Sus padres estaban en la planta alta de la casa discutiendo una vez más por su culpa, según él. Mientras que él se encontraba en la planta baja de la casa con sus útiles haciendo las tareas que le habían dejado ese día.
Y también, avanzando un poco el proyecto que tenía que hacer con Sebastián, el cual, debía de ser entregado el día siguiente. Mordió su labio tratando de que sus ojos no dejaran salir las lágrimas sus padres estaban discutiendo por él.
Buscó su cuaderno de dibujos para hacer algo en él, que pudiera entretenerlo de las cosas que pasaban a su alrededor. Cuando estaba a punto de tomar el lápiz de carbón el timbre fue tocado.
Se levantó del piso secando sus lá
Dos semanas habían pasado desde que había entregado el proyecto al profesor, después de ese tiempo las cosas estaban yendo de mal en peor con los constantes encuentros que tenía con Jeremy. Después de que Sebastián le haya dicho todo eso por teléfono hacía que el pequeño faltara a clases constantemente para hacer diferentes cosas con él en esa cabaña que tantos malos recuerdos le traía a su mente.Jeremy siempre le recordaba a quien le pertenecía su cuerpo con cada encuentro que tenían en esas cuatro paredes. La pérdida de peso era notable en él, sus ojeras se hacían más visibles cada día y ni hablar de las mentiras que les decía a sus padres su cansancio.Ese día amaneció con los dolores pasándole gran
Años atrásApenas hace unos pocos días sus hermanos se habían ido a otro país dejándolo solo en esa enorme escuela sin tener con quien hablar, todos estaban mirando al niño raro con esos trapos que no podía ser hijo de un gran empresario y de un diseñador de modas por las pintas que tenía.Ahora con sus libros sujetados en su pecho, trataba de salir huyendo de las miradas burlonas que ese día había recibido de los demás niños.Sus ojos bicolores estaban en el frío y mal lavado suelo de esa escuela a la que tanto le tenía miedo, los profesores se hacían de oídos sordos y de ojos ciegos con cada cosa que le sucedía, no entendía porque ellos estaban de esa forma con él si nunca se m
Su sonrisa se hizo más grande cuando vio a Matt parado en la entrada de la escuela con el pequeño Theo en brazos y con su tío a su lado, pero luego se borró cuando lo vio con ropa casual. Hizo un puchero acercándose a ellos, no le gustaba cómo estaba yendo ese día.— Quita esa cara de espanto que tienes en este momento —rió Matt, entregándole a Theo, quien comenzó a jugar de inmediato con el cabello con su cabello.—Me dejarás solo —movió como pudo sus manos, con el niño en brazos.— Solo serán por unos días —le sonrío—. Noah tiene una
¨Sigue siendo cuidadoso como hasta ahora. Tus días están contados, el gran Jeremy Sommers caerá ante mis manos y pagará todo el daño que le estás haciendo a Nedward¨Soltó un fuerte gruñido cuando llegó uno de los tantos mensajes esa semana. Ya había perdido la cuenta durante todo ese tiempo de las veces que había tratado de investigar ese famoso número de una buena vez por todas, pero era sumamente difícil de rastrear.Tenía a sus mejores hombres trabajando en eso, pero tal parecía que ese ser humano se las sabía toda para no dejarse atrapar por él. Pero lo que más le llamaba la atención de todo eso era que esa persona no hacía nada por cuidar de Nedward.No ha
Bajó del carro de su hermano con las piernas temblando, sentía que su corazón en cualquier momento saldría de su lugar y más aún que moriría sin al menos conocer un poco más ese país que no sea más que las cuatro paredes de su habitación.Mordió su labio caminando hacia la casa con las piernas temblando por la falta de energía que ambas tenían, no quería estar en ese lugar, no deseaba estar allí y más aún después de las cosas que su le hacía cuando estaba enojado porque no podía hacer nada con Nedward en la escuela.Al menos podría decirse que estaba salvando una vida que no fuese la suya. Al principio de todo Nedward le gustaba, no podía negar eso, pero las cosas se fueron aclarando poco a poco cuando
Una sonrisa salió de sus labios cuando se dio cuenta de que ya era hora de salir de su cabaña e ir hacia donde su hermano a seguir lo que habían estado haciendo por días, semanas y los meses que él había regresado de esa escuela militar.Miró hacia ambos lados para darse cuenta de que no había nadie a la vista que pudiese interrumpir su huida hacia el otro lado del campamento, donde supuso que su hermano estaba solo porque vio a Nedward salir hace unas horas solo hacia una de las salidas del bosque. Ajustó bien su abrigo, para no morir de hipotermia, agradeció a los dioses que la supuesta tormenta no hubiese comenzado aún, porque si no su pene estuviera morado y no solamente por la excitación.Miró por la ventana de la habitación y su sonrisa se hizo más gra
Mirando como la espalda de su hermano subía y bajaba conforme su respiración, se preguntó así mismo varias cosas de las cuales toda su vida se había dado cuenta de que estaban mal.Durante los últimos cuatro meses en los cuales había estado disfrutando sin descanso alguno del cuerpo más pequeño, no sabía que podía a llegar a caer tan a fondo por él, y más aún que fuera un bastardo como su padre siempre le decía cuando estaba enojado con él.Pasó las yemas de sus dedos por las marcas de mordidas que este tenía en esa área. No iba a negar para nada que los días en los cuales muy pocas veces habían salido de la habitación no los había disfrutado poseyendo el cuerpo del menor. La primera lágrima cayó por su mejilla, seguida de las demás que no tardaron en salir, todo estaba dicho. En sus manos tenía la prueba de que estaba esperando un bebé y ya todos sabemos de quién era.Quería que el mundo se lo tragara en ese momento, no podía ser cierto que estaba esperando un bebé por el amor de Dios si apenas tenía dieciocho años recién cumplidos hace menos de mes y ya estaba con el domingo nueve en camino.No sabía qué iba hacer ahora que ese niño venía en camino, su mente estaba nublada y no podía pensar con claridad. Necesitaba de la única persona en la cual podía confiar en que no lo juzgaría sin al menos preguntar cómo fueron las cosas desde el principio.Último capítuloCapítulo 33.