Capítulo 30
—Mili abre la puerta —pidió Alan intentando abrir la puerta.

—Claro que no lo haré —protestó a los gritos la joven.

—Vamos amor —dijo casi sin pensar—. Ábreme.

—No voy a abrirte, y no me digas mi amor.

—No quiero seguir hablando con la puerta de por medio. ¡Abre!

—Que no, cabrón. ¡Vete!

—Me iré cuando hablemos —sentenció y se sentó en el suelo a un lado de la entrada.

—quiero hablar contigo, eres un fraude —espetó del otro lado de la puerta.

—No me conoces.

—Sé lo suficiente cómo para saber que no quiero saber contigo.

—¡Vamos Mili!

—No me digas Mili, y quiero que te vayas de mi casa.

—No voy a irme porque quiero hablar contigo.

—Pero yo no —vociferó—. ¡Vete Alan!

—¡Te amo!

Exclamó el joven desde su posición y escondió su cabeza sobre sus rodillas, abatido. Haber dicho semejante confesión, casi sin pensarlo lo aturdió. Su mente se volvió en un enjambre y tenía más ganas de correr que quedarse. Cargo su mano sobre la pared para levantarse en el preciso momento en que la p
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