Espero que les guste. Me ayudarian mucho siguiendome y votando en la historia. Y, por favor, cualquier crítica que tenga pueden dejarla pero con respeto; ante todo respeto y que sea constructiva no destructiva.
Shane Han pasado ya unos días desde que estamos aquí. Desempacar no nos tomó mucho tiempo. Los días aquí son lentos, sin contratiempos, tranquilos. Algo relajante y aburrido al mismo tiempo. Supongo que mamá quería esto para nosotros; un lugar donde podamos estar tranquilos. Salgo del baño luego de tomar ducha de agua fría para aclarar mis ideas. Remuevo un poco mi cabello castaño antes de mirarme al espejo por un momento. “Tal vez lo corte un poco”, me digo mientras lo seco con la toalla. Una vez vestido, bajo para desayunar. Entro al comedor donde todos están reunidos, mi hermano esta con el semblante serio y apenas ha tocado su comida, su actitud no ha cambiado mucho. Mi prima, por el contrario, come como una máquina lo cual me sorprende y se me antoja gracioso en partes iguales. –Buenos días –saludo como corresponde. Mi tía se levanta con una gran sonrisa. –Buenos días, Shane. Siéntate, ya busco tu plato –la detengo con un ademán de manos. –Tranquila, puedo hacerlo. Tú come
Nereida Escuchaba voces a mí alrededor. Se escuchaban preocupados pero… ¿quiénes son? Siento un dolor agudo en la parte posterior de mi cabeza, ni qué decir del resto de mi cuerpo. Todo me duele. Todo me arde. Sentía entumecimiento pero también la suavidad de una superficie, parecía estar flotando en una nube. Aunque seamos honestos, cualquier superficie era mejor que ese estúpido colchón que se hacía llamar cama en mi antigua celda. Me remuevo un poco tratando de abrir mis ojos, las voces se detuvieron abruptamente y, cuando logre abrirlos lo primero que vi es a un chico de cabello castaño; piel clara, rostro afilado y dos pozos oscuros que eran sus ojos. Se veía preocupado y aliviado en partes iguales. Pero… ¿Por qué? Por un momento creí que ya todo había terminado. Hasta pensé que me quedaría en un limbo, o en un campo, o entre las nubes; hasta incluso pensé que estaba soñado -un sueño muy vivido- de que había logrado escapar, finalmente. Al mirar a mí alrededor veo a una chica
Shane El miedo y terror que transmitían los azulados ojos de Nereida me dejaron paralizado, inútil e incapaz de poder actuar o hablar con elocuencia. Nunca había visto tanto miedo en una sola mirada. Se dice que es la ventana del alama y los de ella transmitían todo. Bajo las escaleras con una lentitud agonizante, tomándome el tiempo que sea necesario para mentalizarme y actuar lo más tranquilo posible. Al acercarme a la puerta principal ya me encontraba preparado para lo que venga, podría ser cualquier cosa. Al abrir la puerta veo a cuatro hombres vestidos de negro. Los observo con cautela, analizándolos con detenidamente desde sus rostros serios hasta su intimidante tamaño. Uno de ellos carraspea un poco antes de hablar: –Buenas, joven –saludó mientras se esforzaba por mirar más allá de la entrada, los otros hombres miraban a su alrededor atentos, alertas. –Buenas –salude. –Buscamos a una chica, ¿no la habrás visto? Se escapó de sus cuidadores, su tío está sumamente preocupado
–Traje todo lo que tengo, así podrás elegir el que más te guste o te llame la atención. Oh… –paró en seco, sonrió un poco –, veo que te gustaron las galletas. Bueno, aquí tienes también una toalla, ¿puedes levantarte sola? –Guarda silencio unos segundos –. ¡Pero que tonta! Si hace como cinco minutos corriste y te encerraste en el baño, debo estar hablando mucho, ¿no? –Antes de que pudiera responder –. Lo siento, es que estoy muy nerviosa, nos has pegado un gran susto y… bueno, a mí casi me da un ataque. No digo nada; solo espero a que termine de hablar. Ni los loros hablan tanto como ella. Pobrecilla, debí asustarla y poner su día de cabeza, ha de estar con los nervios de punta. Cuando terminé las galletas me di cuenta de que sin ellas la charla de Macaria me exasperaba de cierta manera, es decir; ¿cómo es posible que pueda hablar tanto sin respirar? Parece una tarea extraordinaria. Examine los envases que ha traído para mí, y me encuentro tomando uno que dice aloe vera y otro con ol
Los siguientes días fueron tranquilos, demasiado, por lo cual me tienen algo inquieta. Descubrí que la madre de Macaria es un amor de persona solo que algo excéntrica, claro, pero un amor al fin y al cabo. Macaria y yo nos llevamos bien al igual que con Michael ¿pero Shane? Es otra historia; nuestras personalidades chocan de vez en cuando, quiero decir: es un chico lindo, divertido, pero serio cuando la situación lo amerita, y al parecer yo soy una situación que lo amerita. Digo, sé que no debe ser fácil tener a una chica con “poderes” por así decirlo y que tenga a un grupo de hombres armados detrás de dicha chica… de hecho si lo pienso bien; no lo culpo ahora por ser tan serio a mi alrededor, pero es demasiado. Su actitud me hace sentir como una bomba de tiempo. “¿Cómo culparlo? Lo empapaste al primer berrinche”, riñe lo que parece ser mi subconsciente. Aprieto los labios en un gesto avergonzado, creo que me pase esa vez. Pero igual me reí por la cara que puso Shane debí tener una
El pequeño pueblo Hypnos Creed es muy lindo y pintoresco a pesar de que es pequeño y alejado de la civilización más cercana. Por lo que sabía estaba en el estado de Oregón, Estados unidos. Al menos no estaba en un país desconocido ni nada por el estilo, debía darle crédito a mi tío por no irnos muy lejos de casa; siempre fue un hombre inteligente pero muy irritante con su ego de superioridad.Yo, en cambio, siempre dijo que era inteligente pero no muy lista.Las calles estaban casi vacías, haciendo de la noche deprimente para mí, no esperaba una fiesta ni nada solo no creí que este lugar fuera tan aburrido. Macaria me explico que el pueblo es un lugar turístico gracias a sus paisajes naturales; pero que siempre parecía apagarse cuando cae la noche y que solo los jóvenes son los que pasean por las calles nocturnas hacia la taberna, el único lugar lo bastante parecido a una discoteca para ellos.Macaria estaciona la camioneta cerca de la estación de buses. Todos bajamos sin ningún contr
Había pasado solo cuarenta y ocho horas desde nuestro encuentro con esa cosa. Todos estábamos tensos y paranoicos. Y no era de para menos, prácticamente nos atacó una criatura sacada de nuestras peores pesadillas o del mismísimo infierno. Macaria no había parado de saltar ni de estremecerse apenas escucha un ruido fuerte, Michael ha intentado de todo para distraerla pero sus intentos fueron en vano y Shane… bueno, ahora estaba más alerta que nunca. Aún recuerdo cuando llegamos a la casa. Todos estábamos pálidos y temblorosos, pero lo suficientemente estables como para darle una excusa a la señora Agatha.–Mis padres llamaron al último minuto. Me podre quedar por más tiempo, incluso, me atrevería a decir, que me quedare durante todo el verano –mentí con la voz más dulce, feliz y convincente que pude evocar. Logrando que me creyese.Macaria apenas pudo soportar la presión. Se lanzó a los brazos de su madre y empezó a llorar y, entre hipidos le preguntó si estaba bien. Agatha nos miró in
Si existiera el premio a la más tonta. A la más confiada. O a la más idiota de la faz de la tierra, sin duda lo ganaría con todos los honores. Quizás esté siendo muy dura conmigo misma, pero me es difícil pensarlo de otra forma cuando acabo de seguir una melodía cual niña persiguiendo una mariposa. ¿En que estaba pensado? Claro, en nada. Estaba tan embelesada que no pensé en nada más que seguir esa preciosa melodía.La idea de atacar a la persona extraña a mis espaldas me tentó, pero sé que no debo hacerlo, no debo revelar mi verdadera naturaleza a si a la ligera. Sería demasiado imprudente. Lo cual es irónico. Soy la reina de la imprudencia.– ¿Estas sorda, acaso? Te pregunte quien eres.Su voz estaba teñida de impaciencia.Mis dedos hormigueaban, ansiosos por usar mi poder contra él, pero aprieto mis manos y me obligo a calmarme. ¿Cómo era que decía Macaria? Ah sí, inhala y exhala.–No, no estoy sorda –digo aun dándole la espalda –. Es solo que no me gusta hablar con extraños.–No e