Es la segunda vez que viajo con mi rostro pegado contra la espalda de Kenneth y debo confesar que es una nueva sensación que sin duda me agrada y a la cual fácilmente podría acostumbrarme.
Y es que en estas últimas semanas, las cosas más sencillas de la vida habían comenzado a tener un gran significado para mí; y es que, he vivido siempre rodeada de lujos y excentricidades, personas influyentes y con mucho poder, he asistido a grandes fiestas, he viajado por muchos países y disfrutado de los mejores caprichos. A mis 24 años he disfrutado de todo lo material que cualquier persona puede desear pero había llegado a un punto en mi vida donde todas esas cosas ya no me hacían feliz, ni satisfacían mis necesidades; quizás mi perspectiva hacia la vida había cambiado, no lo sé.
— ¡Hemos llegado, princesita!
Alzo mi rostro y en efecto, nos encontramos frente al edificio donde vive mi mejor amiga. Ni muerta le habría pedido q
Gracias por leer! Valoro con todo mi corazon el tiempo de sus vidan que dedican a esta historia... Besos infinitos, llenos de mucho amor!
—No pensé que volverías tan pronto. Alzo mi vista del portátil en el que llevo rato revisando portales de noticias, buscando alguna referencia sobre mi hazaña de ayer; hasta los momentos he encontrado unas ocho notas con distintas versiones de lo sucedido. Nina viene saliendo de la ducha, envuelta en una bata de baño blanca y con otra toalla en la mano quitando la humedad de su cabello rubio; asumo que su visita ya se ha marchado. —No puedo esconderme por siempre, Nina —respondo encogiéndome de hombros y devolviendo mi atención al portátil—. ¿Ya viste todo lo que están diciendo sobre mí en internet? —Y eso que aún no has visto la cantidad de revistas que reseñaron lo sucedido —me informa, le doy una mirada fugaz y ella sonríe condescendiente—. Muchos periodistas han tratado de que Úrsula de alguna declaración al respecto pero ella ha redoblado la seguridad. Tu casa es un caos desde ayer en la
— ¿Cómo quede? Abro uno de mis ojos para ver a Nina, la cual ya se encuentra lista para lo que sea que vaya a hacer; da una vuelta sobre sus altos tacones rojos y abre hace una de sus mejores poses a la espera de mi opinión. Sin duda su figura resalta totalmente por la forma en que la tela del vestido negro se amolda a cada una de sus curvas, el modelo es perfecto, una combinación entre lo sobrio y lo atrevido gracias a que la parte frontal del vestido cubre por completo su pecho, varios cristales de zwarovski salpican su pecho y hombros, descendiendo hasta la mitad de sus brazos. Y lo que termina creando contraste en la prenda es que su espalda se encuentra totalmente descubierta hasta el borde de su cintura de forma bastante sutil, lo que te deja un tanto embelesado por su ambigüedad sin rayar en lo obsceno. Sin duda Úrsula Krantz es un genio en el mundo de la moda. —Te ves horrible, seguro asustaras a todas las
Miro el exterior a través del vidrio polarizado del asiento trasero del auto de Úrsula y me muerdo la lengua conteniendo las inmensas ganas que siento de llorar. Me siento frustrada, y a ella la odio por ser la causante de este sentimiento que me vuelve débil.¿En qué momento mi madre se convirtió en mi enemiga?Se supone que ellas son los seres que nos protegen de cualquier cosa, nos aman incondicionalmente, nos apoyan con los ojos cerrados, nos ayudan a volar con sus alas hasta que las nuestras están listas… y me duele darme cuenta que en algún momento ella fue todo eso para mí y ahora, solo se resumía a un triste recuerdo que poco a poco perdía fuerza en mi mente, ahogado por el resentimiento que en estos últimos años ella misma se había ganado con creses.—Ponte esto —es lo primero que dice Úrsu
Miles de voces gritaron en nuestra dirección al vernos bajar de la camioneta de Úrsula; aún más, cuando vieron que la famosa diseñadora no volvía sola a su residencia sino acompañada por una persona desconocida que se ocultaba bajo la protección de una gorra y lentes, aparte de la ropa que según Úrsula y Nina me hacía parecer una pordiosera. — ¡Úrsula, Úrsula! ¡¿Qué nos puede decir sobre lo que hizo su hija?! —Fue una de las preguntas que logre escuchar—. ¡¿Huyo de la ciudad, o salió del país?! Mi madre sin embargo mantuvo su postura imperturbable y siguió caminando como la dueña del mundo que creía ser. — ¡¿Úrsula, habrá algún comunicado sobre las declaraciones que ha dado el empresario Jayson Garrett acerca de los daños morales causados a sus empresas?! —Me detuve al escuchar esa pregunta. ¿El padre de Jair nos había demandado? —Sera mejor que camines, Gigi o se darán c
— ¡Ojitos de luna!Exclamó mi abuelo volteando hacia atrás al escuchar mi voz.— ¡¿Pero qué demonios haces ahí parado?! —Le reñí mientras lo ayudaba a volver a su silla de ruedas—. Podrías caerte, ya no tienes la misma fuerza de antes.Patrick llevaba años postrado en una silla de ruedas pero se las apañaba muy bien solo.—Quería tomar un poco de aire fresco antes de leer —explico con tranquilidad mientras tomaba el libro que había dejado olvidado en la mesilla de vidrio.Desde aquí la brisa se sentía fresca y eso que apenas eran las tres; el sol irradiaba una gran calidez. La vista era preciosa y de mis favoritas gracias al jardín conformado de árboles que rodeaban toda la propiedad. Que nuestra casa estuviera ubicada en
Me quedo de pie a las afueras del estudio de Úrsula y me limito a observarla durante unos segundos que se vuelven eternos.Sigue con la misma ropa de antes, solo que ya no lleva puesto su cárdigan blanco, una sencilla camiseta de tirantes y un pantalón recto hasta sus pies que cubre por completo su calzado. Está de pie, inclinada levemente sobre el largo mesón de madera pulida donde suele llevar a cabo sus proyectos privados, hay varios rollos de tela en distintas tonalidades, papeles dispersos por todos lados y una pieza de tela de color burdeos reposa extendida con una especie de patrón encima, a medio cortar. Su frente esta surcada de algunas líneas de expresión que el botox no ha logrado disimular del todo, lo que me indica que está bastante concentrada en lo que hace; ni siquiera se molesta en apartar los mechones de cabello que se han salido de su moño y ahora enmarcan su rostro.
— ¿Puedo dormir contigo esta noche?Pregunte medio dormida por las caricias que Patrick dejaba sobre mi cabeza; ambos estábamos acostados en la cama, escuchando a los Beatles, ya habíamos cenado y mi abuelo se había comido feliz de la vida unos cuantos pastelillos que había logrado robar de la cocina.—Eso no tienes ni que preguntarlo, Agy —me respondió dejando un beso sonoro sobre mi cabello suelto.—Gracias, abuelo —sonreí con mi rostro pegado a su pecho y uno de mis brazos rodeando su cintura.Nos quedamos en silencio mientras en la habitación se escuchaba a volumen bajo With a Little help from my friends.—Desde que cenamos estas muy callada ojitos de luna —murmuro de pronto, Patrick—. ¿Tan mala fue la reunión con tu madre?Una op
Han pasado cinco días en los cuales me he mantenido en el exilio; no he querido hablar con nadie desde el martes cuando mi abuelo quiso regresar a la casa de reposo. — ¿Por qué te vas? —estaba sentada viendo como mi abuelo dentro de su necedad, doblaba una a una sus camisas para guardarlas en su anticuada maleta. Insistía en hacer las cosas por sus propios medios; odiaba sentirse inútil y para doblar su ropa no necesitaba usar las piernas. —Un hombre nunca debe faltar a su palabra, ojitos de luna —explico con voz solemne—. Mi partido de Black Jack con Bruno no se puede aplazar, he apostado cien dólares y los pastelillos de su merienda por un mes. — ¡Abuelo! —Me queje—. ¿Hablas en serio? Me levante del sillón que había en la habitación y me acerque a la cama donde él estaba concentrado en preparar sus cosas. —Pero por supuesto que sí, Agy —no me miro cuando me senté junto a su maleta abierta. —Yo puedo darte ese dinero si quieres —insinué buscando su mirada, pero me ignoro—. Inc