Organizar una sesión para contactar un fantasma no era una de sus mayores metas. Sin embargo, sabía que sería una herramienta necesaria para poder conseguir pistas y además ayudar a su amiga.Los cuatro voluntarios para la sesión fueron Hudson, Hazel, Ciel y Patrick. Dorian decidió observar desde lejos. Decidieron realizar la sesión en la casa de Hudson a petición del joven y ahí se ubicaron en una mesa redonda de plástico que habían conseguido. A sus lados estaban Hazel y Hudson y a los lados de ellos Patrick y Ciel.Kerrie encendió las cinco veladoras, una por cada persona y un objeto valioso de cada uno de ellos. Había desde relojes hasta un trozo de tela. Kerrie le pidió favor a Dorian que apagara las luces y antes de comenzarle preguntó a Hudson si tenía la sal consigo. El chico asintió. Kerrie miró a todos y con la mirada pretendió preguntar si estaba listos. Todos asintieron de inmediato.―Bien. Recuerden no soltarse las manos en lo absoluto. Lo que sea que vean y escuchen que
Kerrie le dio una bolsa de hielo a Dante mientras Patrick lo recostaba en el sofá. Hazel le pasó un analgésico y un vaso de agua.―De verdad lo lamento. ― Dante negó levemente. Ciel y Hudson se unieron luego de haber cambiado las bombillas.―No fue tu culpa.―En definitiva, Charlotte se volvió loca. ―Kerrie escuchó del resto lo que había sucedido y qué les habían dicho. A pesar de ser una sesión corta sintió como si hubiera estado varios días en una oscuridad eterna. Era como si estuviera descansando, sin preocupaciones ni emociones, lo que siempre había querido. Había sido extraño.El reloj marcaba las tres y media de la mañana. Sus hermanos se habían quedado en el departamento de Hudson con Luther de nuevo, porque Kerrie sabía que esa sesión era peligrosa.―Será mejor que duerman aquí. Fue una noche demasiado intensa. ― Todos aceptaron la invitación. Hudson les mostró las habitaciones libres mientras Kerrie terminaba de limpiar el desastre. Había sido de verdad una noche intensa.―D
―¿Qué sucede aquí? ―Kerrie se sonrojó hasta los pies. Al darse cuenta que no estaban se sintió aterrada. ¿Y sí Hudson la había visto mientras miraba lascivamente a Ciel? ¿Y sí había visto su estúpida expresión y ahora la molestaría de por vida? Estaba aterrada, lo menos que quería era ser molestada por su jefe irritante.―Ah, hola Hudson, creí que estabas en tu casa.―Estas es mi casa.―Me refiero a tu otra casa. ―Sonrió entre dientes. Hudson alzó una de sus cejas mientras fruncía los labios. ¿Qué era esa expresión? ¿Estaba molesto o se burlaba de ella?―No sabía que estabas aquí. Lo siento. ―Ciel sonrió de lado. ―¿Has comido? Preparé otros platillos y recalenté lo que Kerrie hizo. ―Hudson miró sobre el hombro de Ciel y pareció mostrarse sorprendido, luego se recompuso regresando a una expresión de seriedad.―No importa, estoy bien. ―Miró a Kerrie. ―¿No ibas a trabajar hoy?―Tengo examen, voy a estudiar, por eso Ciel está ayudando con la comida. ―Hudson parpadeó un par de veces y lueg
―¿Te encuentras mejor? ―La joven miraba la mesa mientras pensaba en muchas cosas. Era la segunda vez que se dejaba vencer de esta forma frente a Hudson.―Eso creo. ― El muchacho jugueteó con el seguro del botiquín y luego suspiró.―Mi padre asesinó a mi madre. ―Kerrie lo miró con los ojos bien abiertos. Hudson seguía jugueteando con el seguro. ―Tenía ocho años, a nada de cumplir nueve, cuando mi padre decidió llenar nuestro pequeño cuarto de monóxido. Desperté debido a una pesadilla, sin embargo, estaba fuera de mí. Vi a mis dos padres ahí acostados, mi madre no respiraba, el carbón se quemaba al lado de papá. ―Kerrie escuchó cómo se le quebraba la voz mientras le contaba aquella tragedia. ―Mi mamá tenía muchos sueños y mi padre muchas deudas. El creyó que lo mejor era que muriéramos los tres, pero sabes, yo no fui en contra de sus deseos. ―Los brazos de ella lo rodearon con fuerza. Hudson dejó de jugar con el seguro, se quedó quieto. Ella intentaba transmitirle que todo estaría bien,
Los labios de Hudson estaban sobre los de ella. No sabía qué hacer al respecto. Estaba segura de que hubo algo de tensión entre ellos al estar cerca, pero ahora, su mente estaba en blanco. Hudson se alejó de ella y la miró avergonzado. ―Dios… Kerrie yo… ah…lo siento. ―Parpadeó varias veces intentando comprender qué era lo que había sucedido hace tan solo unos segundos. Se quedó ahí sentada mientras Hudson se alejaba un poco de ella. ¿Por qué huía él de ella si fue él quien la besó? Eso la fastidió un poco. ―Hudson. ―¿Sí? ―Sonó más alterado de lo normal. ―¿Qué fue eso? ― Lo miró con el ceño fruncido. Hudson suspiró y su semblante se volvió más serio. ―Yo… ―Creo que hay alguien adentro. ―La voz de un policía interrumpió su conversación. Kerrie tomó la mano de Hudson y tomó los documentos que pudo antes de salir hacia la salida trasera. Corrieron las escaleras con fuerza hasta el tercer piso y ya al abrir la puerta vieron su salida. Corrieron pasando entre la gente y se alejaron aun
―Te veo muy callada. ―Kerrie miró a Hudson y sonrió levemente. No se había dado cuenta que había estado en silencio pensando en las duras palabras de Hudson.―Solo… estoy cansada.―¿Quieres que te lleve a casa? ― Sus ojos verdes la miraron con preocupación. Tragó nerviosa pensando en que se estaba sintiendo mal por un chico que ni siquiera le gustaba. Ciel había sido tan amable de traerla a almorzar y ahora ella lo había arruinado.―Terminemos de comer, no te preocupes.―¿Segura?―Sí, segura. ― Mostró una pequeña sonrisa y luego siguió comiendo.―Por cierto, fue un alivio que llevaran disfraces, no seles puede reconocer la cara en las cámaras.―Es un alivio.―¿Cómo los atraparon?―Una de las cajas se cayó, supongo que el ruido fue muy fuerte.―¿Una de las cajas se cayó? ―Parecía sorprendido.―Si bueno, creo que un fantasma nos ayudó. ―El muchacho abrió los ojos de par en par y ella no pudo evitar soltar una pequeña carcajada. ―Descuida, no van a espantarte si es loque te preocupa.―No
Kerrie se encerró en la biblioteca. Hudson estaba trabajando y sus hermanos no regresarían hasta las cuatro. Tenía tiempo suficiente para poder comenzar a analizar la pista del caso R.E.D. Al sacar las hojas de la carpeta comenzó a leer. Se dio cuenta que se trataba de un robo, y no cualquiera, uno masivo.Según la información, se trataba del concierto de R.E.D. una banda local que tocaría en un Pub donde cabían al menos unas cien personas. El público en su mayoría se trataba de chicos entre 18 y 28 años. Según los testimonios el concierto había comenzado sin incidentes, de pronto un chico comenzó a hacer escándalo. Algunos decían que parecía drogado, este fue sacado del lugar por la seguridad del Pub. Lugo de eso el concierto siguió. Cuando terminó fue el momento en que todos notaron que les habían robado. Increíblemente ninguno había salido ileso, los bolsillos de sus chumpas, sudaderos o jeans se encontraba rasgados justo de la parte de abajo. Se llevaron desde una goma de mascar h
El concierto continuó sin inconvenientes. Kerrie y Hudson aun cuando no conocían las canciones brincaban y gritaban junto al público. Se olvidaron por un momento de los fantasmas, de los asesinos, de las responsabilidades y de sus pasados. Simplemente eran dos jóvenes disfrutando de la música.Kerrie incluso había tomado la mano de Hudson para que alzara sus brazos y la acompañara en el vaivén del ritmo. Fue un momento mágico. Kerrie sintió las suaves palmas de Hudson pegadas a las suyas y electricidad recorrió su cuerpo. Al sentir eso, se detuvo y miró a Hudson. El muchacho no tardó en devolverle la mirada, aun cuando aquella peluca de cabello negro y gorra lo cubrían, no podía evitar verlo igual de apuesto.Ese momento fue como si el mundo se detuviera a su alrededor y la música de los Edson resonara al fondo. Hudson la miró, analizó cada detalle de su rostro mientras el corazón de Kerrie latía con fuerza. Entonces hizo algo que nunca creyó hacer. Su mirada cayó en los labios de Hu