121.  VIVIANA

Viviana pasaba la mayor parte del tiempo acostada en su cama, preocupada por el bienestar de su embarazo. No se sentía bien en absoluto, estaba extremadamente débil. A pesar de ello, se esforzaba por comer la comida que su madre le preparaba todos los días, aunque gran parte de ella terminaba vomitada. Trinidad, como siempre, no dejaba de visitarla cada día y le contaba todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. A Viviana le preocupaba que Trinidad no pudiera contar con su apoyo y no poder estar a su lado en estos momentos difíciles.

Por otro lado, su prometido, el señor Muñoz, se había vuelto muy callado. Desde que descubrió todas las adversidades que habían hecho sufrir a su única hija, un gran temor se había apoderado de él. Le preocupaba no poder cuidar adecuadamente a su próximo hijo, especialmente ahora que estaba envejeciendo.

El señor Muñoz, con sus cuarenta y cinco años, se encontraba en una etapa de su vida en la que el temor a no poder cuidar adecuadamente a su próx
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