No podía creer lo que había visto. Me dirijo a la cabaña del bosque con intención de empacar mis cosas y marcharme a casa, necesitaba alejarme de Bastian.
Las lágrimas inundan mis ojos y siento que quiero morir, cuando llego a casa, estaciono el carro y veo como Bastian llega enseguida rechinando las llantas, corro hasta la puerta y subo a la habitación, saco una maleta y me apresuro a meter lo poco que estaba cuando entra él.
—Crys, escúchame...
—¡No!
—No es lo que parece.
—¡No soy idiota! —le grito mientras suelto en llanto.
—No
La cabeza me daba vueltas y no dejaba de pensar una y otra vez en lo mismo. Estábamos en el hospital central de la cuidad de Montreal, después de mi padre cayera desmayado, Milan y Bastian lo levantaron mientras Damaris localizaba el número del hospital general, lo llevaron adentro, lo bueno de todo esto fue que la puerta no tenía seguro y pudimos entrar sin dificultad alguna.Y ahora estábamos ahí, esperando en una fría sala de espera a que un doctor nos diga que le pasó a mi padre. Los minutos se me hacían eternos, y Bastian no dejaba de tomar mi mano, Damaris hablaba con Milan por lo bajo, quienes estaban frente a nosotros, solo nos separaba una mesa de estar, de cristal.—No entiendo que tiene que ver la casa —susurra Bastian sin quitarme la mirada de encima.
Mi padre había dejado un inmenso vacío, aún me costaba trabajo entender cómo es que sucedieron las cosas. Cuando escuchamos aquel disparo nunca se me cruzó por la mente la idea de que pudiera ser él, varios doctores se movilizaron y algunos otros trataban de tranquilizar a la gente que al igual que nosotros, estaba en la sala de espera. A los pocos minutos llegó un doctor y me dio la mala noticia; las piernas me temblaban y la voz había desaparecido. Todo parecía ser un sueño.Los siguientes tres días fueron muy estresantes, Bastian no me dejaba sola ni un solo instante y Milan se mantenía a raya pero con la mirada me pedía a gritos que teníamos que hablar, al parecer antes de regresar a casa, teníamos que ver al notario y a un señor que parece ser de toda la confianza de mi pa
Bastian estaba cabreado, cuando Crys se marchó furiosa, él regresó al carro y abriendo la puerta rápidamente, le da un golpe al volante y arranca, Karin intentaba decirle algo pero no le prestó atención, lo único que quería era hablar por la tarde con Crys.—Bastian, siento haberte metido en esos problemas.—No nos hagamos tontos, no lo sientes, y te advierto que lo que pasó no volverá a ocurrir y Crys no se va a enterar —Bastian estaba cabreado, sí, pero fuera de lo que acababa de hacer lo estaba con él mismo, por haber caído en una tentación.—¿Te arrepientes de haberte acostado conmigo? —Karin parecía indignada.
Cuando Milan llegó en compañía de Damaris y de Rapha; quien solo se inscribió a la misma universidad porque Damaris le había comentado que había muchas chicas guapas, Martín nos dirigió hacia la sala principal del consejo estudiantil, que estaba ubicada abajo del colegio, era un área muy grande y lujosa parecida a la estancia principal de la mansión de los hermanos Ferrer.Equipada con un enorme comedor, un área de entretenimiento con pantalla y sonido, billar, una sala lujosa, y por supuesto no podía faltar una cantina. En aquel sitio estaban dos chicas extremadamente delgadas y muy rubias.—¡Dios mío, eres hermosa! —una de ellas se acercó hasta mi y me dio un abrazo muy apretado, tanto que dolía, se parecía
Al escuchar la voz de Bastian, siento miedo, no quería verlo, Chuck y Caleb lo miran con extrañes mientras los chicos y chicas que están por el pasillo se hacen a un lado para dejarlo pasar, verlo caminar hacia mi hizo que reaccionara, me doy la vuelta y pego carrera, antes de girar hacia el siguiente pasillo logro escuchar como Chuck y Caleb intentan detenerlo pero conociéndolo, sabía que no duraría mucho, corro como nunca por los pasillos tratando de no chocar con los alumnos que me encontraba en el camino. Las palabras de mi padre golpeaban mi cabeza, ya no podía más, era demasiado dolor.—¡Crys!Logro escuchar y bajo las escaleras lo más rápido posible, me dirigía a una de las puertas traseras de la universidad, volteo para ver si me pisaba los
Bastian sintió por primera vez en la vida, como todo a su alrededor se derrumbaba, si ya era suficiente ver a Crys enfadada aventándole el anillo de bodas en la cara y pidiéndole el divorcio, ver que subía a una moto con un chico que no conocía terminó por matarlo de la angustia, del miedo, y de la ansiedad. Se había marchado, se pasa una mano por su cabello y siente ganas de matar a golpes a ese idiota que se había llevado a su esposa.—Bastian —le habla Erick pero su voz le parece lejana.No pensaba echarle toda la culpa a Karin, ya que si él no hubiera cometido el error de acostarse con ella, nada de esto hubiera pasado, y ahora estaban ahí, rotos.—Bastian es mejor irnos a otro sitio, la gente d
El viento golpeaba mi rostro mientras permanecía agarrada de la cintura de aquel chico desconocido, ¡debía estar completamente loca para haber hecho algo así. Pero ya no había vuelta atrás, el corazón lo tenía destrozado y sentía la necesidad de llorar. Bastian me había engañado, muchas veces le había pasado las traiciones por el único hecho de que también en el pasado había cometido un error al acostarme con Milan, pero esta vez todo era diferente. Sentía rabia, coraje, incluso hasta odio hacía Karin, tal vez si seguía enamorado de ella, tal vez si le gustaba y disfrutaba de estar a su lado. No sé cuánto tiempo pasó realmente ni cuanto nos estábamos alejando pero llegamos hasta el final de la carretera, fue ahí que mi desconocido amigo se orilló y apagó el motor.
En ese momento suena su celular, él se pone nervioso y yo lo tomo, lo había dejado sobre la cama, en la pantalla aparece el nombre de Karin y siento ganas de mandarlos a los dos muy lejos.—¡Te habla tu amante! —le aviento el celular.—No es mi amante —Bastian me vuelve tomar por la cintura— ¡tienes que perdonarme por favor, hablemos!—No.—Crys no pienso perderte por una tontería.—¡¿Tontería?! —Necesitaba salir y alejarme de él— ¡acostarse con tu ex no es ninguna tontería! Quiero el maldito divorcio.