¡Hasta aquí el final! ¡Muchísimas gracias por acompañarme en mi primer historia, deseo de todo corazón que les haya gustado y que hayan disfrutado de esta historia tanto como yo disfrute escribirla...!
Lily cerró con fuerza los ojos, medio dormida.Se giró en la cama, inquietaQuería seguir durmiendo, pero luego de cuatro meses de amamantar, se había acostumbrado a despertar cada tres horas.Estiró una pierna, pero no sintió nada a su lado. Se estiró un poco más.Se giró, curiosa¿Dónde estaba Pietro?Lo encontró al voltear, topándose contra su pecho descubierto.Al sentir la mano de Lily acariciar su torso, los abdominales de Pietro se tensaronNinguno de los dos necesitaba mucho para calentar sus cuerpos, bastaba con cruzar sus miradas para quedarse sin aliento y en aquella casa a metros de la playa, donde se animaron a entregarse el uno al otro, la ambigüedad envolvía cada uno de sus pensamientosPero desde que Paola y Paloma habían nacido, Pietro creía que su esposa estaba agotada de tanto dividirse entre cuatro niñas y la constructora, así que incluso luego de terminar el periodo que los doctores recomendaban de abstinencia tras el parto, no la había tocado de la manera que ell
Mientras Pietro y Lily caminaban por la costa, con Paola y Paloma en brazos, Emma miraba a sus padres - Eva ¿Ya podemos amigarnos con papá?- Aún no, Emma – repetía Eva- Pero yo ya quiero decirle papá- Pues dile tú, yo no – se encogió de hombrosUn par de meses después- Eva, creo que el Señor Vermont de verdad se pone triste cuando le dices Pietro – comentó de manera casual el secretario Han mientras servía la merienda de Eva en la oficina en lo que Pietro terminaba su reunión- Eso es bueno- ¿Por qué es bueno que el Señor Vermont se ponga mal?- Porque se emocionará más cuando le diga papá –Eva puso los ojos en blanco- ¡¿Ya le vas llamar papá?! – preguntó el secretario, emocionado- No, todavía no necesito nada importanteAbriendo y cerrando la boca sin saber qué decirle, el secretario Han comprendió que esa niña había heredado de sus padres lo necesario para dejar sin palabras a cualquiera.“Será difícil para usted Señor” pensó saliendo de la oficina- ¿Sucede algo, Maximilian
Lily estaba parada delante del espejo en la habitación, tan feliz. Todo en ese día había sido perfecto. Con una sonrisa, aliso los pliegues de su largo y blanco vestido de novia. “¿Debería quitármelo?” Pero había soñado con el momento en que su recién casado esposo le quitaría él mismo su vestido de bodas, "cuando todo el ruido en el salón cesara y finalmente, estuviéremos solos los dos en la habitación que compartiremos por el resto de nuestras vidas" Lo esperaba desde hacía tres horas. Cuando al fin estuvieran solos los dos. Pensándolo de nuevo, sería mejor darse una ducha y cambiar su ropa. Pablo estaría exhausto después de todo el trajín del día y la ceremonia. Cuando estaba a punto de ir al baño, alguien golpeo a la puerta. - Señorita, el Señor Vermont le envía esto, dice que un jugo de naranja sería bueno mientras espera por él a que termine sus negocios con un socio de la compañía que asistió a la boda. - Gracias – tomo la bandeja con el jugo - ¿Sabes si demorara mucho
- ¡Señor Vermont! – el mayordomo corrió apresurado atreves del jardín - ¡Señor Vermont!Pietro Vermont frunció el entrecejo mientras intentaba abrir los ojos.Lo desconcertó notar el sol sobre él y se giró sintiendo náuseas.- ¡Señor Vermont! - Lu… Luis – habló con dificultad - ¿Qué sucede?Se sentó con lentitud mirando a su alrededor. Parpadeó varias veces para adaptarse a la luz. Tenía su traje hecho un desastre y estaba en medio del jardín, al lado de la piscina.- ¿Qué hace aquí fuera, Señor Vermont? – preguntó preocupado. Pietro no respondió, ciertamente, aún no comprendía por qué estaba allí.- Señor… ¿durmió aquí anoche? – se avergonzó al preguntarlo, de seguro había una razón para ello. Pero, ¿cuál podía ser? Para que el gran Pietro Vermont, que rara vez salía de la oficina y nunca pisaba ese jardín, yaciera al lado de la piscina a las diez de la mañana.Pietro, simplemente, le dedicó esa mirada que hacía temblar a todos.- ¿Se... Se encuentra bien Señor?- ¿Me veo mal? –
- Lily, ¿Estás segura de volver? - Rose preguntó.- No tengo muchas opciones ¿No? – rio con un toque de amargura.- Todavía debes hacerte otros estudios, ¿Por qué no vas haciendo eso allí? Yo puedo viajar la próxima semana para ayudarte con las niñas antes de la cirugía.- El abogado de Cosméticos Loren me envió una citación para presentarme en la empresa esta semana.- Lily, estoy segura de que hay algo raro en todo esto.- ¿Más raro que cuando planearon culparme de la muerte de Pablo para echarme del país y quedarse con la empresa de mis padres?- ¡Lo digo en serio, Lilian Loren! - Solo digo que, tratándose de mi tía y Samantha, todo es posible.- No creo que te transfieran el poder sobre las acciones de tus padres – susurró – el abogado de la empresa fue despedido esta mañana y tu tía lleva tres horas en una junta con los inversionistas, y hay rumores de que…- Si vas a chusmear en tu trabajo, al menos trata de contar todo completo – se burló.- Hay rumores de que Samantha comenzar
Después de la muerte de Pablo, Lily intentó defender su unión, aunque la familia Vermont la acosara, presionara y encerrara en un galpón sucio y apestoso, no porque fuera fuerte, simplemente porque estaba agotada.Sus padres habían fallecido y ahora su esposo, tampoco podía seguir creyendo que Samantha era su familia.Había quedado sola y estaba destruida, emocional y físicamente.Habían pasado dos meses del día en que enviudó, y llevaba tres días sin comer. Sus captores al menos le daban un litro de agua.Lilian se había rendido ante la vida, y si lo que quedaba de ella era eso, pues mejor sería dejar ese mundo con el recuerdo de su boda, así que cuando un hombre de un metro sesenta y ciento treinta kilos le preguntó por octagésima vez si firmaría los papeles de la anulación matrimonial, cerró los ojos.Despertó en un hospital con la noticia de que estaba embarazada.Esa misma noche se dirigió a la compañía Vermont, irrumpió en el estudio de Pietro y le entregó los papeles firmados.R
- Señorita Loren, el Señor Vermont la espera en su oficina - le indicaron en cuanto aparcaron.- Luca – se volvió hacia el chofer - ¿Me ayudas con las niñas?- Por supuesto, Señorita Loren, niñas, suban al auto hasta que mamá regrese.- No me refería a eso – rio – ¿Puedes darles la mano al subir? Yo llevaré el equipo en el maletero.- Puedo ayudarla con eso Señorita - le dijo mientras abría el maletero- ¿No que tenías experiencia con niños? Te necesito a mi lado para que me acompañes con las niñas, yo puedo manejar las cosas de mi trabajo.- Entiendo, la sigo – tomó las manos de las niñas con firmeza.Eva y Emma intercambiaron miradas y luego la miraron a ella.Lily asintió con la cabeza y cargando un maletín y dos cajas, camino detrás del empleado de Vermont Corporaciones que los recibió.- Luca, por cierto –ralentizó sus pasos para tomar algo de distancia del hombre delante de ellos y murmuró – no quiero que te refieras a mí como la madre de las niñas mientras estemos aquí.- Así se
- Comprendo, entonces, con esa información creo que podemos terminar todo esta semana – era absurdo esperar que le hablara algo más de él y sus gustos, tendría que seguir a ciegas.- ¿Pretende terminar un trabajo que planeo seguir de manera minuciosa en tan solo una reunión?- No - Lily sonrio - Pero pensaba que podríamos lograr un punto medio entre sus tiempos y los míos, Señor Vermont, ¿Hay algo que quiera que mantenga de esta propuesta?Por no recibir la propuesta, se giró hacia la caja a su lado - Okay, tengo once propuestas másPietro observaba como Lily sacaba más y más imágenes y bocetos - ¿Preparaste todo esto en una semana?- Sí, Usted necesitaba una propuesta esta semana, pero no podía venir hasta aquí solo con esto.- Señorita Loren…- Un momento, estoy buscando una que creo que nos servirá para poder conversar sobre el diseño de las fachadas, pero no sé por dónde estará …-- Lilian… ¿Puedes mirarme un momento?- Sí, enseguida- Ahora – Pietro no tenía mucha paciencia y no e