- Lily, ¿Estás segura de volver? - Rose preguntó.
- No tengo muchas opciones ¿No? – rio con un toque de amargura.- Todavía debes hacerte otros estudios, ¿Por qué no vas haciendo eso allí? Yo puedo viajar la próxima semana para ayudarte con las niñas antes de la cirugía.- El abogado de Cosméticos Loren me envió una citación para presentarme en la empresa esta semana.- Lily, estoy segura de que hay algo raro en todo esto.- ¿Más raro que cuando planearon culparme de la muerte de Pablo para echarme del país y quedarse con la empresa de mis padres?- ¡Lo digo en serio, Lilian Loren! - Solo digo que, tratándose de mi tía y Samantha, todo es posible.- No creo que te transfieran el poder sobre las acciones de tus padres – susurró – el abogado de la empresa fue despedido esta mañana y tu tía lleva tres horas en una junta con los inversionistas, y hay rumores de que…- Si vas a chusmear en tu trabajo, al menos trata de contar todo completo – se burló.- Hay rumores de que Samantha comenzará a trabajar en la dirección de la empresa después de su casamiento con el Señor Vermont.- Uff – se sacudió – pensar en Pietro Vermont aún me da escalofríos.- Lily… - vaciló sin saber cómo continuar- Lo sé, si esa unión sucede al fin, será imposible que la junta directiva me apoye.La respuesta del otro lado de la línea demoró – ¿Crees que Samantha al fin logre casar a Pietro? - preguntó al cabo de un momento.- Si la maldición Vermont aún tiene efecto en mí, y su matrimonio se define esta semana, será más difícil para mí poder terminar con los asuntos de la empresa antes de la cirugía, pero creo que podré estar de vuelta en mi hogar antes de que eso suceda, con mi bono de Rubens.- Solo, no te precipites en volver, no pueden apurarte.-La inmobiliaria necesita negociar con Compañías Vermont las propuestas y es mi último proyecto del año, no puedo defraudar a Rubens.- ¿Cómo va lo de tu proyecto?- Tengo que defender mi propuesta en dos horas.- ¡¿En dos horas?! ¡Lilia Loren! ¿Dónde estás?- Baje del avión hace un momento, estoy llegando a tu casa – rioAunque Lily no podía verla, su sorpresa era obvia- La semana pasada me dijiste que aún faltaba un mes para armar la propuesta final, no creí que ya estarías en camino.- Quería darte una sorpresa- ¿Tu médico te permitió viajar?- Algo mejor aún, vino conmigo, así que puedo continuar con mis estudios, presentarme en Loren Cosméticos y cerrar el trato de la inmobiliaria con Vermont, si es que tú me ayudas, claro – soltó una risita al final. - De esta manera no me puedo negar, ¿no?- Termina tu trabajo tranquila, te esperaré en el parque en frente, las niñas quieren jugar un rato después del vuelo, fue tan largo.- ¿Trajiste a las niñas? – cuando se trataba de niños, la voz de Rose se endulzaba de manera automática – No creí que las traerías.- No podría dormir tranquila lejos de ellas.- Okay, espérame en el parque, ya voy en camino.- Termina tu trabajo, no podré compensarte si te despiden
- ¿La diseñadora Lilian Loren no tiene dinero para compensarme? ¡Estoy segura de que Rubens te pagaría una nana para las niñas!
-Dijiste que me ayudarías, no que te colgarías de mí - sentía un calorcito en su pecho al pensar que al fin vería a Rose después de tanto tiempo.
Lilian Loren bajo del taxi en una pequeña plaza, justo en el medio de una zona de edificios residenciales con decenas de años en funcionamiento, caracterizada por mantener los mismos inquilinos durante generaciones.
Con una creciente nostalgia en su interior, sostenía a ambas niñas de las manos mientras miraba alrededor.Juraría que el aroma de aquella zona era el mismo que años atrás, cuando la familia de Rose la acogió después de ser expulsada de la mansión Vermont.El color de los edificios tampoco había cambiado.La pintura blanca se tornaba amarilla con el paso del tiempo, y se descascaraba ahí en donde el agua de las lluvias se filtraba o en donde el sol posaba su mirada todo el día.En esa época del año las lluvias eran pocas, pero de gran fuerza y la humedad se mantenía constante gracias a la costa a unos kilómetros.Sabía que en cuanto llegara, tendría que hacer frente a todos los recuerdos de cinco años atrás, pero con dos niñas en sus brazos en un país extranjero y sin un solo centavo, estaba acostumbrada a hacer malabares entre tormentas internas y el día a día.- Mami ¿Podemos jugar en los columpios? – Eva la miraba con sus grandes ojos grises.- Mami, yo quiero jugar allí – Emma señalaba el extremo opuesto del parque.- Mami se sentará aquí – se acomodó en un banco a un costado de una fuente – de aquí puedo ver los columpios, ¿Pueden jugar ambas allí? Luego las acompaño hasta allí Emma, ¿Están de acuerdo?- Pero… - Emma solía ser más impaciente que Eva.- Emma... - Eva tiró de la manga del saco de Emma -sabes que mami necesita que estemos juntas para poder vernos a ambas, ¿Si te acompaño hasta allí, luego juegas a los columpios conmigo?- ¡Sí! Te lo prometo – dio un brinco con sus ojos llenos de brillo – mami, vamos allí.- Está bien, vamos – a Lily le divertía cada interacción de las niñas.Eva era mayor que Emma por unos cuantos minutos, pero era mucho más madura que Emma, como si le llevara un par de años. Por eso siempre cedía en cosas así ante su hermana menor, al punto que Emma estaba acostumbrada a ello cada vez que salían.Sin embargo, en casa, había decisiones que Eva tomaba y Emma acataba sin chistar, como la hora del desayuno, el baño y la de dormir, lo que a Lily la ayudaba a mantener una rutina
Lily estaba realmente agradecida a sus hijas por el equilibrio y el compañerismo entre ellas.Miró la hora en la pantalla de su celular.Le quedaba poco más de una hora para su reunión con el representante de Pietro Vermont.Se permitió acariciar su anillo de bodas.Respiró profundo.Aunque Pietro Vermont la hubiera obligado a firmar la anulación de su matrimonio con Pablo, ella seguía aferrándose a lo poco que le quedaba de su boda.Como un recordatorio constante de la peor decisión de su vida y de la insensibilidad de Pietro y Samantha.No podía creer que las niñas no fueran de Pablo ¡Eran iguales a él! ¿Cómo podía Samantha sostener que el hombre que con el paso aquella noche no era su esposo? ¡Emma y Eva eran la prueba viviente de que el hombre al que le entregó su primera y única experiencia sexual era su esposo!----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
- Señor Vermont, me atreví a venir porque intenté llamarle, pero no logré comunicarme con ustedEl mayordomo siguió hablando sin recibir la respuesta de su jefe
- Quería preguntarle si tiene planes de los que pueda encargarme para esta noche.Pietro ni siquiera lo miró
- Es su cumpleaños SeñorEl mayordomo titubeó, pero juntando coraje, continuó.
- Señor Vermont – era la primera vez que el mayordomo de la mansión entraba en la oficina de Pietro Vermont – su abuelo se descompensó y se encuentra en el hospital.Al notar que Pietro dejaba de mirar la pantalla de la computadora, terminó por soltar lo último que le queda por decir.- El Doctor dice que esta vez es grave, necesita ir al hospital de inmediato.Pietro levantó una ceja al escucharlo y le dedicó una mirada rápida mientras escribía en su ordenador.Luis sabía que Pietro no gastaría palabras en preguntas.- La Señorita Samantha ha comenzado a mudar sus cosas a la mansión esta mañana SeñorPietro sacó una carpeta de un estante lleno de papeles detrás de él y comenzó a firmar las páginas una por una.- Además, ayer... recibimos una llamada y su ... su hermano, al parecer hay nueva información sobre el accidente de su hermano y podría no haber muerto.
- ... - Pietro suspiró aburrido, como si lo que decía no fuera ninguna novedad.- Señor Vermont, la reunión con el personal de la Inmobiliaria Rubens es en unos momentos – su secretario le informó mientras le indicaba a Luis que se retirara de la oficina.Pietro miró a su asistente
- ¿Quiere que asista en su lugar?
El asistente intentaba adivinar qué era lo que su jefe quería. Sabía que Pietro no se comunicaba con palabras, había que descifrar su mirada.
- Puede ser un poco personal la reunión si asiste en persona Señor, la diseñadora es una vieja conocida de la familia Vermont.
- ¿A quién enviaron?
- Lilian LorenPietro levantó la vista con una expresión perpleja - ¿Li…? ¿Lilian Loren?- S-sí, Señor- respondió sorprendido - la ex esposa de su difunto hermano.- ¿Dónde está Samantha?- Va y viene de la mansión desde ayer, ha pedido verlo toda la mañana, pero se está retirando de nuestras instalaciones en este momento.- Llama al abogado que la madre de Samantha despidió de Loren’s Cosmética y trae los papeles que te pedí que prepararas.- ¿Cu- cuáles papeles, Señor Vermont? – sus palmas sudaban, no recordaba haber tenido un encargo del Señor Vermont en ese día.- Los que te pedí que prepararas después de anular el matrimonio de Lilian y Pablo.- ¡Ah! Los formularios para acreditar su matrimonio con la Señorita Samantha – soltó un suspiro de alivio en su interior - No voy a casarme con Samantha – dijo con el mismo rostro inflexible de siempreEra hora de que su hermano y Samantha pagaran por haber confabulado contra él desde un principio.Lo que Luis le dijo, él ya lo sabía desde hacía cinco años.Después de la muerte de Pablo, Lily intentó defender su unión, aunque la familia Vermont la acosara, presionara y encerrara en un galpón sucio y apestoso, no porque fuera fuerte, simplemente porque estaba agotada.Sus padres habían fallecido y ahora su esposo, tampoco podía seguir creyendo que Samantha era su familia.Había quedado sola y estaba destruida, emocional y físicamente.Habían pasado dos meses del día en que enviudó, y llevaba tres días sin comer. Sus captores al menos le daban un litro de agua.Lilian se había rendido ante la vida, y si lo que quedaba de ella era eso, pues mejor sería dejar ese mundo con el recuerdo de su boda, así que cuando un hombre de un metro sesenta y ciento treinta kilos le preguntó por octagésima vez si firmaría los papeles de la anulación matrimonial, cerró los ojos.Despertó en un hospital con la noticia de que estaba embarazada.Esa misma noche se dirigió a la compañía Vermont, irrumpió en el estudio de Pietro y le entregó los papeles firmados.R
- Señorita Loren, el Señor Vermont la espera en su oficina - le indicaron en cuanto aparcaron.- Luca – se volvió hacia el chofer - ¿Me ayudas con las niñas?- Por supuesto, Señorita Loren, niñas, suban al auto hasta que mamá regrese.- No me refería a eso – rio – ¿Puedes darles la mano al subir? Yo llevaré el equipo en el maletero.- Puedo ayudarla con eso Señorita - le dijo mientras abría el maletero- ¿No que tenías experiencia con niños? Te necesito a mi lado para que me acompañes con las niñas, yo puedo manejar las cosas de mi trabajo.- Entiendo, la sigo – tomó las manos de las niñas con firmeza.Eva y Emma intercambiaron miradas y luego la miraron a ella.Lily asintió con la cabeza y cargando un maletín y dos cajas, camino detrás del empleado de Vermont Corporaciones que los recibió.- Luca, por cierto –ralentizó sus pasos para tomar algo de distancia del hombre delante de ellos y murmuró – no quiero que te refieras a mí como la madre de las niñas mientras estemos aquí.- Así se
- Comprendo, entonces, con esa información creo que podemos terminar todo esta semana – era absurdo esperar que le hablara algo más de él y sus gustos, tendría que seguir a ciegas.- ¿Pretende terminar un trabajo que planeo seguir de manera minuciosa en tan solo una reunión?- No - Lily sonrio - Pero pensaba que podríamos lograr un punto medio entre sus tiempos y los míos, Señor Vermont, ¿Hay algo que quiera que mantenga de esta propuesta?Por no recibir la propuesta, se giró hacia la caja a su lado - Okay, tengo once propuestas másPietro observaba como Lily sacaba más y más imágenes y bocetos - ¿Preparaste todo esto en una semana?- Sí, Usted necesitaba una propuesta esta semana, pero no podía venir hasta aquí solo con esto.- Señorita Loren…- Un momento, estoy buscando una que creo que nos servirá para poder conversar sobre el diseño de las fachadas, pero no sé por dónde estará …-- Lilian… ¿Puedes mirarme un momento?- Sí, enseguida- Ahora – Pietro no tenía mucha paciencia y no e
- ¿Por qué volvió Señorita Loren?Eran los únicos dos en la cafetería y Lily miraba las opciones en el menú antes de acercarse al mostrador para hacer su pedido.- ¿Mm?- …- Lo siento, leía el menú y no escuche su pregunta.- Me preguntaba por qué volvió después de cinco años – hacer esa pregunta había sido inexplicablemente difícil para Pietro - ¿Está aquí solo por el proyecto o hay algo más?Pietro tenía un objetivo para ese encuentro, que definiría el resto de su vida, así que, aunque fuera imperceptible para Lily, él estaba ansioso.Sabía que la propuesta que le haría sería difícil de explicar, pero el tiempo se acababa y ahora que ella estaba allí debía aprovecharlo.Si sus fuentes estaban en lo correcto, Pablo ya se habría cansado de jugar con mujeres y huir de prestamistas por toda la costa del pacífico, y volvería cuando su abuelo definiera la fecha de su boda con Samantha.Y el abuelo Vermont estaba desesperado por esa unión después del fiasco del matrimonio de Lily y Pablo.
- Señor Vermont – el Director del hospital fisionaba sus manos, nervioso ante Pietro Vermont - ¿Podría acercarse a llenar la información de la paciente?- … - La imagen de Lily desvaneciéndose en sus brazos se repetía en su mente aún, y no escucho al director Rocher cuando se acercó a él.- Sería útil conocer su grupo sanguíneo por si es necesario - intentó nuevamente, asumiendo que Pietro no quería pasar por el proceso de admisión.- … - preocupado, sacó su teléfono y envió un mensaje a su secretario, pidiendo toda la información de Lily.- Doctor, Señor Vermont, la Señorita Loren se encuentra estable, ha sido un desmayo – una mujer madura se acercó a ellos – Pudimos encontrar algo de información útil en su celular – le entrego una bolsa transparente con la billetera y el celular de Lily - No hay heridas visibles en el cuerpo de la joven y hemos extraído sangre de la paciente para realizar estudios completos, esperamos poder dar con el origen del desmayo pronto, pero sería de mucha a
Luca, que ya podía retirar las niñas de allí, salió apresurado.- El padre de las niñas falleció, él es el tío – le explicó Rose a Matthew, que se había apresurado hacia la cama de Lily y medía su pulso.Pietro aún no podía terminar de asimilar todo lo que acababa de descubrir.¿Cómo pudo no aparecer nada de eso en las investigaciones de su secretario?No solo era padre, tenía dos hijas.Miró a Lily en la camilla.La había buscado por cinco años y al fin tenía la oportunidad de hacerla suya, ahora no había vuelta atrás, no la dejaría escapar.La idea de una familia, aunque nunca antes había cruzado por su mente, se había instalado en el centro de su pecho.“Es el tío”“Tan segur como de que mis hijas son el vivo retrato de su padre”“Ese señor es nuestro abuelo”Se levantó, ajustó su corbata y miró a Lily.En su interior, Pietro comenzó a sentir que se asfixiaba.Debía acelerar su matrimonio con Lily antes de que Pablo apareciera.Lilian comenzó a moverse, y Matthew se apresuró a su l
Para cuando Lily despertó, la luna en lo alto bañaba el cuarto del hospital.Miró el techo de la sala con un nudo en la garganta.Si su cuerpo no era capaz de manejar una discusión como esa con Pietro, ¿Cómo enfrentaría Samantha?Durante la última semana se repitió a sí misma una y otra vez que todo estaría bien. Y ciertamente, cuando estaba ocupada con su trabajo o cuando sus hijas dormían a su lado, creía que podría con todo.Pero en ese momento, estaba solo ella, y ante ella misma, no había mentiras perfectas.Limpio con sus manos la humedad a los costados de sus ojos.- No es momento de Llorar Lily – se dijo.Cinco años atrás, cuando arribó en un lugar desconocido, lejos de casa, con sus niñas revoloteando en su vientre, supo que no era momento de llorar.Se fue para huir del dolor, después de que Samantha se burlara de ella sobre la tumba del hombre que amaba, no para seguir temiendo.Ella iba a salir adelante porque debía hacerlo.Porque era madre.Así que se dispuso a levantar
En realidad, era la segunda vez que Pietro la veía así, había visto una sonrisa igual de amplia y ternura en sus ojos el día de su boda, pero era la primera vez que se dirigía a él.- Tú tenías diez, pero yo… - estaba demasiado avergonzado para admitir su edad.Ciertamente, incluso el mismo se aferraba a la idea de ignorar la diferencia de edades.- Fue hace dieciséis años, si tienes treinta y ocho ahora, tendrías unos ¿veintidós? - calculó en voz alta.- … - Pietro se sentía extremadamente incómodo al pensar en ello – Tenía veintiuno, aún no los había cumplido, pero, sí.- Así que decidí que el frente de mi casa no daría a la calle, sino a la casa de ms padres, podría desviar esa calle – continúo con orgullo Lily – Hablar sobre cómo sería mi casa se volvió un hábito igual acompañar a otros a diseñar la suya.- ¿Por qué casas? ¿Por qué no edificios o centros comerciales? Rubens tiene amplio repertorio de clientes, pero es más abierto a proyectos de esa índole.- Creo que diseñar una c