Kerrie, Hudson, Hazel y Dante continuaban su labor en la secundaria, donde no solo ayudaban a los estudiantes, sino que también buscaban pistas sobre Thomson. El ambiente en la escuela era tenso; la presencia del espíritu de Denise se hacía cada vez más palpable, y Kerrie estaba decidida a encontrar la manera de ayudarla a cruzar al otro lado. Por ello, decidió llamar a su vieja amiga Starla.Después de una mañana de investigación, Kerrie finalmente dio con la forma de ayudar a Denise a liberarse. Se trataba de un ritual antiguo que permitiría que su espíritu encontrara paz. Emocionada, le contó a Hazel y a Dante, y los cuatro decidieron poner el plan en marcha al día siguiente.Durante el descanso, Hudson se tomó un momento para acercarse a Denise, intentando entender mejor sus miedos y lo que la retenía. Kerrie observaba desde lejos, sonriendo mientras veía cómo el famoso actor era amable y hasta protector con la adolescente. La calidez de Hudson parecía reconfortar a Denise, quien
Kerrie terminó de recoger los restos del ritual en su habitación, asegurándose de que el brazalete de Denise estaba completamente purificado. Lo sostuvo entre sus manos por un momento, sintiendo el alivio de haber completado otra parte de la difícil tarea que enfrentaba. Entonces, escuchó que alguien llamaba a la puerta.Abrió y vio a Hudson apoyado contra el marco, sonriendo.—¿Ya terminaste tu sesión de hechicería? —bromeó, arqueando una ceja.Kerrie sonrió, acostumbrada ya a sus comentarios. —Sí, he terminado. El brazalete está listo para Denise. ¿Qué pasa?—Nada importante. Solo pensé que podrías estar hambrienta. ¿Te apetece cenar algo? —Hudson la miró con ese tono casual, pero en sus ojos había un toque de interés.Kerrie no pudo evitar sonreír ante la invitación. —Claro, no me vendría mal algo de comida. Solo dame un segundo para cambiarme.Hudson asintió mientras ella cerraba la puerta para cambiarse rápidamente. Unos minutos después, ambos bajaron y caminaron hasta un restaura
La noche continuaba mientras Hudson y Kerrie caminaban por las calles del pueblo, envueltas en la suave luz de las farolas. El bullicio de las personas a su alrededor contrastaba con la calma que se había asentado entre ellos. Luego de un rato, llegaron a una banca en una pequeña plaza, rodeada por tiendas y cafés cerrados para la noche. Ambos decidieron tomar asiento, observando el ir y venir de la vida nocturna en el lugar.Hudson se apoyó hacia atrás, mirando las luces titilar a lo lejos. —¿Sabes? Hace mucho tiempo que no me sentía tan tranquilo —dijo, con una voz que reflejaba más paz de la que Kerrie jamás le había visto.Kerrie asintió, compartiendo el sentimiento. —Lo mismo pienso yo. Con todo lo que hemos pasado, especialmente la búsqueda del asesino fantasma… ha sido agotador. Pero ahora, por alguna razón, me siento en paz.Hudson sonrió levemente, todavía con la vista perdida en la calle frente a ellos. —Lo resolveremos pronto, lo sé. Pero… —se giró hacia ella, con una expre
El viento fresco del pueblo acariciaba el rostro de Kerrie mientras ella y la profesora Luz caminaban hacia una pequeña casa de madera, blanca, que se erguía con un encanto rústico en medio del paisaje tranquilo. Era el tipo de casa hogareña que parecía pertenecer a un pasado más sencillo. Frente a la puerta, una mujer de cabello canoso y corto estaba regando las plantas que decoraban la ventana.Cuando Luz se acercó, la mujer levantó la vista y saludó a la profesora con una enorme sonrisa, reconociéndola de inmediato. Kerrie, observando desde atrás, calculó que la mujer debía estar en sus cincuenta y tantos, aunque conservaba una energía juvenil en su rostro.—¡Luz! —dijo la mujer con una voz cálida—. ¡Qué sorpresa verte por aquí!Luz sonrió, un poco nerviosa, y saludó con la mano antes de acercarse. —Hola, Amanda. Sí, hace mucho que no nos vemos. —Luego, hizo un gesto hacia Kerrie, presentándola—. Ella es Kerrie. Quería presentártela porque conocía a Douglas.Al escuchar el nombre d
La habitación del hotel estaba envuelta en un silencio tenso. Kerrie, sentada en la cama con los brazos cruzados, observaba a sus amigos mientras procesaban la última revelación. El aire estaba cargado con la sensación de que se acercaban a algo importante, algo que podría cambiarlo todo.—Douglas es hijo del fallecido Elliott Porter, —comenzó Kerrie, mirando a cada uno de ellos para asegurarse de que entendieran el peso de sus palabras. —Eso puede ser la razón por la que lo asesinaron. Él sabía lo que realmente le pasó a su padre, o al menos estaba buscando la verdad. Muy probablemente, lo mataron para silenciarlo.Dante asintió lentamente, apoyado contra la pared con los brazos cruzados. —Tiene sentido. Pero si es así… entonces, ¿quién es el asesino? ¿Alguien que también estuvo involucrado en la muerte de Elliott?Kerrie suspiró. Esa era la gran pregunta, la que los había perseguido desde el principio. —Eso es lo que aún no sabemos. Pero hay algo más que me preocupa. —Se inclinó hac
El lobby del hotel estaba lleno de anticipación mientras Hudson y Dante esperaban a las chicas. Hudson, con su disfraz de vampiro clásico, miraba el reloj con una sonrisa divertida, mientras Dante, vestido como pirata, no dejaba de ajustarse el sombrero.—¿Crees que tardarán mucho más? —bromeó Hudson, mirando hacia las escaleras.—Están buscando dejarte sin aliento, ya verás, —dijo Dante riendo, cruzando los brazos.Justo entonces, el ascensor se abrió y apareció Hazel, vestida como una bruja, con un vestido negro elegante y su característico sombrero puntiagudo. Al verla, Dante no pudo evitar sonrojarse un poco.—No se sorprendan demasiado cuando vean a Kerrie, —dijo Hazel con una sonrisa traviesa mientras se acercaba.—¡Te ves increíble, Hazel! —dijo Dante, aunque el toque de vergüenza en su voz fue evidente.Hazel le guiñó un ojo y tomó su brazo. —Gracias, pirata. —Luego miró a Hudson—¿Y tú, qué opinas?Hudson sonrió. —Te ves genial, pero estoy esperando a la pitonisa. Creo que me
El viaje de regreso a Roseville estuvo lleno de sonrisas cómplices y miradas furtivas entre Kerrie y Hudson. Después de haberse confesado y haber compartido su primer beso, todo entre ellos había cambiado, pero aún no le habían contado a los demás sobre su nueva relación. Kerrie, más feliz de lo que había estado en mucho tiempo, no podía evitar sentirse emocionada con la idea de estar con Hudson de una manera tan diferente, pero también divertida por el secreto que ambos compartían.—¿Estás bien? —preguntó Hazel desde el asiento trasero del auto, observando a Kerrie con curiosidad.—Sí, solo… cansada, —respondió Kerrie rápidamente, tratando de ocultar su sonrisa mientras miraba de reojo a Hudson, quien estaba conduciendo con una ligera sonrisa en su rostro.Hudson, sin decir una palabra, le lanzó una mirada cómplice. Ambos estaban disfrutando del pequeño juego de mantener su relación en secreto, y aunque se sentía un poco travieso, también era emocionante.Pasaron dejando a los chicos
Todos se reían a su alrededor. La tenían bien sostenida de los brazos mientras Peter Williams le rompía los botones de la blusa para poder encontrar ese méndigo celular que ella ni siquiera había robado. Miró a Aila y esta tenía los ojos cubiertos. Kerrie intentó pedirle ayuda, pero las chicas que estaban a su lado la sacaron del salón. La joven tenía ganas de llorar, de vomitar, de patear el rostro de Peter, pero no podía, no tenía tanta fuerza.—Vaya parece que si tienes busto. Creí que eras una tabla por esa ropa enorme que usas.—Suéltame, yo no tengo nada. — Insistió ella con las lágrimas surcando sus ojos. Peter sonrió malévolamente y comenzó a acercar su mano hacia su pecho cuando una voz fuerte retumbó en el salón.—¡Aléjate de mi novia ahora maldito bastardo! — Todos se quedaron petrificados al ver a Hudson Morgan de pie a su lado. La joven lo miró aturdida notando que no había ni un espíritu detrás de él. ¿Qué diablos estaba pasando?Una semana antes… —Continuando con las