“Está bien, Luna Regente Iokaste Mason, veamos con qué estamos trabajando, querida”. La voz tranquilizadora de Lady Camille me calma mientras nos acomodamos en las cómodas almohadas en el piso de la sala de meditación. Bronx hizo que los lobos machos que estaban haciendo ejercicio en la sala de pesas de al lado se fueran y apagaran la música. De esa manera, podríamos tener algo de paz y tranquilidad, y no tendría que caminar por la sala de pesas con mi atuendo de meditación. Bronx se pone así de celoso. Sí, todavía pongo los ojos en blanco ante la idea también.

“Delilah me dice que las cosas han sido… tumultuosas últimamente”. Ella toma mis manos y masajea mis dedos. Sus manos son bonitas y cálidas. La sensación es tan relajante.

“Sí. Realmente lo han sido”. Asiento, sintiéndome un poco somnolienta.

“Bueno, hagamos las cosas un poco diferente hoy. Dado que hay períodos de tiempo que tienes problemas para darte cuenta de lo que haces, hagamos un poco de hipnosis. Veamos si podemos en