Capítulo 49

Mi padre había dejado un inmenso vacío, aún me costaba trabajo entender cómo es que sucedieron las cosas. Cuando escuchamos aquel disparo nunca se me cruzó por la mente la idea de que pudiera ser él, varios doctores se movilizaron y algunos otros trataban de tranquilizar a la gente que al igual que nosotros, estaba en la sala de espera. A los pocos minutos llegó un doctor y me dio la mala noticia; las piernas me temblaban y la voz había desaparecido. Todo parecía ser un sueño.

Los siguientes tres días fueron muy estresantes, Bastian no me dejaba sola ni un solo instante y Milan se mantenía a raya pero con la mirada me pedía a gritos que teníamos que hablar, al parecer antes de regresar a casa, teníamos que ver al notario y a un señor que parece ser de toda la confianza de mi pa

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