Las cosas para Elìas estaban tan complicadas que no sabìa como iba a salir de este embrollo, estaba parado en las afueras de la habitaciòn a la que habìan trasladado a Miguel observando su telèfono, en èl aparecìan dos fotos de dos casas completamente diferentes incendiàndose, màs un video de una tercera, èsta era una pequeña casa en el campo, la misma que donde habìan aprisionado a su hijo y a Alexa. Estaba tan concentrado viendo como todo se quemaba en la pantalla de su telèfono, que dió un pequeño brinco cuando una enfermera bastante joven le tocò el hombro para llamar su atenciòn. -¿Usted es el padre de Miguel? Èl la observò de arriba a abajo, parecìa una de las novatas acabadas de graduar y se dió cuenta de que de una forma u otra le coqueteaba con la mirada, pero aunque pareciera extraño, a èl no le importó- Si, lo soy. -Ya despertò, està un poco confundido, pero quiere hablar con usted, le acosejo que no lo atormente, està muy sencible. El hombre ni siquiera le dió las gra
Todos en su casa se encontraban afuera mirando el panorama, Alexa se desmontò del Audi y lo primero que hizo fue abrazar a su abuela que la esperaba con una expresiòn de tristeza en el rostro, su madre le habìa contado cada detalle de lo que habìa pasado, incluso lo del hospital, se imaginaba por lo que estaba pasando su nieta y màs que regañarla, debìa de darle todo el cariño del mundo, despuès de todo, ella sabìa que por amor se cometen muchas locuras. Elìas veìa tranquilamente como uno por uno de los integrantes de la familia de Melissa abrazaban a Alexa con tristeza, se habìa ido de ahì destrozada y regresò hecha polvo, se sentìa como un mierda porque todo era por èl. Cada noche se culpaba de lo que habìa pasado hasta el punto de que lo recibìa el nuevo dìa culpàndose todavìa. Miguel en cambio se habìa encerrado en su habitaciòn y no querìa saber de nadie, por suerte cuando escuchò de que èl llevarìa a Alexa a casa, Melissa se brindò a cuidarlo, estaba seguro de que eso lo recon
La parte trasera de su cabeza le escocìa y le pesaba abrir los ojos, sentìa una presiòn en sus manos que tampoco las dejaba mover y su boca se encontraba sellada por una especie de papel. Levantò los pàrpados poco a poco y reconociò su cuarto, estaba acostada encima de su cama, atada por las manos y con cinta en los labios. Obvio no podìa hablar y sentìa que los gritos que estaba aguantando la estaban ahogando, porque en esos momentos se morìa del terror. Lucas la miraba mientras le regalaba una sonrisa que ella calificaba como maligna, detràs de èl estaba Lilith, quien observaba todo seria y calculadora, como si no se creyese algo de lo que estaba observando, Alexa callò en cuenta que lo que la distraìa era su barriga. -¿Asì que es verdad? Estàs embarazada -Rompiò el silencio el chico -Yo te iba a proponer que regresàramos ahora que Miguel te habìa dejado y que Anna y su bebè no eran un estorbo, pero me sales con esto -La calma en los sus ojos le decìan que habìa algo en él que no
La plaza entera estaba llena de adornos y globos, y con el sol tan fuerte que habìa a plenas 10 de la mañana se estaban reventando uno por uno, causando revuelo entre las casi mil personas que diambulaban por allì, ese dìa era especial para la capital, pues se harìa el acto de graduciòn general para las variadas casas de altos estudios que acunaba.La Gran Universidad de la Habana, la Universidad de Ciencias Informàticas, la CUJAE y la Universidad de Ciencias Mèdicas se despedìan ese dìa de una generaciòn màs de estudiantes. El Audi negro rodaba en las calles de los alrededores buscando lugar donde parquear, dentro iba rebosante de personas. En la parte delantera Elìas conducìa con una mano, mientras que con la otra apretaba la de Melissa su esposa, hacìa dos dìas atràs se habìan casado en una pequeña ceremonia en Gibara con las dos familias juntas y todavìa no se encontraban en luna de miel porque querìan ver a sus hijos mientras les entregaban el tìtulo Universitario. En la parte
A sus cortos 21 Alexa se consideraba una chica ¨con suerte¨, hasta el momento, todos sus sueños se habían hecho realidad.Recientemente culminaba el 3er año, de lo que para ella era la mejor carrera Universitaria del mundo con un 5 perfecto de promedio, si todo salía bien se graduaría con honores.Además, tenía a su familia, a su mejor amiga y al mejor novio que se podía pedir.¿Acaso eso no es a lo que llaman una vida envidiable?Al menos lo fue hasta esa mañana de inicios de verano...Casualmente ese día había terminado las clases más temprano de lo que debería, todos en el campus estaban agotados, era el último día del curso y aunque quedaban muchas cosas por saber todavía, como por ejemplo algunas notas como las de Literatura, que -vaya que se demoraba esa profesora en calificar- y alguno que otro chisme picante que recorría los pasillos del edificio, decidió irse a la casa que compartía con Lucas, su prometido <
En todo el trayecto, el teléfono no paraba de sonar al igual que los días anteriores, >; eso mezclado con el ruido del vagón donde se encontraba, esa noche y las anteriores, dormir y dejar dormir a sus compañeros de asiento fue completamente una odisea.Lo peor fue al principio cuando no podía apagarlo ni siquiera un ratito pues su madre constantemente le preguntaba por dónde iba y que hacía, ya que sabía que no estaba bien y se preocupaba, aunque al parecer ella no se acordaba que en los trenes no se hace nada y difícilmente se sabe por dónde vas ya que afuera solo se ven hierbas altas y pequeños poblados en medio de la nada.Su única opción era aburrirse y pensar.Por otra parte Lucas y Anna aprovecharon la situación para escribirle mensajes diciendo "Sabrá Dios que cosas" por todas las vías posibles, mensajes que ni siquiera se tomò el trabajo de leer.Le daban asco.No tenían para cuando parar y lo peor de todo, solo le estaban haciend
La primera cosa que Alexa odiaba en el mundo era que la engañaran, la segunda, que la luz del sol la despertase demasiado temprano en las mañanas, por esa razón ese día el buen humor como era de esperarse no la acompañó.Lo primero que observó al abrir sus ojos era que sus cosas todavía estaba en maletas así que tarde o temprano tenía que desempacar.Esa noche había dormido en el primer vestido que encontró, pero no podía hacer eso todos los días, aunque está vez no pareció molestarle llevarlo el resto del día y no lo reemplazó, en cambio se dirigió escaleras abajo a desayunar mientras se estrujaba los ojos por el cansancio.Para su sorpresa, su madre estaba parada en la sala mirando hacia la puerta, al parecer Elías había acabado de salir y digo sorpresa porque el fuerte de la peli negra nunca fue despertarse temprano, siempre era ella quien tenía que llamarla para que la llevara a la escuela, hasta que tuvo edad suficiente de ir sola, gracias a eso ella se podìa llamar independiente
Levantaba el sol en La Habana y ya Alexa se encontraba de pie preparando el desayuno para todos.La noche anterior había visto tocino en el frío y que mejor que eso junto a huevos revueltos, una gran taza de café con leche, como a ella le gustaba bien cargado y bastante pan tostado con mantequilla.Los primeros en aparecer en la mesa fueron Elías y Melissa, al parecer se habían quedado dormidos y viniendo de su madre a Alexa no le extrañaba, pero sí lo hizo el ¨gracias¨ qué le susurró cuando se colocó a su lado a ayudar a terminar de servir.Melissa no es de esas personas que agradecen dos veces las cosas, así que las aceptó con una sonrisa.Por último se sumó a la mesa Miguel, tenía unos aros oscuros alrededor de los ojos- Con todo y eso Alexa pensó que se veía guapísimo en su pantalón de chándal de dormir y sin camisa, le daba un aire despreocupado a su elegante figura.Internamente se reprendió por estar admirando al chico.Miguel nunca iba a ser de ella y por ahora no quería nuevo