Punto de vista de Kas.

Despertar en los brazos del Bronx, entrelazada contra su cuerpo, es probablemente una de las mejores sensaciones del mundo. Él pesa más de cien libras más que yo, así que solía pensar que sus brazos pesados ​​me aplastarían mientras dormía, pero ahora sé que esos brazos son el lugar más seguro del mundo. Me he acostumbrado a su peso y encuentro reconfortante enterrar mi nariz en su pecho y respirar su delicioso aroma a chocolate negro y café antes de tener que abrir los ojos y enfrentar el mundo.

Suspiro cuando la luz de la mañana brilla a través de la ventana. Sé que debería ir al campo de entrenamiento para una última sesión antes de irme, pero tengo el deseo egoísta de quedarme aquí con mi pareja.

“Bronx, estamos tarde para el entrenamiento”. Me acerco más a su cálido cuerpo y toco su brazo para despertarlo.

“No, no lo estamos. Hice que los entrenadores lo cancelaran por hoy”. Su voz ronca de la mañana susurra soñolientamente. Él envuelve sus brazos más fu