Capítulo 39

Cuando Milan y yo eramos niños, se pasaba todo el tiempo cuidando de mi, un día, estando en el jardín de niños, mientras yo jugaba en el carrusel y observaba al niño que me llamaba la atención, Milan no apartaba la mirada de mí, tomé valor y me bajé del juego para decirle que me gustaba, y cuando lo hice, el niño me rechazó, por lo cual me dirigí al patio trasero y me escondí detrás de un árbol y lloré.

Aún recordaba todo como si hubiera sido ayer.

—No llores Crys —Milan me abrazaba pero yo no paraba de llorar.

—Si lloro —le di un manotazo para que me dejara en paz— nadie se va a querer casar conmigo como en los cuentos de hadas.

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