Mi corazón palpitaba a mil por hora en cuanto bajé tomada del brazo de Milan, Brandon se veía muy guapo, elegante, y nervioso, en cuanto me vio, abrió los ojos como platos, estaba parado a la entrada y de fondo se escuchaba la canción de nupcias.
—Te ves muy hermosa, Crys —me dice con ternura.
—Gracias, creo que es tu primer ensayo para cuando mi hermanita se case —sonrío nerviosa.
—Eso ya lo veremos —Brandon frunce el ceño.
Me indica que lo tome del brazo para salir y hago eso, pero entonces recuerdo a aquel niño rubio que me curaba las heridas cuando me lastimaba por jugar en la calle, aquel que me ayudaba a estudiar y con el que crecí
Cuando Milan y yo eramos niños, se pasaba todo el tiempo cuidando de mi, un día, estando en el jardín de niños, mientras yo jugaba en el carrusel y observaba al niño que me llamaba la atención, Milan no apartaba la mirada de mí, tomé valor y me bajé del juego para decirle que me gustaba, y cuando lo hice, el niño me rechazó, por lo cual me dirigí al patio trasero y me escondí detrás de un árbol y lloré.Aún recordaba todo como si hubiera sido ayer.—No llores Crys —Milan me abrazaba pero yo no paraba de llorar.—Si lloro —le di un manotazo para que me dejara en paz— nadie se va a querer casar conmigo como en los cuentos de hadas.
Milan estaba sentado en una de las sillas, observando como cada uno de los invitados se marchaban ataviados con sus costosos atuendos, los meseros y demás personal se encargaban de recoger las cosas, ¡ojalá pudieran levantar los pedazos de su corazón! Pensó para sus adentros. Porque era cierto, hoy su corazón había muerto para siempre, ¿qué podía hacer? Amaba a Crys con toda su alma pero adoraba verla feliz, y hoy lo estaba, más que nunca, y no iba a ser él quien le arruinara su felicidad. Cuando estaban caminando directo al altar para entregarla, por su mente pasaron como ráfagas, miles de pensamientos para impedir la boda, desde tomarla de la mano, huir de ese lugar, hasta de raptarla en su noche de bodas, pero al ver de reojo su sonrisa, y el brillo en sus ojos cuando ella vio a Bastian parado frente a ella, todos esos malos pensamientos se esfuma
Aquella chica que había entrado a nuestro hogar, se trataba nada más y nada menos que de la hermana menor de Ramiro, cosa que nos llevó una enorme sorpresa, pensaba que el abuelo no había tenido más que un hijo, pero al parecer mi familia lejana ocultaba más secretos de los que podía soportar en estos momentos. Se trataba de una chica de tez muy clara, cabello negro y corto, lacio, ojos color miel, labios gruesos que invitaban a cualquier chico ser probados, y por la forma en la que se vestía, era el tipo de chica que no sigue las reglas, rebelde, una adolscente incomprendida y reprimida.—Vaya, hermanito, ¡que bajo has caído! —entra y se sienta en el sillón sin ningún permiso.—No puedes escapar de lo inevitable —suelta un enorme
Ver a Karin ataviada con aquel vestido entallado y en mi opinión, ¡muy entallado y exageradamente escotado!, me hizo sentir extraña y celosa al ver como Bastian colocaba su mirada sobre sus pechos, aunque fue rápida, ahí estaba.Estaba hermosa, odiaba admitirlo pero era cierto, me hacía sentir celos y molesta. Rápidamente aparta la mirada de ella y toma mi mano con más fuerza.—Es bueno volver a verlos —entra Karin mientras contonea las caderas vulgarmente.—¿Cómo es que se conocen? —no dudo en preguntar.—Crys, yo vivía en este pueblo antes que tú, conozco a la mayoría de sus habitantes, incluyendo a los hermanos Fe
Bastian sabía que la razón por la que había regresado, es por él. No había nadie más en el mundo que la conociera tan bien. Tomó fuertemente la mano de Crys, dándole a entender que lo suyo quedó enterrado en el pasado, ahora su presente era ella, su esposa, jamás la cambiaría por alguien como ella.Se dio cuenta de que Crys los veía, pero era imposible apartar la mirada cuando Karin te retaba. La cena fue de lo más pesada, intentó marcharse en el último momento, pero no lo logró, ¿cómo haría para hablar con Crys? ¡Necesitaba hacerlo!Al terminar la cena, Crys pidió ir al tocador, quiso acompañarla pero lo cierto era que tenía que respirar. La dejó ir al tiempo que Mathew l
Cuando llegamos a casa, Bastian no lo pensó dos veces y me besó, sus manos acariciaban mi cuerpo con desesperación, por un momento pensé que se molestaría e intentaría convencerme de que le contara la verdad, algo de lo que me arrepentía en el fondo.Recuerdo que aquella noche la vigilante fue y me avisó que alguien había venido por mi, yo fruncí el ceño al no saber de que hablaba y de pensar que tal vez se trataba de una broma, o una trampa de las catrinas, por lo que sin que se diera cuenta aquella mujer, escondí debajo de la manga de mi atuendo, una pequeña navaja que Rapha me había regalado. Salimos y nos dirigimos a unos pasillos enormes, hasta llegar a la oficina principal de la directora del lugar, al entrar, me encontré con Martín y con Milan.
En el desayuno tuve que aparentar con todas mis fuerzas, que estaba bien, me costó pero al final lo pude lograr, Bastian se despidió de mi y yo me puse en marcha, necesitaba saber que tanto hablarían, por lo que en cuanto sale, corro a la habitación, me pongo unos jeans, una sudadera y unos tenis, recojo mi cabello en una coleta mientras bajo las escaleras, no me había tardado más que un minuto, tomo las llaves de mi carro y cuando me asomo por la ventana, veo que a penas se marcha. «Bien»Salgo, me subo al carro y comienzo a seguirlo, cuando llegamos a carretera para mi suerte había muchos carros y eso facilitaba mi plan. No conocía donde quedaba aquel hotel, pero seguí andando hasta que llegamos a la plaza del pueblo, estaba nerviosa, apreté el volante con fuerza y seguí.
Bastian estaba seguro de que esta vez arreglaría y dejaría todo en claro con Karin, ella tenía que entender que solo amaba a Crys, ¡era su esposa! Había recorrido mucho camino para lograr hacerla suya como para permitirse perderla tan pronto. Cuando se despidió de Crys notó algo extraño en ella, una actitud que no iba con su personalidad ni con lo que estaban viviendo en ese momento, pero decidió no hacer nada, regresando hablaría con ella, le contaría todo.Mientras manejaba no dejaba de ver de vez en cuando su anillo de boda, sonrío ante el sueño que se había vuelto realidad, eran marido y mujer. Sus planes consistían en darle todo, tenía una cuenta bancaria en donde hace años fue ahorrando dinero, y su padre le había ofrecido una exorbitante cantidad de dinero c