La parte trasera de su cabeza le escocìa y le pesaba abrir los ojos, sentìa una presiòn en sus manos que tampoco las dejaba mover y su boca se encontraba sellada por una especie de papel. Levantò los pàrpados poco a poco y reconociò su cuarto, estaba acostada encima de su cama, atada por las manos y con cinta en los labios. Obvio no podìa hablar y sentìa que los gritos que estaba aguantando la estaban ahogando, porque en esos momentos se morìa del terror. Lucas la miraba mientras le regalaba una sonrisa que ella calificaba como maligna, detràs de èl estaba Lilith, quien observaba todo seria y calculadora, como si no se creyese algo de lo que estaba observando, Alexa callò en cuenta que lo que la distraìa era su barriga. -¿Asì que es verdad? Estàs embarazada -Rompiò el silencio el chico -Yo te iba a proponer que regresàramos ahora que Miguel te habìa dejado y que Anna y su bebè no eran un estorbo, pero me sales con esto -La calma en los sus ojos le decìan que habìa algo en él que no
La plaza entera estaba llena de adornos y globos, y con el sol tan fuerte que habìa a plenas 10 de la mañana se estaban reventando uno por uno, causando revuelo entre las casi mil personas que diambulaban por allì, ese dìa era especial para la capital, pues se harìa el acto de graduciòn general para las variadas casas de altos estudios que acunaba.La Gran Universidad de la Habana, la Universidad de Ciencias Informàticas, la CUJAE y la Universidad de Ciencias Mèdicas se despedìan ese dìa de una generaciòn màs de estudiantes. El Audi negro rodaba en las calles de los alrededores buscando lugar donde parquear, dentro iba rebosante de personas. En la parte delantera Elìas conducìa con una mano, mientras que con la otra apretaba la de Melissa su esposa, hacìa dos dìas atràs se habìan casado en una pequeña ceremonia en Gibara con las dos familias juntas y todavìa no se encontraban en luna de miel porque querìan ver a sus hijos mientras les entregaban el tìtulo Universitario. En la parte
A sus cortos 21 Alexa se consideraba una chica ¨con suerte¨, hasta el momento, todos sus sueños se habían hecho realidad.Recientemente culminaba el 3er año, de lo que para ella era la mejor carrera Universitaria del mundo con un 5 perfecto de promedio, si todo salía bien se graduaría con honores.Además, tenía a su familia, a su mejor amiga y al mejor novio que se podía pedir.¿Acaso eso no es a lo que llaman una vida envidiable?Al menos lo fue hasta esa mañana de inicios de verano...Casualmente ese día había terminado las clases más temprano de lo que debería, todos en el campus estaban agotados, era el último día del curso y aunque quedaban muchas cosas por saber todavía, como por ejemplo algunas notas como las de Literatura, que -vaya que se demoraba esa profesora en calificar- y alguno que otro chisme picante que recorría los pasillos del edificio, decidió irse a la casa que compartía con Lucas, su prometido <
En todo el trayecto, el teléfono no paraba de sonar al igual que los días anteriores, >; eso mezclado con el ruido del vagón donde se encontraba, esa noche y las anteriores, dormir y dejar dormir a sus compañeros de asiento fue completamente una odisea.Lo peor fue al principio cuando no podía apagarlo ni siquiera un ratito pues su madre constantemente le preguntaba por dónde iba y que hacía, ya que sabía que no estaba bien y se preocupaba, aunque al parecer ella no se acordaba que en los trenes no se hace nada y difícilmente se sabe por dónde vas ya que afuera solo se ven hierbas altas y pequeños poblados en medio de la nada.Su única opción era aburrirse y pensar.Por otra parte Lucas y Anna aprovecharon la situación para escribirle mensajes diciendo "Sabrá Dios que cosas" por todas las vías posibles, mensajes que ni siquiera se tomò el trabajo de leer.Le daban asco.No tenían para cuando parar y lo peor de todo, solo le estaban haciend
La primera cosa que Alexa odiaba en el mundo era que la engañaran, la segunda, que la luz del sol la despertase demasiado temprano en las mañanas, por esa razón ese día el buen humor como era de esperarse no la acompañó.Lo primero que observó al abrir sus ojos era que sus cosas todavía estaba en maletas así que tarde o temprano tenía que desempacar.Esa noche había dormido en el primer vestido que encontró, pero no podía hacer eso todos los días, aunque está vez no pareció molestarle llevarlo el resto del día y no lo reemplazó, en cambio se dirigió escaleras abajo a desayunar mientras se estrujaba los ojos por el cansancio.Para su sorpresa, su madre estaba parada en la sala mirando hacia la puerta, al parecer Elías había acabado de salir y digo sorpresa porque el fuerte de la peli negra nunca fue despertarse temprano, siempre era ella quien tenía que llamarla para que la llevara a la escuela, hasta que tuvo edad suficiente de ir sola, gracias a eso ella se podìa llamar independiente
Levantaba el sol en La Habana y ya Alexa se encontraba de pie preparando el desayuno para todos.La noche anterior había visto tocino en el frío y que mejor que eso junto a huevos revueltos, una gran taza de café con leche, como a ella le gustaba bien cargado y bastante pan tostado con mantequilla.Los primeros en aparecer en la mesa fueron Elías y Melissa, al parecer se habían quedado dormidos y viniendo de su madre a Alexa no le extrañaba, pero sí lo hizo el ¨gracias¨ qué le susurró cuando se colocó a su lado a ayudar a terminar de servir.Melissa no es de esas personas que agradecen dos veces las cosas, así que las aceptó con una sonrisa.Por último se sumó a la mesa Miguel, tenía unos aros oscuros alrededor de los ojos- Con todo y eso Alexa pensó que se veía guapísimo en su pantalón de chándal de dormir y sin camisa, le daba un aire despreocupado a su elegante figura.Internamente se reprendió por estar admirando al chico.Miguel nunca iba a ser de ella y por ahora no quería nuevo
Esa mañana de pleno inicio de julio, Alexa se levantó temprano, su padrastro ese día la llevaría a conocer el lugar donde trabajaría y tenía tantas ansias que no pudo dormir prácticamente nada.Era su primera vez en algo grande, y aunque no iba a ganar gran porciento según le comentaron, para quien no tiene nada, cualquier cosa que le dieran estaba bien.Para su sorpresa era un bar elegante, en donde según su padrastro tocaban solo los mejores artistas y era visitado por la clase más alta de La Habana, o sea los que tuvieran el bolsillo tan inflado como para pagar el impuesto tan grande de entrada.Según Elías, esto era para que fuese un lugar tranquilo y refinado donde se pudieran divertir las personas de su nivel, y aunque no lo dijera con nada de arrogancia, a Alexa no le gustó en absoluto.Según su plan de trabajo, el cual era muy estricto, en especial con la vestimenta, el bar solo abriría los jueves, viernes, sábados y domingos, debía de ir al menos tres horas de viernes a lunes
Era su segundo día visitando el bar y todavía Elías la acompañaba para asegurarse de que se estuviera apropiando bien del contenido y que aprendiera como funciona ese mundo de los negocios.Los números eran el punto fuerte de Alexa y a veces se preguntaba por qué no estudió una carrera que tuviese que ver con ellos.Luego de un rato acompañándola, el novio de su mamá la dejó en el local familiarizándose y prometió pasarla a buscar en unas horas para regresar a almorzar a casa.Al principio se aburrió un poco sacando cuentas atrasadas hasta que el ruido de un cristal colocándose delante de ella la sacó de sus pensamientos.Un chico se le había acercado con una copa en la mano de crema de leche y canela, no estaba nada mal, pensó, y no se refería al trago exactamente, sino al joven de ojos de distinto color que le sonreía amablemente y se presentaba como Nicolás.A Alexa le pareció más guapo cuando se percató de la anomalía en su rostro y unos cuantos minutos conversando bajo los efecto