A sus cortos 21 Alexa se consideraba una chica ¨con suerte¨, hasta el momento, todos sus sueños se habían hecho realidad.
Recientemente culminaba el 3er año, de lo que para ella era la mejor carrera Universitaria del mundo con un 5 perfecto de promedio, si todo salía bien se graduaría con honores.
Además, tenía a su familia, a su mejor amiga y al mejor novio que se podía pedir.
¿Acaso eso no es a lo que llaman una vida envidiable?
Al menos lo fue hasta esa mañana de inicios de verano...
Casualmente ese día había terminado las clases más temprano de lo que debería, todos en el campus estaban agotados, era el último día del curso y aunque quedaban muchas cosas por saber todavía, como por ejemplo algunas notas como las de Literatura, que -vaya que se demoraba esa profesora en calificar- y alguno que otro chisme picante que recorría los pasillos del edificio, decidió irse a la casa que compartía con Lucas, su prometido <<que en esos momentos se suponía que se encontraba en su Universidad en un examen final>> a descansar.
Para su sorpresa, su moto estaba estacionada en el frente y encima de ella sus dos cascos, sinónimo de que él estaría allí.
Y aunque se alegró porque lo vería, por alguna razón que no entendía, tenía una mala sensación.
Por cosas del destino, a diferencia de como hacía siempre, decidió no hacer mucho ruido, en primera instancia para darle una sorpresa cuando le viera entrar a su habitación sin ropa.
Mientras caminaba en dirección al cuarto, se despojó poco a poco de su camisa, pero a medida que se acercaba, la intención cambió ya que se percató de que habían ruidos de aguien más mezclados con su voz.
Primero, pensó que solo se trataba del televisor o algún video juego encendido haciendo ruidos extraños, era muy común que Lucas jugara online con sus amigos o que viera pelis para quedarse dormido, pero las voces cada vez se hacían más claras y conocidas.
La piel se le puso de gallina.
Al asomarse de lleno en el marco de la puerta de su habitación, la cual estaba abierta, incrédula, con la camisa desabrochada y los brasiers al aire, se llevó la màs cruda y decepcionante sorpresa de toda su vida hasta el momento.
Lucas se encontraba con Anna, la que hasta ese día fue su mejor amiga desde la infancia -Cinco años echados a la basura- pensó mientras se le aguaban los ojos -y una vida entera de amistad- Dijo en un sonido casi inaudible cuando las dos personas que hacían el amor se percataron de su presencia.
Anna y Alexa habían sido inseparables desde niñas, jugaban a todas horas juntas, dormían juntas e incluso estudiaron hasta el pre univesitario juntas.
Eso no le podía estar pasando.
Ellas se adoraban -en pasado- porque ese sentimiento murió ese día y eso lo tenía bien claro.
Se sentía tan idiota.
Esta situación le afectó más que cualquier otra cosa que le había pasado anteriormente, había quedado como una estúpida con la cual podían burlarse -como siempre-
Desesperada, dolida y ciega corrió a la casa de sus abuelos a llorar como hacía cada vez algo le salía mal o cuando sus amigos se burlaban de ella en clase.
Ellos eran su lugar seguro.
No quería volver, no quería revivir más ese dolor, necesitaba alejarse lo más que podía de allí.
Por suerte su tía Rebeca le ayudó a empacar sus cosas, porque ganas le faltaban para pisar una vez más dentro de ese infierno dónde ya no viviría.Una vez listo todo, se dirigieron a la estación de trenes, fue lo más rápido que pudo conseguir para sacar a su sobrina de aquel lugar porque no quería verla llorar más.Así que dos días después de ese decepcionante momento, Alexa se encontraba en uno de los vagones del medio, con los ojos hinchados de tanto llorar, preguntándose
¿Quién rayos pensaría que estas cosas que parecían de las novela de su tía, podrían suceder en la vida real?En todo el trayecto, el teléfono no paraba de sonar al igual que los días anteriores, >; eso mezclado con el ruido del vagón donde se encontraba, esa noche y las anteriores, dormir y dejar dormir a sus compañeros de asiento fue completamente una odisea.Lo peor fue al principio cuando no podía apagarlo ni siquiera un ratito pues su madre constantemente le preguntaba por dónde iba y que hacía, ya que sabía que no estaba bien y se preocupaba, aunque al parecer ella no se acordaba que en los trenes no se hace nada y difícilmente se sabe por dónde vas ya que afuera solo se ven hierbas altas y pequeños poblados en medio de la nada.Su única opción era aburrirse y pensar.Por otra parte Lucas y Anna aprovecharon la situación para escribirle mensajes diciendo "Sabrá Dios que cosas" por todas las vías posibles, mensajes que ni siquiera se tomò el trabajo de leer.Le daban asco.No tenían para cuando parar y lo peor de todo, solo le estaban haciend
La primera cosa que Alexa odiaba en el mundo era que la engañaran, la segunda, que la luz del sol la despertase demasiado temprano en las mañanas, por esa razón ese día el buen humor como era de esperarse no la acompañó.Lo primero que observó al abrir sus ojos era que sus cosas todavía estaba en maletas así que tarde o temprano tenía que desempacar.Esa noche había dormido en el primer vestido que encontró, pero no podía hacer eso todos los días, aunque está vez no pareció molestarle llevarlo el resto del día y no lo reemplazó, en cambio se dirigió escaleras abajo a desayunar mientras se estrujaba los ojos por el cansancio.Para su sorpresa, su madre estaba parada en la sala mirando hacia la puerta, al parecer Elías había acabado de salir y digo sorpresa porque el fuerte de la peli negra nunca fue despertarse temprano, siempre era ella quien tenía que llamarla para que la llevara a la escuela, hasta que tuvo edad suficiente de ir sola, gracias a eso ella se podìa llamar independiente
Levantaba el sol en La Habana y ya Alexa se encontraba de pie preparando el desayuno para todos.La noche anterior había visto tocino en el frío y que mejor que eso junto a huevos revueltos, una gran taza de café con leche, como a ella le gustaba bien cargado y bastante pan tostado con mantequilla.Los primeros en aparecer en la mesa fueron Elías y Melissa, al parecer se habían quedado dormidos y viniendo de su madre a Alexa no le extrañaba, pero sí lo hizo el ¨gracias¨ qué le susurró cuando se colocó a su lado a ayudar a terminar de servir.Melissa no es de esas personas que agradecen dos veces las cosas, así que las aceptó con una sonrisa.Por último se sumó a la mesa Miguel, tenía unos aros oscuros alrededor de los ojos- Con todo y eso Alexa pensó que se veía guapísimo en su pantalón de chándal de dormir y sin camisa, le daba un aire despreocupado a su elegante figura.Internamente se reprendió por estar admirando al chico.Miguel nunca iba a ser de ella y por ahora no quería nuevo
Esa mañana de pleno inicio de julio, Alexa se levantó temprano, su padrastro ese día la llevaría a conocer el lugar donde trabajaría y tenía tantas ansias que no pudo dormir prácticamente nada.Era su primera vez en algo grande, y aunque no iba a ganar gran porciento según le comentaron, para quien no tiene nada, cualquier cosa que le dieran estaba bien.Para su sorpresa era un bar elegante, en donde según su padrastro tocaban solo los mejores artistas y era visitado por la clase más alta de La Habana, o sea los que tuvieran el bolsillo tan inflado como para pagar el impuesto tan grande de entrada.Según Elías, esto era para que fuese un lugar tranquilo y refinado donde se pudieran divertir las personas de su nivel, y aunque no lo dijera con nada de arrogancia, a Alexa no le gustó en absoluto.Según su plan de trabajo, el cual era muy estricto, en especial con la vestimenta, el bar solo abriría los jueves, viernes, sábados y domingos, debía de ir al menos tres horas de viernes a lunes
Era su segundo día visitando el bar y todavía Elías la acompañaba para asegurarse de que se estuviera apropiando bien del contenido y que aprendiera como funciona ese mundo de los negocios.Los números eran el punto fuerte de Alexa y a veces se preguntaba por qué no estudió una carrera que tuviese que ver con ellos.Luego de un rato acompañándola, el novio de su mamá la dejó en el local familiarizándose y prometió pasarla a buscar en unas horas para regresar a almorzar a casa.Al principio se aburrió un poco sacando cuentas atrasadas hasta que el ruido de un cristal colocándose delante de ella la sacó de sus pensamientos.Un chico se le había acercado con una copa en la mano de crema de leche y canela, no estaba nada mal, pensó, y no se refería al trago exactamente, sino al joven de ojos de distinto color que le sonreía amablemente y se presentaba como Nicolás.A Alexa le pareció más guapo cuando se percató de la anomalía en su rostro y unos cuantos minutos conversando bajo los efecto
No sabía exactamente la hora que era, pero tenía los párpados ligeros y por la poca claridad que los atravesaba, se dió cuenta de que era muy temprano, también de que unas manos robustas la acercaban al cuerpo de otra persona por la cintura.Su piel desnuda desprendìa un delicioso aroma a colonia masculina, una que ella supo reconocer de noches anteriores.¡No había dormido sola como pensaba! sino con el chico de ojos celestes que tantas dudas existenciales le causaba.¿Desde cuándo se había convertido en una chica tan fácil?¿Por qué le permitía dormir con ella?¿Era esto lo que realmente quería? ¿Migajas?Ella no era así y a esas horas no tenía ganas de discutirlo internamente, estaba extremadamente confundida, aunque sabía que tarde o temprano se debía decidir por algo que hacer.No estaba bien dormir con su hermanastro, pero tampoco sentía que le estaba haciendo algo malo, ni siquiera un beso le había robado, "Quizás eso mismo pensaron Lucas y Anna" reflexionó y se descolocó un po
Se le estaba haciendo costumbre despertar calientita dentro de los brazos fuertes de un chico y ese día no fue la excepción, no entendía como, después de lo que pasó la tarde anterior, él seguía intentando colársele en la cama aunque sea solamente para dormir.-Claro que Alexa tan pronto no permitiría que la situación sobrepasase los límites-Se veía tan tranquilo, sus brazos como el 90% de su cuerpo estaban desnudos y pudo ver dos vendas en las heridas de la tarde anterior, también pequeñas venditas en distintas partes y algunos cortes de hace varios días atrás ya casi sanos.Por alguna razón le conmovía que con ella se mostrará al natural y no escondiera los cortes que le hacía la demonio, eso solo podía significar una cosa: confianza.Alexa pensó que las heridas superficiales en el cuerpo sanaban más rápido que las interiores mientras lo miraba, se veía destrozado, pero a la vez terriblemente guapo.Así pasaron minutos, hasta que decidió levantarse, tomó una ducha, se vistió y bajó
Ya había pasado casi la mitad del segundo mes de vacaciones y para Alex las cosas habían mejorado, ahora era la mejor amiga de Lorena, andaba para todos lados con ella, e incluso, de vez en cuando dormían juntas a modo pijamada.Los chicos estaban invitados, pero solo a las fiestas, Leo estaba demostrando demasiado interés en ella y no quería que durmiera a tres pasos, no quería repetir lo de Miguel con otra persona ahora que se había decidido a olvidarlo pero no con otro clavo, cosa que le resultaba bastante difìcil teniendo que convivir con èl y celàndolo cada vez que lo veìa con Lilith.La nueva diversión de las chicas estos días era como Alexa siempre quiso, montar patineta, cosa que estaba acaparando la mayor parte de su dìa a parte del trabajo y de las noches en fiestas y sentada en frente al mar con su amiga, literalmente era la primera vez que la vida comenzaba a sonreírle de verdad.Con Miguel había tenido roce en un par de ocasiones más, pero había decidido que no quería que