No recuerdo la última vez que corrí tan rápido. Al acercarnos al pabellón del campo de entrenamiento, podemos ver que ya hay un montón de personas reunidas allí. Los guardias y los entrenadores están tratando de hacer retroceder a la gente del cuadrilátero de entrenamiento. James viene trotando a nuestro lado mientras nos abrimos paso entre la multitud.

Cuanto más nos acercamos al frente, más fuertes se vuelven los gruñidos que vienen del cuadrilátero, al igual que el brillo violeta. Sin embargo, no era solo un resplandor. Eran como pulsos de energía provenientes del cuadrilátero. Tengo que cubrirme los ojos con la mano para protegerlos de lo brillante que es la luz. Toda el área se siente como si estuviera llena de electricidad estática. Cuando llegamos al frente, vemos a Kas dándole una paliza completa al Alfa. Bronx está tan cerca de desmayarse que ni siquiera puede levantar las manos para defenderse.

“Rayos, nos lo perdimos”, susurra Milo con las manos en las caderas.

“No se pre