Capítulo 5: Una escena sobrenatural

Kerrie intentaba ignorar las alarmas que se dispararon en su cabeza una vez escuchó aquello. No tenía nada de sentido lo que estaba sucediendo ante sus ojos. Sus mejores amigos se estaban burlando de ella y no solo eso, ambos parecían tener una relación porque en cuanto se callaron ella pudo ver cómo los dos compartían un pasional beso.

La joven ahogó un grito y sin más salió disparada de ahí directo a su casa. El fin de semana se la pasó ignorando los mensajes y llamadas de Aila y de Nash. No podía verlos a la cara, la verdad ni siquiera sabía qué hacer en ese tipo de situación así que hizo lo más lógico para su cabeza, trabajar, cuidar de sus hermanos y hacer sus tareas. Eso fue hasta que el lunes llegó. Debía enfrentar su realidad, debía enfrentarlos a ellos, pero no sabía cómo hacerlo.

Se dirigió a la única clase que compartía con ellos, la de relaciones humanas, mientras pensaba cómo afrontar la situación. Al entrar al salón se encontró con la mirada de Hazel. La chica la miraba con cierta curiosidad. Sintió que la analizaba hasta lo más hondo de ella, era como si supiera lo que pasaba a su alrededor. Desvió la mirada notando a Nash y Aila charlando cerca de la ventana. La joven dio un paso y luego tragó nerviosa. Decidió ignorarlo, se sentó justo al lado de Hazel mientras esta la seguía mirando.

—Lo siento, solo por hoy.

—Como quieras. — Murmuró ella sin prestarle más atención. Kerrie se recostó sobre su escritorio esperando así evitar a sus dos supuestos mejores amigos. El profesor entró a los minutos y la clase dio comienzo. Se habló sobre la importancia de las relaciones interpersonales y otras cosas. Ella no prestó mucha atención ya que sentía las miradas pesadas de Aila y Nash detrás de ella. Pronto la cosa fue empeorando cuando sus compañeros comenzaron a verla como un bicho raro. Pensó que a lo mejor se estaba imaginando las cosas. Pero no fue así.

Cuando el profesor dio por terminada la clase, la mayoría salió, incluyendo a Nash. Solamente un grupo de chicos que ella apenas si había visto y Aila con dos chicas más se quedaron.

—¿Eres Kerrie Morgan? — preguntó uno de ellos con su casi uniceja. Kerrie lo reconocía, era Peter Williams. —¿Acaso te crees con tanto derecho que decidiste robarle el celular a tu amiga?

—¿De qué diablos hablan? — Hazel se involucró.

—¿Qué no lo sabes? Esta ladrona se llevó el celular de Aila.

—Eso no es así. — Habló por fin Aila. Kerrie sentía que su corazón estaba por detenerse, sentía las manos frías y su cuerpo temblaba. No sabía cómo es que habían llegado a esa conclusión.

—¿Cómo lo sabes?

—Todos dicen que la vieron acercarse a la mochila de Aila. Incluso dice que la vieron rondando en su fiesta y parecía muy enfadada. — El recuerdo de sus mejores amigos burlándose de ella vino a su mente. Eso no era justo. ¿Cómo podían estar hablando cosas como esas sin siquiera saber la verdad?

—Yo no hice nada. Jamás te robaría algo a Aila. — Miró a la rubia. Sin embargo, el uniceja junto con sus amigos la tomaron por los brazos.

—Busquen en su mochila. — Le indicó al resto.

—¡No, esperen! — exclamó cuando dejaron caer todas sus cosas. Incluso Hazel se vio involucrada.

—¿Qué creen qué hacen? ¡No pueden buscar así en las cosas de alguien más!

—¿Y tú quién diablos eres?

—La hermana menor de Aila. — Escupió. Peter se quedó perplejo.

—Sosténganla. — El resto obedeció y él siguió en lo suyo esculcando entre las cosas de Kerrie preguntándose qué mal había hecho como para terminar así.

—¿Acaso escondiste el celular en tu ropa? — Preguntó mirándola de una forma que le causó repugnancia.

—¿Eres idiota? — Preguntó ella muy enfadada.

—¿Qué diablos te ocurre? — Soltó Hazel tratando de zafarse de aquellos tipos. Kerrie le dio una mordida a la mano de uno y logró librarse por poco, sin embargo, cuando intentó ayudar a Hazel, uniceja la jaló del cabello lanzándola al suelo. Kerrie sintió como su cabeza pulsaba debido al dolor. De nuevo los tipos volvieron a agarrarla.

Todos se reían a su alrededor. La tenían bien sostenida de los brazos mientras Peter Williams le rompía los botones de la blusa para poder encontrar ese méndigo celular que ella ni siquiera había robado. Miró a Aila y esta tenía los ojos cubiertos. Kerrie intentó pedirle ayuda, pero las chicas que estaban a su lado la sacaron del salón. La joven tenía ganas de llorar, de vomitar, de patear el rostro de Peter, pero no podía, no tenía tanta fuerza.

—Vaya parece que si tienes busto. Creí que eras una tabla por esa ropa enorme que usas.

—Suéltame, yo no tengo nada. — Insistió ella con las lágrimas surcando sus ojos. Peter sonrió malévolamente y comenzó a acercar su mano hacia su pecho cuando una voz fuerte retumbó en el salón.

—¡Aléjate de mi novia ahora maldito bastardo! — Todos se quedaron petrificados al ver a Hudson Morgan de pie a su lado. La joven lo miró aturdida notando que no había ni un espíritu detrás de él. ¿Qué diablos estaba pasando?

—¿Quién es ese? — Preguntó Peter. Kerrie lo reconoció de inmediato aun cuando llevaba esa mascarilla, especialmente porque llevaba la gorra negra que ella le había dado en el hospital. Hudson tomó con fuerza la mano de Peter y este pegó un enorme grito. Kerrie alcanzó a ver cierto brillo en los ojos del joven, un brillo inhumano, la joven hizo una mueca, Hudson estaba poseído.

—¿Quién te crees? — Otro de los chicos se metió para golpear a Hudsn, pero este evitó el golpe lanzando al tipo sobre los escritorios. Hazel pegó un pequeño grito y el resto de los chicos se fueron huyendo de ahí. Peter pidió clemencia debido al fuerte apretón que Hudson ejercía sobre su muñeca.

—A la próxima te advierto que voy a arrancarte esas manos. Ahora vete. — Murmuró con rudeza y finalmente se fueron de ahí. Hazel me miró y luego a Hudson. Kerrie se acercó a ella con preocupación.

—¿Estás bien? — La joven asintió y luego miró el pecho descubierto de Kerrie. Se sacó su sudadero y se la dio.

—Lamento no haber sido mucho de ayuda.

—No te preocupes. — Se colocó la sudadera mientras Hazel observaba a Hudson quien parecía tener una expresión terrorífica.

—¿Estarás bien? — Preguntó sin dejar de ver al castaño. Kerrie asintió. Sin más, Hazel tomó sus cosas y se fue. Cuando estuvieron solos, Kerrie tomó a Hudson de la muñeca.

—¿Qué diablos?

—Lo siento. — Entonces se fijó del espíritu que estaba manipulando a Hudson, era un chico al que ella solía dejar flores. Se encontraba al lado de la tumba de su padre. El muchacho se despidió y entonces Hudson comenzó a moverse como un gusano.

—¿Qué diablos fue eso? — Kerrie hizo una mueca. El muchacho veía todo a su alrededor confundido. —¿Cómo es que llegué aquí? Estaba… estaba sentado cuando sentí demasiado frío, de pronto ya me encontraba conduciendo hasta aquí. — Miró a la joven quien se veía desaliñada, ojos rojos como si hubiera llorado, el cabello enmarañado y alrededor, los escritorios estaban desordenados. La escena de él golpeando a dos chicos y lanzarlos con fuerza sobrenatural vinieron a su mente.

¡Alejate de mi novia ahora maldito bastardo!

Se quedó petrificado pensando en que esas palabras habían salido de su boca.

—¿Qué me hiciste? — La señaló como si fuera un espanto.

—No te hice nada. ¿Me dejas explicarte?

—¿Eres una bruja? — Kerrie suspiró. Comenzó a ordenar sus cosas y luego cerró su mochila.

—Solo ven conmigo. — Lo tomó de la muñeca y por alguna razón no se opuso

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