Samantha entró en el estudio de Pietro con un vestido celeste entallado que resaltaba su busto y lucía sus piernas.- Pietro, mi abogado me llamó, me exige ir a la oficina – comenzó a hablar desde la puerta – le expliqué que tú no me dejas salir de casa porque no es seguro ¿Podrías llamarle y arreglar todo esto por mí?- Hazlo tú misma- ¿Qué…? – no le sorprendía la indiferencia de Pietro, pero no esperaba esa respuesta- Ya puedes irte- ¿De qué estás hablado?- Luca te llevará a tu casaNo. No podía volver a su casa como si nada.Era la última oportunidad que tenía para salvar su vida tal y como la conocía.Había traicionado a Pablo al esconderse en la mansión Vermont con Pietro, además Loren’s Cosméticos estaba al borde de la quiebra y la única manera de mantener a los inversionistas a raya, era sosteniendo una relación que nunca tuvo con Pietro.- Pero, dijiste…- Sé lo que dije- ¿Es por lo del beso del otro día? – le preguntó, nerviosa- Luis – habló por lo alto, ignorándola- P
En un abrir y cerrar de ojos, todo se vino abajo y luego solo hubo oscuridad.Cuando la mente se agota, necesita más tiempo para descansar de lo que el cuerpo generalmente se toma y Samantha durmió dos días enterosDe todos sus errores, el peor fue creer que siempre ganaría.Para ella, la rueda de la fortuna había girado a su favor luego del accidente de su padre, y como todo adicto a los juegos de azar, creyó que su suerte sería infinita.Como un torbellino, intentó llevarse la vida por delante como si fuera una gran hazaña descansar sobre el poder del dinero.Lo que quería, lo tenía, sin importar los medios que tuviera que usar para conseguirlo.Y en fondo, siempre quiso todo lo de Lilian.La imagen de Lilian en los brazos de Pietro quemaba en sus retinas. Después de tanto dormir, despertó agotada, como si toda su energía hubiera sido drenada.Quizás, si hubiera reflexionado a tiempo sobre sus capacidades, no habría sido tan ambiciosa.Pero no lo admitiría jamás, porque para Samantha
Pietro miraba a Lily que dormía recostada sobre su pecho.Era la primera noche que pasaba allí, siendo totalmente consciente de sus acciones.Eva y Emma no protestaron cuando les dijeron que Pietro se acomodaría en ese sector de la mansión y eso aún pinchaba en el centro de pecho.Estaban tan acostumbradas a sus idas y vueltas, que ya no preguntaban, no cuestionaban y simplemente, no querían saber más nada de ellos.Lily sostenía que, de a poco, podrían ir trabajando la relación entre ellos y aunque estaba algo ansioso, esperaría lo que fuera necesario.Era bueno en eso.Había esperado años para contemplar a Lily en sus brazos de esa manera, por supuesto que esperaría todo lo que sus hijas necesitaran.En el peor de los casos, llegarían a los treinta sin hablarle, pero a esa edad podría explicarles cosas que aún no.Lily se movió, deslizando su mano por todo su torso, haciéndolo estremecer.Al trabajar las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, estaba acostumbrado a
- Pietro – Lily lo llamó desde la terraza, ajustando su bataÉl no le temía a Pablo, pero la idea de que algo pudiera pasarle a su mujer o sus hijos, lo paralizaba.Lorenzo llamó la atención del hombre – ¿Ibas al psiquiátrico?- ¿Qué sucede? – insistió Lily- Es Pablo – respondió Pietro- Es hora – sentenció LorenzoQuizás, habría una manera de terminar con todo aquello sin exponer a Lily ni a sus hijas.El pálido Pietro miró a su esposa, en su interior, temblaba como una hoja.- No – aunque así fuera, necesitaba un poco de tiempo, solo una hora, para besar a su esposa y despedirse de sus hijas- ¡No hay otra manera! – insistió LorenzoClaro que lo sabía, pero si iba en ese momento al psiquiátrico, si saber cuánta gente tenía Pablo, con la inestabilidad que tendrían después de esa llamada, no había manera de prever si él mismo podría salir ileso.Pietro golpeó la puerta del auto que ni siquiera encendió, cerrando con un fuerte estruendo y se apresuró dentro, dejando a Lorenzo atrás.Lo
- Pietro, ¿qué puedes decirme sobre la conversación con Pablo? – Lorenzo le preguntó mientras manejaban a oscurasRestaban solo cinco minutos para llegar y el viaje había sido de más de una hora- Confirmen situación – pidió por su intercomunicadorLa voz mecánica del otro lado llegó rápido: - Tienen a todo el personal alineado en el cuarto de vigilancia- Está alterado – resumió Pietro- Pablo siempre fue calculador – estando tan cerca de atraparlo al fin, Lorenzo se preparaba para lo que fuera a suceder- Su madre es un detonante, perdió el control de sí mismo de inmediato - ¿Estás seguro de que logró captar tu mensaje?Insinuar que su madre estaba allí era una manera de ganar tiempo- Estoy seguro de que no saldrá de allí en toda la noche No la encontraría con facilidad, así que tenían tiempo de sobra para organizar sus movimientos.Aunque no estaba en sus planes que Pablo llegara allí, sí era cierto que pensaron exponer a Samantha para que él la buscara y ella pudiera irritarlo a
Matthew entró con su bata celeste y guantes- Pietro, llévatela de aquí –le ordenó- ¿Qué…? – lo miró sin comprender- Está insoportable, tú la alteraste, tú te la llevas- ¡Recién llego! – reprochó Pietro- Exacto – soltó Matt – entró en trabajo de parto hace media hora, pero recién llegas, es lo peor que le puedes hacer a una mujer con contracciones- Lo siento – miró a Lily angustiado - creí que aún teníamos dos días hasta la fecha de la cirugía- Era lo ideal – intervino Matt – habíamos agendado una fecha para la cirugía, pero el parto se adelantó, y ella no puede tener más contracciones ni pujar, así que o te la llevas a otro hospital, o guardan la discusión para la próxima vezLilian respiró hondo- Hablaré contigo al salir – fulminó con la mirada a Pietro mientras una enfermera empujaba su camilla a la sala de operacionesClaro que Pietro no podía con su conciencia y la culpa, menos con la incertidumbre- Maximiliano – el secretario Han, que m
Lily cerró con fuerza los ojos, medio dormida.Se giró en la cama, inquietaQuería seguir durmiendo, pero luego de cuatro meses de amamantar, se había acostumbrado a despertar cada tres horas.Estiró una pierna, pero no sintió nada a su lado. Se estiró un poco más.Se giró, curiosa¿Dónde estaba Pietro?Lo encontró al voltear, topándose contra su pecho descubierto.Al sentir la mano de Lily acariciar su torso, los abdominales de Pietro se tensaronNinguno de los dos necesitaba mucho para calentar sus cuerpos, bastaba con cruzar sus miradas para quedarse sin aliento y en aquella casa a metros de la playa, donde se animaron a entregarse el uno al otro, la ambigüedad envolvía cada uno de sus pensamientosPero desde que Paola y Paloma habían nacido, Pietro creía que su esposa estaba agotada de tanto dividirse entre cuatro niñas y la constructora, así que incluso luego de terminar el periodo que los doctores recomendaban de abstinencia tras el parto, no la había tocado de la manera que ell
Mientras Pietro y Lily caminaban por la costa, con Paola y Paloma en brazos, Emma miraba a sus padres - Eva ¿Ya podemos amigarnos con papá?- Aún no, Emma – repetía Eva- Pero yo ya quiero decirle papá- Pues dile tú, yo no – se encogió de hombrosUn par de meses después- Eva, creo que el Señor Vermont de verdad se pone triste cuando le dices Pietro – comentó de manera casual el secretario Han mientras servía la merienda de Eva en la oficina en lo que Pietro terminaba su reunión- Eso es bueno- ¿Por qué es bueno que el Señor Vermont se ponga mal?- Porque se emocionará más cuando le diga papá –Eva puso los ojos en blanco- ¡¿Ya le vas llamar papá?! – preguntó el secretario, emocionado- No, todavía no necesito nada importanteAbriendo y cerrando la boca sin saber qué decirle, el secretario Han comprendió que esa niña había heredado de sus padres lo necesario para dejar sin palabras a cualquiera.“Será difícil para usted Señor” pensó saliendo de la oficina- ¿Sucede algo, Maximilian