A solo un día del final ... ¡Muchas gracias por acompañarme hasta aquí! Como mi primer historia, sé que hubo momentos en que la historia pudo decepcionarlos un poco... pero aun así, hubo quienes llegaron hasta aquí... Prometo dar lo mejor de mí en el final... ¡Gracias por tanto amor y apoyo! Gracias por ayudarme a crecer y mejorar con esta historia, capítulo tras capítulo
Pietro miraba a Lily que dormía recostada sobre su pecho.Era la primera noche que pasaba allí, siendo totalmente consciente de sus acciones.Eva y Emma no protestaron cuando les dijeron que Pietro se acomodaría en ese sector de la mansión y eso aún pinchaba en el centro de pecho.Estaban tan acostumbradas a sus idas y vueltas, que ya no preguntaban, no cuestionaban y simplemente, no querían saber más nada de ellos.Lily sostenía que, de a poco, podrían ir trabajando la relación entre ellos y aunque estaba algo ansioso, esperaría lo que fuera necesario.Era bueno en eso.Había esperado años para contemplar a Lily en sus brazos de esa manera, por supuesto que esperaría todo lo que sus hijas necesitaran.En el peor de los casos, llegarían a los treinta sin hablarle, pero a esa edad podría explicarles cosas que aún no.Lily se movió, deslizando su mano por todo su torso, haciéndolo estremecer.Al trabajar las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, estaba acostumbrado a
- Pietro – Lily lo llamó desde la terraza, ajustando su bataÉl no le temía a Pablo, pero la idea de que algo pudiera pasarle a su mujer o sus hijos, lo paralizaba.Lorenzo llamó la atención del hombre – ¿Ibas al psiquiátrico?- ¿Qué sucede? – insistió Lily- Es Pablo – respondió Pietro- Es hora – sentenció LorenzoQuizás, habría una manera de terminar con todo aquello sin exponer a Lily ni a sus hijas.El pálido Pietro miró a su esposa, en su interior, temblaba como una hoja.- No – aunque así fuera, necesitaba un poco de tiempo, solo una hora, para besar a su esposa y despedirse de sus hijas- ¡No hay otra manera! – insistió LorenzoClaro que lo sabía, pero si iba en ese momento al psiquiátrico, si saber cuánta gente tenía Pablo, con la inestabilidad que tendrían después de esa llamada, no había manera de prever si él mismo podría salir ileso.Pietro golpeó la puerta del auto que ni siquiera encendió, cerrando con un fuerte estruendo y se apresuró dentro, dejando a Lorenzo atrás.Lo
- Pietro, ¿qué puedes decirme sobre la conversación con Pablo? – Lorenzo le preguntó mientras manejaban a oscurasRestaban solo cinco minutos para llegar y el viaje había sido de más de una hora- Confirmen situación – pidió por su intercomunicadorLa voz mecánica del otro lado llegó rápido: - Tienen a todo el personal alineado en el cuarto de vigilancia- Está alterado – resumió Pietro- Pablo siempre fue calculador – estando tan cerca de atraparlo al fin, Lorenzo se preparaba para lo que fuera a suceder- Su madre es un detonante, perdió el control de sí mismo de inmediato - ¿Estás seguro de que logró captar tu mensaje?Insinuar que su madre estaba allí era una manera de ganar tiempo- Estoy seguro de que no saldrá de allí en toda la noche No la encontraría con facilidad, así que tenían tiempo de sobra para organizar sus movimientos.Aunque no estaba en sus planes que Pablo llegara allí, sí era cierto que pensaron exponer a Samantha para que él la buscara y ella pudiera irritarlo a
Matthew entró con su bata celeste y guantes- Pietro, llévatela de aquí –le ordenó- ¿Qué…? – lo miró sin comprender- Está insoportable, tú la alteraste, tú te la llevas- ¡Recién llego! – reprochó Pietro- Exacto – soltó Matt – entró en trabajo de parto hace media hora, pero recién llegas, es lo peor que le puedes hacer a una mujer con contracciones- Lo siento – miró a Lily angustiado - creí que aún teníamos dos días hasta la fecha de la cirugía- Era lo ideal – intervino Matt – habíamos agendado una fecha para la cirugía, pero el parto se adelantó, y ella no puede tener más contracciones ni pujar, así que o te la llevas a otro hospital, o guardan la discusión para la próxima vezLilian respiró hondo- Hablaré contigo al salir – fulminó con la mirada a Pietro mientras una enfermera empujaba su camilla a la sala de operacionesClaro que Pietro no podía con su conciencia y la culpa, menos con la incertidumbre- Maximiliano – el secretario Han, que m
Lily cerró con fuerza los ojos, medio dormida.Se giró en la cama, inquietaQuería seguir durmiendo, pero luego de cuatro meses de amamantar, se había acostumbrado a despertar cada tres horas.Estiró una pierna, pero no sintió nada a su lado. Se estiró un poco más.Se giró, curiosa¿Dónde estaba Pietro?Lo encontró al voltear, topándose contra su pecho descubierto.Al sentir la mano de Lily acariciar su torso, los abdominales de Pietro se tensaronNinguno de los dos necesitaba mucho para calentar sus cuerpos, bastaba con cruzar sus miradas para quedarse sin aliento y en aquella casa a metros de la playa, donde se animaron a entregarse el uno al otro, la ambigüedad envolvía cada uno de sus pensamientosPero desde que Paola y Paloma habían nacido, Pietro creía que su esposa estaba agotada de tanto dividirse entre cuatro niñas y la constructora, así que incluso luego de terminar el periodo que los doctores recomendaban de abstinencia tras el parto, no la había tocado de la manera que ell
Mientras Pietro y Lily caminaban por la costa, con Paola y Paloma en brazos, Emma miraba a sus padres - Eva ¿Ya podemos amigarnos con papá?- Aún no, Emma – repetía Eva- Pero yo ya quiero decirle papá- Pues dile tú, yo no – se encogió de hombrosUn par de meses después- Eva, creo que el Señor Vermont de verdad se pone triste cuando le dices Pietro – comentó de manera casual el secretario Han mientras servía la merienda de Eva en la oficina en lo que Pietro terminaba su reunión- Eso es bueno- ¿Por qué es bueno que el Señor Vermont se ponga mal?- Porque se emocionará más cuando le diga papá –Eva puso los ojos en blanco- ¡¿Ya le vas llamar papá?! – preguntó el secretario, emocionado- No, todavía no necesito nada importanteAbriendo y cerrando la boca sin saber qué decirle, el secretario Han comprendió que esa niña había heredado de sus padres lo necesario para dejar sin palabras a cualquiera.“Será difícil para usted Señor” pensó saliendo de la oficina- ¿Sucede algo, Maximilian
Lily estaba parada delante del espejo en la habitación, tan feliz. Todo en ese día había sido perfecto. Con una sonrisa, aliso los pliegues de su largo y blanco vestido de novia. “¿Debería quitármelo?” Pero había soñado con el momento en que su recién casado esposo le quitaría él mismo su vestido de bodas, "cuando todo el ruido en el salón cesara y finalmente, estuviéremos solos los dos en la habitación que compartiremos por el resto de nuestras vidas" Lo esperaba desde hacía tres horas. Cuando al fin estuvieran solos los dos. Pensándolo de nuevo, sería mejor darse una ducha y cambiar su ropa. Pablo estaría exhausto después de todo el trajín del día y la ceremonia. Cuando estaba a punto de ir al baño, alguien golpeo a la puerta. - Señorita, el Señor Vermont le envía esto, dice que un jugo de naranja sería bueno mientras espera por él a que termine sus negocios con un socio de la compañía que asistió a la boda. - Gracias – tomo la bandeja con el jugo - ¿Sabes si demorara mucho
- ¡Señor Vermont! – el mayordomo corrió apresurado atreves del jardín - ¡Señor Vermont!Pietro Vermont frunció el entrecejo mientras intentaba abrir los ojos.Lo desconcertó notar el sol sobre él y se giró sintiendo náuseas.- ¡Señor Vermont! - Lu… Luis – habló con dificultad - ¿Qué sucede?Se sentó con lentitud mirando a su alrededor. Parpadeó varias veces para adaptarse a la luz. Tenía su traje hecho un desastre y estaba en medio del jardín, al lado de la piscina.- ¿Qué hace aquí fuera, Señor Vermont? – preguntó preocupado. Pietro no respondió, ciertamente, aún no comprendía por qué estaba allí.- Señor… ¿durmió aquí anoche? – se avergonzó al preguntarlo, de seguro había una razón para ello. Pero, ¿cuál podía ser? Para que el gran Pietro Vermont, que rara vez salía de la oficina y nunca pisaba ese jardín, yaciera al lado de la piscina a las diez de la mañana.Pietro, simplemente, le dedicó esa mirada que hacía temblar a todos.- ¿Se... Se encuentra bien Señor?- ¿Me veo mal? –