Kerrie estaba preocupada. Había pensado sobre las notas que sus amigos habían recibido y eso le daba mal augurio. Siendo honesta consigo misma, estaba poniendo en peligro a sus amigos. Pero para advertirles, debía de contarles su secreto, pero no estaba segura de poder hacerlo. Si lo hacía, podrían tacharla de loca o peor de mentirosa.―Esto es una pesadilla― Murmuró para sí misma mientras se dejaba recostar sobre la mesa. La dejar su mejilla pegada a esta pudo divisar a una chica que parecía perdida. Llevaba unos jeans y una sudadera rosa grande. Sin embargo, eso no fue lo que llamo su total atención, la chica tenía las manos blancas, demasiado como si la sangre ya no corriera por su cuerpo y entonces giró su vista a ella mostrándole unos ojos completamente negros. Kerrie ahogó un grito y miró hacia enfrente mientras intentaba convencerse de que no había visto a ese fantasma. Sin embargo, la fría presencia llegó a su lado. Se sintió nerviosa y con un nudo en el estómago.“No por favo
Lo primero que pensó Kerrie es que los chicos le dirían que estaba completamente loca. Sin embargo, ambos se quedaron en silencio con los ojos bien abiertos. Obviamente estaban aterrados.―Sé que suena una locura. ―La pelinegra subió el puente de sus gafas mientras suspiraba. ―Pero lo que digo es cierto. Es por esa razón que a veces parezco estar asustada o incluso me desaparezco. Soy capaz de ver cosas que ustedes no ven y esa chica, está justo detrás de tuyo.―¿Intentas burlarte? ―Hazel sorbió su nariz.―Nunca haría eso. Puedo probarlo si no me creen. ―Los dos compartieron miradas y luego le devolvieron el gesto a Kerrie.―Te creemos.―Entiendo que no me crean, pero… ―Detuvo su vómito verbal y parpadeó varias veces. ―¿Hablan en serio?―Creo que tiene sentido. ―Hazel tomó las manos de Kerrie. ―Siempre sentía unas vibras extrañas viniendo de ti, en el sentido de que había mucha tristeza. ―Kerrie tragó duro. No esperaba ese comentario.―No te lo tomes a mal. ―Dante meneó las manos de u
Kerrie sabía que las mentiras eran malas, especialmente las que se hacían para esconder algo a personas allegadas. Ahora que Hudson estaba ahí frente a sus dos amigos ya no había nada más qué esconder. Hazel y Dante se encontraban de brazos cruzados.Luego del escándalo de Hudson, su amiga se despertó así que ahora parecían dos padres que habían atrapado a su hija entrando al novio a su habitación sin permiso.―Esto era lo otro que quería decirles. ―Kerrie suspiró. ―Trabajo para Hudson ya que un fantasma lo persigue. ―Hudson la miró con los ojos bien abiertos. Ella le dio un par de palmadas y asintió. ―Tranquilo ya lo saben.―¿Cómo lo saben?―Larga historia.―No se desvíen del tema. ―Interrumpió Hazel.―Ah sí. La cuestión es que cómo estaba tan enfada con tu hermana y Nash decidí usar un novio falso y Hudson aceptó a cambio de bueno que yo trabajara para él.―¿Así que fue una especie de relación contractual? ―Preguntó el pelinegro y Kerrie asintió.―Un momento ―Hazel entrecerró los oj
Kerrie no borró su sonrisa en ningún momento luego de aquel pequeño beso. Ra el primer contacto cariñoso que tenía con un chico que le gustaba. Su corazón aun latía con fuerza y no podía sentirse más feliz. Hudson notó aquella expresión.―¿Te pasó algo bueno?―Algo, sí. ―Respondió mientras batía los huevos. ―Oye, tú has tenido novias antes ¿verdad? ―Hudson se atragantó con el café. Ella le pasó una servilleta para que pudiera limpiarse.―¿Ah qué viene la pregunta?―Bueno, quisiera saber qué señales dan los hombres cuando una chica les gusta. ―Hudson se enderezó mientras pensaba. Kerrie se dio la vuelta para poder cocinar los huevos. Finalmente los sirvió en un plato para cada uno junto a unos panes tostados.―¿Entonces?―¿Tienes a alguien en específico? ―Se encogió de hombros.―Tengo curiosidad, la verdad. ―Hudson tomó un poco de huevos mientras lo pensaba.―Bueno, cuando le gustas a un chico, es diferente, cada chico tiene su forma de expresarlo. Algunos elogian a la persona que les
Organizar una sesión para contactar un fantasma no era una de sus mayores metas. Sin embargo, sabía que sería una herramienta necesaria para poder conseguir pistas y además ayudar a su amiga.Los cuatro voluntarios para la sesión fueron Hudson, Hazel, Ciel y Patrick. Dorian decidió observar desde lejos. Decidieron realizar la sesión en la casa de Hudson a petición del joven y ahí se ubicaron en una mesa redonda de plástico que habían conseguido. A sus lados estaban Hazel y Hudson y a los lados de ellos Patrick y Ciel.Kerrie encendió las cinco veladoras, una por cada persona y un objeto valioso de cada uno de ellos. Había desde relojes hasta un trozo de tela. Kerrie le pidió favor a Dorian que apagara las luces y antes de comenzarle preguntó a Hudson si tenía la sal consigo. El chico asintió. Kerrie miró a todos y con la mirada pretendió preguntar si estaba listos. Todos asintieron de inmediato.―Bien. Recuerden no soltarse las manos en lo absoluto. Lo que sea que vean y escuchen que
Kerrie le dio una bolsa de hielo a Dante mientras Patrick lo recostaba en el sofá. Hazel le pasó un analgésico y un vaso de agua.―De verdad lo lamento. ― Dante negó levemente. Ciel y Hudson se unieron luego de haber cambiado las bombillas.―No fue tu culpa.―En definitiva, Charlotte se volvió loca. ―Kerrie escuchó del resto lo que había sucedido y qué les habían dicho. A pesar de ser una sesión corta sintió como si hubiera estado varios días en una oscuridad eterna. Era como si estuviera descansando, sin preocupaciones ni emociones, lo que siempre había querido. Había sido extraño.El reloj marcaba las tres y media de la mañana. Sus hermanos se habían quedado en el departamento de Hudson con Luther de nuevo, porque Kerrie sabía que esa sesión era peligrosa.―Será mejor que duerman aquí. Fue una noche demasiado intensa. ― Todos aceptaron la invitación. Hudson les mostró las habitaciones libres mientras Kerrie terminaba de limpiar el desastre. Había sido de verdad una noche intensa.―D
―¿Qué sucede aquí? ―Kerrie se sonrojó hasta los pies. Al darse cuenta que no estaban se sintió aterrada. ¿Y sí Hudson la había visto mientras miraba lascivamente a Ciel? ¿Y sí había visto su estúpida expresión y ahora la molestaría de por vida? Estaba aterrada, lo menos que quería era ser molestada por su jefe irritante.―Ah, hola Hudson, creí que estabas en tu casa.―Estas es mi casa.―Me refiero a tu otra casa. ―Sonrió entre dientes. Hudson alzó una de sus cejas mientras fruncía los labios. ¿Qué era esa expresión? ¿Estaba molesto o se burlaba de ella?―No sabía que estabas aquí. Lo siento. ―Ciel sonrió de lado. ―¿Has comido? Preparé otros platillos y recalenté lo que Kerrie hizo. ―Hudson miró sobre el hombro de Ciel y pareció mostrarse sorprendido, luego se recompuso regresando a una expresión de seriedad.―No importa, estoy bien. ―Miró a Kerrie. ―¿No ibas a trabajar hoy?―Tengo examen, voy a estudiar, por eso Ciel está ayudando con la comida. ―Hudson parpadeó un par de veces y lueg
―¿Te encuentras mejor? ―La joven miraba la mesa mientras pensaba en muchas cosas. Era la segunda vez que se dejaba vencer de esta forma frente a Hudson.―Eso creo. ― El muchacho jugueteó con el seguro del botiquín y luego suspiró.―Mi padre asesinó a mi madre. ―Kerrie lo miró con los ojos bien abiertos. Hudson seguía jugueteando con el seguro. ―Tenía ocho años, a nada de cumplir nueve, cuando mi padre decidió llenar nuestro pequeño cuarto de monóxido. Desperté debido a una pesadilla, sin embargo, estaba fuera de mí. Vi a mis dos padres ahí acostados, mi madre no respiraba, el carbón se quemaba al lado de papá. ―Kerrie escuchó cómo se le quebraba la voz mientras le contaba aquella tragedia. ―Mi mamá tenía muchos sueños y mi padre muchas deudas. El creyó que lo mejor era que muriéramos los tres, pero sabes, yo no fui en contra de sus deseos. ―Los brazos de ella lo rodearon con fuerza. Hudson dejó de jugar con el seguro, se quedó quieto. Ella intentaba transmitirle que todo estaría bien,