se giró, entonces sintió una mano fría sobre su hombro. Al ver al dueño de la mano, vio a su padre quien la veía con una expresión seria.—Aléjate. — Y entonces todo se desvaneció. Kerrie despertó respirando con dificultad su cara chorreaba de agua y su blusa estaba pegada a su cuerpo debido al agua. Al mirar hacia arriba se encontró con el rostro de Hudson quien
Una media hora de tortura más tarde, Kerrie intentó huir del salón antes de encontrarse cara a cara con Hudson. Sin embargo, el profesor la llamó. La joven se detuvo en seco y tuvo que regresar lentamente mientras apretaba los ojos sintiéndose con tan mala suerte. Se giró noventa grados y caminó hacia su profesor que seguía al lado de Hudson quien ya se había puesto su mascarilla y gorra. —Dígame profesor North, en qué puedo ayudarle. —Señorita Steven, estaba charlando con Hudson y me estaba comentando que él está dispuesto a ayudar a los alumnos para la realización de una entrevista. Noté tus trabajos anteriores, creo que esta oportunidad la mereces mucho señorita Steven. — Kerrie miró a Hudson quien parecía disfrutar esto más que ella. Sabía las negras intenciones detrás de esta propuesta. No se podía dar el lujo de rechazarla, su profesor la había considerado, obviamente la oportunidad de entrevistar a Hudson Morgan siendo una estudiante era algo que podría servirle a largo plazo.
Sam por fin se encontraba descansado. Era domingo por la tarde y no tenía que cubrir turno en el trabajo por lo que había pasado la tarde con sus hermanos. Hicieron las compras de la semana, fueron por un helado, los dejó jugar en el parque y luego regresaron a casa. Los dos estaban cansados, sin embargo, aún le mostraron su tarea a la joven. Mientras la revisaba, recibió un mensaje de un celular desconocido.Pasaré por ti a las nueve de la noche, para firmar el contrato. Con ese mensaje, supo de quien se trataba, envió un mensaje de recibido y luego volvió a sus labores.—Kerrie. — La suave voz de Molly hizo que alzara la vista. La pequeña se encontraba sosteniendo su oso de peluche favorito y veía con curiosidad a la joven.—¿Sucede algo?—Solo quería saber dónde estabas. — Sonrió mostrando sus dientes. Kerrie sonrió y se levantó para luego cargar a su hermana y abrazarla con fuerza. La niña rio con diversión. Kerrie le dio varios besos en la cara y luego la bajó.—¿Qué quieren de c
Kerrie abrió poco a poco los ojos luego de sentir un poco de dolor en el cuello. Se movió despacio y enfocó su mirada al frente. Cuál fue su sorpresa al ver a Hudson Morgan profundamente dormido frente a ella. La joven parpadeó varias veces pensando que estaba soñando.Rememoró los acontecimientos de la noche anterior y se dio cuenta que esperó a que él volviera con la copia de su contrato y entonces se quedó dormida. Bueno, eso había sido demasiado imprudente de su parte. ¿Qué clase de cosas estaba pensando cómo para quedarse dormida en casa de un extraño? Era evidente que debía pensar más en descansar para no cometer otra estupidez como esa. Se movió un poco para luego levantarse. Miró que afuera ya era de día y sintió una punzada de culpa al dejar a sus hermanos solos. Sacó el celular y notó que eran las ocho de la mañana.—¡Maldición! — Exclamó en voz alta sin querer. En ese momento Hudson se levantó de forma violenta debido a la sorpresa extendiendo sus brazos.—¿Qué pasó? — Kerr
Sam observó de nuevo el camerino de Hudson. Había gente ahí trabajando, por lo que tuvo que pasar como la asistente de Hudson luego de que llegaron juntos.—Arreglaron los focos. — Comentó y Hudson asintió.—Hicieron como si nada hubiera pasado. No sé si intentan evitar el problema o esconder lo que en verdad pasa.—¿Conoces las historias que rondan al teatro? — Preguntó ella. El castaño negó moviendo su cabeza de un lado a otro.—Hay varias. Estaba leyendo que hubo alguien que murió en este teatro. — Recordó lo que Rosse le había dicho. Podría tratarse de eso. —No se sabe su nombre, de hecho, es una historia corta que encontré en un blog. Ni siquiera sé si sea cierta.—¿De qué se trata? — Preguntó él con curiosidad, incluso sorprendido de preguntar algo como eso.—Bueno, parece que hubo un actor novato que protagonizaría una gran obra, El fantasma de la ópera. Sin embargo, nunca logró pisar el escenario ya que desapareció. Se dice que lo asesinaron por envidia y la otra versión es qu
Hudson y Kerrie observaban desde la entrada del teatro a los policías y a la ambulancia frente al edificio abandonado. Luego de haberle cedido al muchacho que tomara su cuerpo, regresó al sótano para destruirlo y encontrar el cadáver del joven. Luego de que Patrick afirmara que se trataba de un cuerpo, ella tuvo que regresar con Hudson para que ellos pidieran refuerzos, ya que un civil no podía verse involucrado en ese tipo de cosas, especialmente ella.—Había un cuerpo. — Murmuró el muchacho quien parecía afectado por la situación. Ella le había contado todo y no podía creerlo. —¿Qué crees que significa? — Ella se encogió de hombros. No sabía si este asunto era ajeno al del fantasma del teatro o estaban relacionados. Aun no podía sacar conclusiones.—Voy a averiguarlo. — Le dijo. —Por el momento debo irme. Tengo que trabajar. — Y así sin más, ella se fue dejando a Hudson pasmado. ¿Cómo podía ella actuar con tanta normalidad luego de su descubrimiento? Parecía tener un corazón de plom