Capítulo 51

Cuando Milan llegó en compañía de Damaris y de Rapha; quien solo se inscribió a la misma universidad porque Damaris le había comentado que había muchas chicas guapas, Martín nos dirigió hacia la sala principal del consejo estudiantil, que estaba ubicada abajo del colegio, era un área muy grande y lujosa parecida a la estancia principal de la mansión de los hermanos Ferrer.

Equipada con un enorme comedor, un área de entretenimiento con pantalla y sonido, billar, una sala lujosa, y por supuesto no podía faltar una cantina. En aquel sitio estaban dos chicas extremadamente delgadas y muy rubias.

—¡Dios mío, eres hermosa! —una de ellas se acercó hasta mi y me dio un abrazo muy apretado, tanto que dolía, se parecía

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